Como se dice coloquialmente ahora, “no lo sé Rick”. Con este artículo busco evidenciar cómo considero se encuentra el balance general con respecto a lo que tanto se pregona hoy en día frente al apoyo entre las mujeres, o más conocido también como la sororidad .
Si me preguntan no considero que estemos cerquita de la meta; y esto no tiene nada que ver con el feminismo o con desconocer lo que nuestras antecesoras han logrado durante años en la lucha exhaustiva por encontrarnos más espacios y más derechos en ámbitos donde antes no cabíamos.
Pero no quiero “volarme” mucho, dejemos el tema aterrizadito a la realidad. Me parece importante llamar la atención sobre lo que vemos mucho hoy en día en redes sociales relacionado a la llamada sororidad; un término que se conoce en Estados Unidos de antemano por las famosas casas universitarias de mujeres, pero que también hace
alusión a la hermandad entre el género.
A la no discriminación y a velar por los intereses colectivos de manera igualitaria.
No voy a negar que soy privilegiada en rodearme de amigas mujeres increíbles; ninguna con intereses que no sean los más honestos y puros. Mujeres sencillas, queridas, con don de servicio y que siempre tienen un comentario generoso y positivo que regalarme.
Pero lamentablemente no siempre es así cuando nos vemos enfrentadas a un público femenino que desconocemos. No generalizaré porque no conozco a los millones de mujeres que habitan en este Planeta; pero sí tengo una perspectiva que tiene patrones que se repiten.
No me ha pasado que sea común que en los trabajos haya un gran apoyo entre mujeres para destacarnos los logros y cualidades; algunas sí, pero otras están en el mindset de competir a toda costa y de nunca regalar un comentario positivo.
Como dicen por ahí: “los likes son gratis”.
O qué me dicen cuando uno llega a un grupo nuevo bien sea porque la pareja lo introdujo a uno o por algún conocido.
Realmente se siente a veces como llegar a una “jauría” donde cada “especie” te mira como si fueras otra “especie invasora”.
Ustedes me entienden la comparación.
A veces, hasta me han quitado el saludo cordial a una pregunta de simple interés para poder adentrarme en cualquier conversación banal que el único propósito que tiene es socializar.
¿Por qué? Muchas veces tenemos prejuicios entre mujeres por como se visten o hablan; o creen que serán una “amenaza” y nos quitarán a nuestros amigos o novios.
O simplemente es antipatía pura y dura porque sí.
Aquí nadie está afirmando que no ocurran estas cosas entre hombres o de ellos hacia nosotras; pero el punto es hablar del mismo género y entender porqué somos así.
Porqué en redes juzgamos tanto la apariencia, la pinta de una mujer, o la descalificamos por una simple y mera opinión. Ah pero eso sí, nos declaramos empoderadas para apoyar a otras mujeres.
O solo las que nos convienen; no lo sé, ustedes me dirán.
Considero que a pesar de los avances, porque sí ha habido y es un tema que cada vez se castiga más, por decirlo así, todavía nos hace falta mucho.
Las inseguridades o vestigios del pasado no pueden condicionarnos a ser mujeres que juzgan ante una primera impresión a otra porque simplemente existe y respira.
¿Hasta cuándo? De verdad que pienso incluso, que es mejor no pregonar ser una mujer que empodera y respeta a otras por igual, si a la vuelta de la esquina «despelleja» a una que acaba de conocer.
Es que es como ir a misa, rezar, y empatar cometiendo un crimen.
De qué sirve…
Muchas campañas, muchos discursos en redes, y muchos hashtags, pero si cada una no interioriza cómo está su relación, no con sus amigas del alma divinas y hermosas, sino con aquellas que nos representan otros sentimientos, no vamos a “ningún Pereira”.
Aplaudo a las mujeres reales, honestas, que no les importa el qué dirán, pero que tampoco se pegan de la crítica hacia aquellas que no conocen; a quienes viven y dejan vivir, pero, sobre todo, que dejan ser.
No juzguemos a un libro por su portada es una frase que se convierte en un consejo de vida para aplicar todos los días. Si lo leemos y no nos gustó, lo dejamos ahí, quieto, siendo otro libro que descubrirá otra persona que, que tal lo ame mucho. No lo vamos a incinerar solo porque no fue de nuestro agrado…
Mujeres: vivamos y dejemos vivir a las otras, pero, sobre todo, dejémoslas ser ese Ser que anhelan ser.
Bienvenidas las opiniones divididas de este artículo.
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