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barbie

No existe una manera más perezosa de entender el mundo que creyendo en estereotipos. Lo más fácil es subestimar las excepciones ignorando que la riqueza de la naturaleza humana radica en su diversidad y en su cúmulo de contradicciones. Ya lo había dicho Foucault hace unos años, la realidad no es inevitable, es una mera contingencia.

Gracias a estas falsas construcciones colectivas existen por ejemplo muy pocas mujeres piloto de avión, siendo que no existe impedimento alguno para que lo sean. Sin embargo esto sucede gracias a circunstancias tan bobas como que en los colegios nunca presentan la imagen de una mujer piloto cuando se estudian las distintas profesiones.

Pero situaciones como esta se pueden combatir con mensajes como el que se ingenió un supermercado francés para las últimas navidades. Se llama U Supermarket y diseñó un catálogo de juguetes alejado de los clichés de género que limitan las fronteras mentales de los niños. Véanlo en el siguiente link y juzguen ustedes mismos:

Otras empresas también se han sumado a la causa para demostrar que sí es posible derribar las barreras artificiales que crean estas construcciones arquetípicas. Dove fue una de las pioneras cuando en 2004 gracias a los resultados de una investigación que revelaba que solo el 2% de las mujeres en el mundo se consideraban bonitas, lanzaron su campaña Real Beauty. La aparición reciente de una Barbie con medidas más reales también ha contribuido a derribar el estereotipo de mujer “perfecta” que por muchos años ha estado enquistado en la sociedad. Pues desde 1959 cuando Mattel introdujo la célebre Barbie se alimentó la falsa creencia de que las características de la muñeca eran el sinónimo de la perfección.

También las marcas de ropa están promoviendo cada vez más modelos de tallas grandes desmitificando la exclusividad en los cánones de belleza y las agencias de modelaje cada vez contratan a más figuras multirraciales.

Quienes tienen el poder de describir el mundo también tienen el poder de crearlo. Las empresas que ofrecen productos de consumo masivo y los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en los contenidos de sus mensajes porque forjan el pensamiento de sus consumidores. Su reto es encontrar estrategias audaces que aumenten sus ventas sin tener que recurrir a estereotipos trasnochados que terminan aumentando nuestras diferencias.

Muchas personas pregonan no ser racistas pero eso les dura hasta el momento en que tienen un problema con una persona de otra raza. No es un asunto de poca monta pues las desigualdades de forma han sido el combustible de gran parte de los conflictos de los últimos tiempos.

En las manos de quienes dictan los parámetros de consumo está también la responsabilidad de acortar nuestras diferencias con estos gestos que parecen insignificantes pero tienen un gran impacto cuando logran derribar estereotipos.

Foto: Tomada de Google

Twitter: @alfrecarbonell

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