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Belén Molina es una curtida periodista que no solo toca materias delicadas e interesa

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ntísimas -inmigración, conflictos sociales, tribunales…-, sino que usa de forma exquisita su herramienta más importante: la lengua española. Belén me sugirió hace unos días que hablara en este blog de dos palabras que son zarandeadas a diario por algunos periodistas y también -faltaría más- por muchos políticos. Las víctimas son ‘problemática’ y ‘tema’.

El empleo de la palabra ‘tema’ donde no le corresponde es tan frecuente que ha merecido su inclusión en los manuales de estilo de casi todos los periódicos. Algunos se preguntarán por qué este sustantivo tan modesto recibe tal atención, y esa pregunta es una prueba del éxito que tiene su uso incorrecto.

La respuesta es que en muchísimos ámbitos se emplea como sinónimo de ‘asunto’ cuando no lo es. La Real Academia Española define ‘tema’ de la siguiente manera: ‘proposición o texto que se toma por asunto o materia de un discurso’. El académico Manuel Seco va más allá y dice que es ‘asunto de un escrito, de una conversación o de una obra de arte’. Es decir: ‘tema’ sí es ‘asunto’ -no cualquier asunto-, pero ‘asunto’ no siempre es ‘tema’.

Desde el Libro de estilo de El País (Ediciones El País) hasta el Manual de español urgente, de la Fundación del Español Urgente (Ediciones Cátedra), decenas de publicaciones dan consejos sobre el buen empleo de esta palabra. Yo me voy a quedar con el ejemplo de uso incorrecto que pone Manuel Seco en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa): «Yo no le puedo informar nada, porque, aunque soy un seguidor del tema, no estoy facultado para hablar». Y añado uno de mi cosecha: «El alcalde está preocupado por el tema del tráfico».

Para esos casos en los que ‘tema’ está de más, El País propone emplear términos como ‘asunto’, ‘cuestión’, ‘materia’, ‘objeto’, ‘negocio’ o ‘propósito’. Y a todas estas, ¿dónde no está de más la dichosa palabra? Muy sencillo: en ‘tema de una novela’, ‘tema de un examen’, ‘tema de un cuadro’, ‘tema de una discusión’…

Y ahora vamos con ‘problemática’. La RAE define así la palabra: ‘conjunto de problemas pertenecientes a una ciencia o actividad determinadas’. Esto significa que no debe emplearse como sinónimo de ‘problema’ y tampoco es siempre buena sustituta de ‘problemas’. Aquel que piense que al usarla está siendo más culto no solo se equivoca, sino que está exhibiendo de forma lamentable su incultura.

Ambos términos -‘tema’ y ‘problemática’- fueron objeto de excelentes comentarios por parte de Fernando Lázaro Carreter en la magistral colección de artículos El dardo en la palabra, que el gramático publicó a lo largo de varias décadas en diferentes periódicos.

Con elegantísima ironía y mucho sentido del humor, el maestro decía esto sobre ‘problemática’: «… otro formidable barreno metido en el idioma lo constituye el prurito de injertar sufijos a los vocablos, para darles apariencia más sublime. Así se han producido abortillos como la problemática por los problemas…».

En cuanto a ‘tema’, Lázaro Carreter sentía especial aversión hacia su mal uso. En la recopilación de sus primeros dardos, editada por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores en 1997, el asunto aparece en un buen puñado de artículos. He escogido un fragmento de uno de ellos: habla el autor de una imaginaria revolución que nos llevará a instaurar la «Ciudad de la Palabra», en la que «una posesión igualitaria impedirá que haya ricos y pobres de labia». Esa Ciudad estará regida «por pocas pero augustas leyes», la tercera de las cuales es la siguiente: «Sé humilde: deja que sólo innoven los que saben. Si eres mentecato, no por decir relax, prioritario, tema o en base a dejarás de serlo».

Si don Fernando levantara la cabeza… La Ciudad de la Palabra está más lejos hoy que cuando él escribió aquellas líneas.

Como resumen, y para no ahondar en dos cuestiones que ya han sido tratadas por muchos -y mucho mejor que en este artículo-, vayamos a nuestro título y sustituyámoslo por este otro: ‘El problema del asunto’. Sencillo, correcto y sin pedantería.

Ramón Alemán
www.lavadoradetextos.com
@Lavadoratextos

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