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¿Usted qué haría si supiera que a esta generación de niños y jóvenes colombianos se les va a permitir por ley quitarse órganos sanos del cuerpo? ¿Estaría aterrorizado o estaría feliz porque podrán mutilar su cuerpo como prefieran?

Ahora mismo en Colombia los legisladores de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes pretenden aprobar un Proyecto de Ley que no sólo permitirá a niños, jóvenes y adultos hacerse amputaciones a órganos sanos de su cuerpo, sino que perseguirá y castigará con multas y con cárcel a los padres que no consientan con la decisión de sus hijos y a cualquiera que en uso de su libertad de expresión y conciencia se atreva a decir que esta no es una práctica deseable en una sociedad o que alerte sobre las consecuencias y graves  daños colaterales de una “terapia de afirmación de cambio de sexo” (P.L 272 de 2022-Cámara)

Si un niño nace bizco o con un ojo desalineado, es decir, con estrabismo y ambliopía; si nace con alguna de sus extremidades ausentes, incompletas o deformadas; o si tiene un bloqueo cardíaco, tanto sus padres y familiares, como los médicos y la sociedad en general manifestarán que algo en la vida de esa persona no es como debería ser; porque, o le falta un órgano que debería tener, o tiene una anomalía o daño en alguna parte de su cuerpo. Esta persona sufre un mal, como diría Tomás de Aquino en términos filosóficos: tiene una privación de un bien debido.

Por esta razón todos estarán dispuestos a usar los esfuerzos humanos, médicos, tecnológicos y financieros que sean necesarios para ayudar a la persona a recuperar completamente, o lo más que sea posible, su deber ser; es decir, la condición normal en la que un ser humano puede gozar plenamente de sus facultades físicas. 

Los médicos comenzarán un tratamiento con lentes o parches para evitar que el niño pierda la visión en uno de sus ojos, pondrán prótesis o harán cirugías para recuperar el uso natural de las extremidades y colocarán un marcapasos para devolverle al corazón su funcionamiento normal. La medicina como ciencia existe con el propósito de ayudar a restaurar el orden natural del cuerpo humano y devolverle a alguien lo que perdió, en vez de quitarle lo que tiene en buen estado.

Pero, ¿por qué hoy, apelando a la autopercepción y a los sentimientos, se atenta contra el sentido común, contra la razón, la ciencia y la moral afirmando que prácticas como la extracción de un sistema reproductor sano, el consumo de bloqueadores hormonales que interrumpen abruptamente el desarrollo adecuado del cuerpo y la extirpación de genitales saludables son prácticas deseables y que reflejan progreso? ¿No es igual de infame que la sociedad y el Estado le permita a un niño o joven amputarse sus dos piernas que están sanas simplemente porque se autopercibe como un discapacitado, a que les permita extirpar sus genitales que están en perfectas condiciones porque se autopercibe con otro sexo? ¡Es perverso!

Este Proyecto de Ley establece que cualquier médico, psicólogo, ONG o fundación, padre de familia, iglesia o ciudadano común que haga cualquier esfuerzo, por mínimo que sea, o que publicite una reunión o evento en el que se busque ayudar, acompañar, orar o aconsejar a una persona que quiere abandonar una “terapia de afirmación de cambio de sexo” o una práctica homosexual, será investigado, sancionado y condenado. Se le cancelará la Personería Jurídica, en el caso de las instituciones, por considerar sus esfuerzos de ayuda  a estas personas como un delito de tortura, tratos crueles, degradantes e inhumanos.

Congresistas Hernán Cadavid y Juan Daniel Peñuela, ya que afirman que una consejería o acompañamiento son acciones inhumanas y crueles, les pregunto, ¿cuántas denuncias han sido presentadas por ustedes ante las autoridades competentes relacionadas con un hecho de tortura hacia alguien que quiere dejar su vida homosexual o reversar su proceso de “cambio de sexo”? Porque este delito ya está tipificado en el artículo 178 del Código Penal, es decir, ya existe una ley para castigar esos actos despiadados, por lo tanto este proyecto de ley no es necesario. Y si existen ¿cuáles han sido los hechos denunciados, en qué fecha y lugar, qué  institución o persona incurrió en el delito y cuál es el estado actual del proceso? ¿Por qué no exponen a los torturadores que son los que merecen castigo, en vez de amenazar y legislar contra la libertad de expresión, la patria potestad de los padres, la libertad de conciencia y de culto de los colombianos?

No queremos que en nuestro país suceda lo que en Canadá, donde se aprobó la ley Infants Act-BC (Acto Infantil) que le permite a los médicos administrar bloqueadores hormonales, cualquier tipo de fármaco, tratamiento o terapia a menores de edad sin el consentimiento de sus padres. En 2018 un padre se enteró que en un hospital de Canadá a su hija de trece años le estaban comenzando a administrar medicamentos de hormonas cruzadas sin su consentimiento. Cuando el padre denunció esta situación fue arrestado y multado con 30.000 dólares por referirse a su hija con un “pronombre del género diferente al que ella se percibía” puesto que esto equivale a violencia familiar y se considera violencia criminal no usar los pronombres preferidos por alguien.  

A los menores de edad no se les permite ir a una excursión escolar o viajar a otro país sin el consentimiento de sus padres, no se les permite comprar cigarrillos o bebidas alcohólicas, ni estar en establecimientos nocturnos, pero, ¿sí se les va a permitir mutilarse órganos sanos, de lo cuál no habrá marcha atrás, y entrar en tratamientos hormonales de los que no existen estudios a largo plazo sobre los efectos colaterales que producen?

Ya desde el Siglo XVIII Emmanuel Kant demostró con los principios de no contradicción, universalización y verificación de vocación de permanencia, cómo se puede comprobar en una dimensión racional, si una conducta es deseable en la sociedad y por lo tanto  puede ser promovida, o si es inmoral y se debe reprobar. En este caso, si todas las personas del mundo se amputan los órganos sexuales al mismo tiempo para hacer “cambio de sexo” y esta conducta se repite incesantemente por generaciones, es evidente que no tiene vocación de permanencia; eventualmente la humanidad dejaría de existir porque ¿cómo se perpetúa la raza humana sin el adecuado funcionamiento de los órganos reproductores? 

En ese orden de ideas, promover y aprobar Proyectos de Ley como el 272 de 2022 no contribuye al avance, ni al progreso de la sociedad. Honorables Congresistas, no se arrodillen a los intereses internacionales del progresismo aprobando leyes como estas que ponen mordazas y persiguen a los médicos, psicólogos, consejeros, terapeutas, padres de familia, creyentes e instituciones. Si usted es un ciudadano, profesional o padre que quiere resistir esta nefasta propuesta de ley, hágaselo saber a los legisladores enviando una petición de archivo del Proyecto de Ley a la secretaría de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, manifestándose en las redes sociales de ellos, asistiendo al debate en el Congreso de la República e informando a otros para que también tomen acción. 

 

Por: Magda González 

 

Bibliografía:

https://www.bclaws.gov.bc.ca/civix/document/id/complete/statreg/96223_01#section17 (Ley Infants ACT-BC – Part 2. Medical Treatment)

https://www.dailywire.com/videos/what-is-a-woman (Caso del padre multado en Canadá)

E-mail: comision.primera@camara.gov.co



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