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Sentí una mezcla de vergüenza ajena y dolor patrio a lo largo del discurso del Presidente del Congreso, Ernesto Macías, durante la posesión presidencial de Iván Duque. Primero, porque omitió muchas estadísticas positivas del gobierno saliente, como la reducción en índices de violencia, el aumento en la inversión extranjera y la disminución notable de la pobreza; todo para reforzar la tesis de su partido de que Colombia se encuentra al borde del abismo. Un miedo infundado pero que resulta sumamente útil a la hora de lograr el objetivo revelado por su copartidario Juan Carlos Vélez durante la campaña del plebiscito: cultivar la ira entre los colombianos. Sacarlos a votar berracos.
En segundo lugar, porque no era el momento para el pesimismo. Desde el Centro Democrático, partido que celebraba la elección de un presidente de sus entrañas, aguaron su propia fiesta con un discurso que habría podido convocar a la esperanza y a la unidad hacia el futuro, pero que optó por lo contrario: justificar la división y anunciar que la polarización tiene razones para seguir fragmentando el ambiente nacional.
Pero sobre todo porque el discurso del Presidente del Congreso, ovacionado por los miembros de su bancada horas después, dejó ver el lado más revanchista y vengativo del partido Centro Democrático que durante la campaña fue relegado a un segundo plano por cuenta de la imagen y el discurso de Duque, más diplomático y conciliador que el de sus copartidarios. Sin embargo, es un hecho innegable que el llamado a la reconciliación y a la unidad del presidente Duque cuenta con un primer enemigo en el interior de su propio partido político. Se trata del ala más radical, representada en el discurso de Macías, que busca en el regreso del uribismo al poder una oportunidad para destruir algunos de los logros del expresidente Santos y, sí, hacer trizas el núcleo del acuerdo de paz, como ya había advertido el exministro Fernando Londoño.
Sin embargo, Duque debe tener claro que ese sector radical de su propio partido no es un ingrediente del gobierno exitoso y reconciliador que, según dio a entender desde el inicio de la campaña, buscará lograr como presidente. Porque nunca la historia recordará la venganza y el revanchismo como virtudes de un gobernante y en cambio sí son referentes de tiempos oscuros en los que el debate público es instrumentalizado como una arena de peleas personales entre jefes políticos. Para gobernar con éxito tendrá que optar por la autonomía, la moderación y la búsqueda de consejeros equilibrados, antes que hacer caso a las palabras incendiarias que a diario intentarán incidir en las decisiones presidenciales. Al radicalismo, reitero, tendrá que ponerlo en su lugar y evitarlo.
Confío, en cambio, en la presencia de políticos valiosos en el gabinete de Duque que sin duda aportarán palabras de sensatez. Sus ministros, en la mayoría de los casos, no hacen parte del juego revanchista del ala más radical del uribismo, y sin duda podrán equilibrar el círculo más cercano del Presidente. Al mismo tiempo la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, una conservadora con la que muchos diferimos pero de quien sabemos que cuenta con principios claros, también podrá brindar consejos valiosos al presidente Duque, distantes del radicalismo y del fanatismo uribista.
Si Duque desea pasar a la historia como un gobernante capaz de vencer la división nacional, tendrá primero que evitar al ala más radical de su propio partido político. Y recordar que el camino debe ser la esperanza y la moderación, antes que el revanchismo y el pesimismo que tantos pregonan en su círculo cercano.
NO SOY URIBISTA POR PRINCIPIOS, PERO IVAN DUQUE QUIERE LA UNIDAD DEL PAIS. SIN EMBARGO TODOS SIN EXCEPSION LOS SENADORES DEL C.D. CADA VEZ QUE ABREN LA BOCA ES PARA INCENDIAR, NO ES SINO OBSERVAR A PALOMA AL SR MEJIA A LA SRA, GUERRA ETC. ETC. DEMOSLE UNA OPORTUNISDAD A LA PAZ Y A LA RECONCILIACION. APOYEMOS AL SR, DUQUE.
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Lo he dicho el enemigo del Sr Duque,es su propio partido Centro Democrático.
Más tardar en seis meses,ya están los palitos partios en el Sr Duque y el Sr Uribe, amanecerá y veré dijo la cocodrilo.
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El discurso del maniquí macias, fue escrito por Uribe. Recuerdan que este personaje fue a traer la carta de renuncia a la finca del patrón?, la que nunca apareció. No era la carta era el discurso.
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Nos toca esperar 4 años a ver como sale Duque Uribe-
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Fuera del CD los demás sentimos verguenza, pero desgraciadamente esa es nuestra idiosincrasia, entre mas ignorante sea el gobernante más lo aclaman los insensatos, Que verguenza ese tipo sin nisiquiera ser bachiller presidente del senado. ahi estan pintados-
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Sr Posada desde mi humilde opinión creería que ese dolorcito que usted tiene y donde lo tiene puede ser apendicitis o en el peor de los casos un antojó de alas(por que ve alas por todas partes)les envidió sus matemáticas veo que son buenos para dividir
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así sea cierto, no era el escenario !!!!!! la ropa sucia, se lava en casa. No ante invitados y prensa internacional. Se le daño la fiesta al Presidente Duque……………..venguenza nacional, el Señor Macias
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¿porque duele tanto la verdad??
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Moderado: Está mal que la gente sepa,que país entrega el saliente gobernante.(Especialmente; cuanto debemos)
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El común,debe estar enterado que país recibe el entrante mandatario,de lo contrario en 2 meses estarán descabezando al gobernante (ES, QUE NO HA HECHO NADA ) frotamos la lámpara mágica.No soy Uribista;simplemente un colombiano que ha vista desfilar más de 15 Presidentes.
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Continuas con tu buen juicio y observador de las diferentes posiciones. Es un gusto leerte!!
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