El 2019 podrá recordarse como el primer año en el que una película distribuida en Netflix gane un Óscar.
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El director mexicano Alfonso Cuarón estrena este 14 de diciembre a nivel mundial su más reciente cinta, Roma; y no lo hace en medio de alfombras rojas, más bien con el apoyo de un gran logo rojo. Es Netflix donde los espectadores a nivel masivo podrán ver una de las historias con mejores críticas del año a nivel cinematográfico.
El mérito de Roma viene no solo por ella misma, sino que su estreno en una plataforma de distribución audiovisual digital puede representar el hito necesario para repensar el modelo de exhibición actual. Antes de hablar de este largometraje es bueno clarificar lo logrado con esta historia ambientada en el México de la década de los 70s.
Quienes pudieron verla antes de su estreno, lo hicieron en festivales donde se proyectó en pantalla grande, pese a que los derechos para distribuirla los tiene Netflix. De entrada este límite rompe el tradicional modelo de ventanas, que señala que al menos por 90 días una película no podrá ser exhibida en plataformas luego del estreno en salas.
En Venecia, Roma ganó el premio más importante, el León de Oro y de allí en adelante la historia de Cuarón ha cosechado infinidad de elogios y reconocimientos en los lugares donde se ha presentado. Está nominada al Globo de Oro, a los premios Goya como mejor película iberoamericana y los medios especializados la dan por segura competidora en los Oscar.
¿Qué nos dice todo esto de la coyuntura actual del mercado cinematográfico? A todas luces habla de un cambio que ha llegado y que plantea nuevos modelos de negocio audiovisual. Con Roma se conjuga una historia ejecutada magistralmente por un director reconocido dentro de la industria pero que no se pensó originalmente para ser presentada en salas. Sin embargo, el nivel de maestría en la ejecución de Cuarón genera la presión para que esta cinta trascienda esos límites y se piensa como necesario el que sea exhibida en pantalla grande.
Hoy más que nunca el viejo postulado de Marshall Mcluhan, ‘El medio es el mensaje’ se materializa. ¿Importa el mensaje, la técnica o el dispositivo donde se muestre?
Así las cosas, el director de Gravity, ha logrado que el 14 de diciembre sea la fecha más que esperada por los cinéfilos. De hecho en muchos países, incluido su natal México, la película será proyectada en fechas y teatros seleccionados, pese a la inconformidad de los grandes exhibidores. Incluso recorrerá poblaciones chicas de las regiones.
En Colombia tuvo un preestreno durante el Festival The Classsics y será presentada en un par de salas de la red independiente, así mismo en otros países de la región. Caso para destacar el de Argentina donde el Museo de Arte Iberoamericano, Malba, programó exhibiciones gratuitas.
El interés por que la historia dirigida, escrita, co-fotografiada y co-producida por Cuarón sea vista en pantalla grande viene del cuidadoso trabajo de narrativa y escenificación que logra. Se nota que quiso no dejar nada fuera de su atención, por eso la multitud de responsabilidades asumidas, ya que es un relato muy cercano a sus vivencias en la ciudad de México.
El retrato de una sociedad, de una familia y del cruce de clases sociales hace de Roma una obra que plasma con honestidad y belleza escenarios que para muchos serán cercanos. En ese punto Cuarón acierta magistralmente al mostrar detalles que considera valiosos y cotidianos de su propio entorno pero que son perfectamente aplicables a cualquier país latinoamericano.
Filmada en blanco y negro, la acción transcurre mayoritariamente en la colonia Roma, uno de los barrios más tradicionales de ciudad de México, pero se traslada a terrenos familiares como el cine, el mercado, las vacaciones o los días de fiesta. Una evocación que no busca descrestar sino capturar la belleza en los detalles. De hecho Cuarón se acerca a temas duros pero sin buscar el drama, sino resaltando los pequeños heroísmos de los que son en apariencia más frágiles.
Punto a parte esta cinta es el regreso del director, luego de haber ganado el Oscar por Gravity en el 2014. En este caso con un relato opuesto a un gran blockbuster de Hollywood. Se nota esta en oportunidad que el premio no lo trasnocha sobre lo que en realidad quiere decir y para los más atentos, encontrarán el guiño que hay en un par de escenas a su anterior éxito.
Cabe destacar que la prueba final de Roma, llegará luego de su estreno en Netflix. Saber qué tanto de su puesta en escena se pierde por ser vista en un dispositivo y no en una sala de cine. Quizás lo que pierda allí lo gane en visibilidad. Como nos enseñó Bohemian Rapsody este año, la crítica y el público no siempre van de la mano.
En definitiva, vaya a Roma, desde su casa o en un cine no importa, pero vaya. Sus sentidos se lo agradecerán.
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