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Black Mirror se ha caracterizado por ser esa serie que nos quita el aliento desde el primer momento, esa que nos entrega momentos inolvidables a causa de historias retorcidas y, en efecto, originales.
Para esta entrega, la serie ha decidido aterrizar sobre la psicología de los personajes. Son tres capítulos que le apuntan más a conflictos personales (rozando lo sentimental) que a cualquier otra cosa. Esto podría ser cautivador porque alejarse del espíritu original pudo haber significado giros interesantes dentro de las historias, pero fue todo lo contrario. Sí, estamos ante la temporada más floja de todo Black Mirror.
1. Striking Vipers
(6 claquetazos de 10)
Fotograma de Striking vipers. Black Mirror.
Es la única historia que se asemeja al hilo conductor y a la tensión de sus antecesoras. Intenta conjugar el conflicto de los personajes con el conflicto tecnológico y lo logra en ocasiones; sobre todo en las escenas que comparten Anthony Mackie y Yahya Abdul-Mateen II, quienes gozan de una especie de química antipática curiosamente atractiva. Es una pena que ese juego de conflictos que pudo ser interesante, recaiga en un sentimentalismo barato que no está al nivel de un buen guion de Charlie Brooker.
2. Smithereens
(5 claquetazos de 10)
Fotograma de Smithereens. Black Mirror.
De los tres, este es el que mejor construcción de personajes tiene. Estamos frente a una de las mejores interpretaciones de la serie. Andrew Scott logra, con creces, momentos llenos de tensión y gran melancolía. Pero ni siquiera su deslumbrante actuación logra hacer brillar esta historia. Aquí el conflicto se reduce a una cuestión simplista, sin agallas y falta de creatividad. Su final, para cerrar con broche de oro, es sorprendente, sorprendentemente predecible.
3. Rachel, Jack and Ashley Too
(3 claquetazos de 10)
Fotograma de Rachel, Jack and Ashley Too. Black Mirror – Serie de Netlix
Un completo disparate sin sentido: llena de clichés, resoluciones gratuitas, chistes simplones y una muy poco creíble interpretación de Miley Cyrus. Esta historia no le hace justicia a lo que nos ha dado Black Mirror estos últimos años. Todos los elementos parecen diferir unos con otros, y aunque la muñeca Ashley Too tenía todo para ser un gran elemento narrativo, la han arruinado creando una especie de artefacto cómico sin control. Veo este capítulo y es inevitable pensar en una típica película de domingo, de esas que olvidamos al minuto siguiente. Es, sin duda alguna, el capítulo más flojo de todas las cinco temporadas.
Finalmente, se les abona que para esta temporada quisieron posar la historia sobre otras aguas, unas aguas que tal vez se mueven más en las mentes, los miedos y los sentimientos de los personajes. Hay elementos que se destacan y que son grandes ideas, pero de qué sirven grandes ideas si no se desarrollan. Ahora solo resta esperar a que venga una próxima entrega y que, quizás, llene la gran brecha que esta temporada dejó.
