En Colombia son más los que se quejan, que quienes votan
La victoria en reciente jornada electoral es de los indiferentes abstencionistas. Un reflejo de la cultura individualista que prevalece en nuestro país y nos priva del desarrollo.
Las cifras hablan por sí solas: del total de colombianos en capacidad de votar, el 56,4% no lo hizo. Más de la mitad prefirió mantenerse al margen de las urnas, esquivando en sus televisores los tediosos canales nacionales que se dedicaron todo el día a cubrir las elecciones.
Prácticamente podríamos decir que 6 de cada 10 colombianos considera que salir a votar es perder su valioso tiempo bajo las cobijas. A excepción de quienes se abstienen para expresarle mental y tácitamente un revolucionario «jódete» al sistema, esta significativa porción de la nación es la mejor prueba de por qué un país tan rico como Colombia sigue en el subdesarrollo.
Son los que más se quejan, pero no están dispuestos a hacer el mínimo esfuerzo para gestar un cambio. Reclaman sagradamente todos los días por los huecos, por los impuestos, por la inseguridad y por la corrupción, pero creen que ese es un problema que algún otro parroquiano debe solucionar. No tienen liderazgo ni para motivarse a ellos mismos a construir una nueva realidad nacional.
Pues esa mentalidad individualista en la que anteponen sus intereses personales a los colectivos, fundamentada en la máxima popular del «mientras a mi no me falte nada», es la que nos tiene en el hueco estancados.
El Estado sí debe actuar con estrategias de sensibilización sobre el poder del voto y trabajar en recuperar la confianza que el ciudadano percibe en las instituciones. Pero a los egoístas que creen que viven en un país de nadie donde «cada quien debe mirar cómo sobrevive», hay que hacerles entender que el progreso en Colombia se edifica entre todos.
@estebanalvaran
Nota al margen: En países suramericanos como Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay el voto es obligatorio. ¿Por qué no? Agradezco mucho sus comentarios.
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