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El saber en nuestros días se ha transformado en un área de dominio que indudablemente ha ayudado a perfeccionar la calidad de vida de las personas.

Aunque lo que hoy llamamos Universidad ha sido escenario de diversos cambios a través de su historia, inmiscuida en las problemáticas sociales, la educación superior en Colombia sigue manifestando carencias al momento de graduar profesionales. La calidad académica en la educación superior es influenciada por varios elementos relacionados no solo a la institución universitaria sino a los mismos estudiantes. Para los primeros se destacan factores como la administración de los recursos, la motivación en producción investigativa y las aptitudes y preparación del profesorado.

Por un lado, hay que reconocer que en Colombia el número de IES es alto, sin embargo, hay una insuficiencia en los programas de maestrías y doctorados ofertados, además del escaso cuerpo docente con proyecciones de investigación, generando así una baja en el desarrollo de conocimiento.

Aunque se ha presentado un progreso institucionalmente hablando y en el incremento de los matriculados, siguen existiendo abismos en la calidad de los programas y dificultad para acceder a los cupos. En consecuencia, el nivel de cobertura de Colombia es menor comparado a otros países de América Latina (Chile, Argentina).

Ahora bien, a pesar de que las universidades en Colombia son numerosas, realmente, si las centramos en una concepción general de lo que la academia denomina “universidad”, en el país se reduciría notablemente ese número. Así, la calidad del sistema de educación superior es desigual, puesto que las instituciones bien constituidas y de renombre, conviven con instituciones diferenciadas por índices de calidad inferiores. En este sentido, la educación superior en Colombia sigue afrontando desafíos en cuanto al crecimiento de cobertura y sobre todo al perfeccionamiento de la eficacia de cada IES.

En otras instancias, es necesario que se haga homogénea la relación entre la instrucción profesional y el área de producción. De esta manera se contribuiría en el desarrollo, progreso y crecimiento económico. Los cuerpos empresariales compensarían el panorama si apoyaran con elementos financieros los proyectos investigativos, puesto que son ellos precisamente quienes son favorecidos a la hora de los resultados.

Es indispensable fortalecer e impulsar la investigación sobre todo en los niveles de posgrado, brindando calidad incluso en la planta docente con estudios superiores acreditados, en infraestructura y espacios donde se puedan llevar a cabo los proyectos aplicables.

Por lo anterior, hay que incitar a investigar y realizar publicaciones, más que por mérito o reconocimiento, porque son indicadores evaluativos de la epistemología y de la aplicación a lo colectivo; aportando así, conocimientos por fuera de la estructura institucional, llevándolo al plano de desarrollo tecnológico, científico e industrial que van encaminados a favorecer principalmente a la sociedad.

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