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Inaudito resulta que la Fiscalía en Colombia armó un escándalo de mediáticas proporciones alrededor de una mentira de baja calidad. La del caso de la empresa del General Guatibonza que supuestamente terminó ofreciendo servicios de “inteligencia” a empresas y actores públicos.

Los eventos, que bastante ruido generaron en el país, terminaron siendo producto de la imaginación de los integrantes de la empresa de seguridad, quienes al parecer vendían montajes o información falsa haciéndola pasar por informes de inteligencia producto de irreales procesos delictivos de interceptación de comunicaciones.

El fraude a la ilegalidad salió a la luz cuando el abogado Jaime Lombana (supuesta víctima de chuzadas) conoció la información de los “informes” falsos que habían montado sobre él para el disfrute de algún bandido con poder para pagarlo, pues nada más podía sacar de una novela inspirada en la imaginación. Al leer la información, evidenciar que se trataba de un montaje fue inmediato.

Uno no sabe qué pensar. Por un lado, la situación debe darle mucha ira al comprador de la información (delincuente también por supuesto) pues lo timaron con un escrito de mala calidad; y por otro, la Fiscalía, ingenua y con mal criterio, terminó creyendo en una pésima prueba para montar un escándalo, incluso señalando inadecuadamente a supuestos responsables. Personas de la vida real que terminaron viviendo en una fantasía, sin conocer todavía a cuenta de qué.

@EstebanAlvaran

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