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Hay un cortocircuito entre lo que sabe la ciencia y lo que hacen las compañías

 Me puse en la tarea de buscar una muy buena charla de TED que me inspirara para escribir un artículo diferente y con propósito. Y por supuesto, estas conferencias nunca defraudan y me llevé una grata sorpresa que quiero compartírselas.

Daniel Pink, un estadounidense escritor, presentador, productor ejecutivo, nos cuenta a través de la plataforma de TED hace ya varios años, el significado que tiene la motivación.

En primer lugar, nos transporta a un estudio-problema que se llama “el problema de la vela” el cual es bastante conocido y que en 1945, a partir de éste, el psicólogo Karl Duncker hizo un estudio donde dejó sobre una mesa los siguientes elementos con un único propósito: mantener la vela sostenida en la pared.

  1. Una caja con puntillas adentro
  2. Unos fósforos
  3. Una vela

Para hacer el experimento comparó a dos grupos, uno que tenía una motivación económica gradual (es decir, entre más rápido lo resolviera, más dinero ganaba). Y el otro, que simplemente tenía la instrucción de resolverlo para un tema de medición de tiempos, experiencia, eficiencia, etc.

¿Cuál cree que ganó?

Seguramente usted dirá que el primero.

Pues no, “extrañamente” el de la motivación económica tardó 3 minutos y medio más que el otro en resolverlo. Y la respuesta era medianamente sencilla: con las puntillas se clavaba la caja en la pared y se pegaba la vela en la caja con los fósforos y el calor de la cera derretida.

Sigamos, segundo caso.

El científico Glucksberg hizo un experimento a partir de este mismo ejemplo de la vela, pero con una diferencia: la caja estaba vacía y las puntillas a parte.

En este caso, el grupo que estaba incentivado terminó ganándole al que no tenía ningún tipo de recompensa.

¿Qué sucedió?

Pues que aquellas, son motivaciones extrínsecas que tienen una fijación funcional. Imagínese rápidamente cuando los caballos van galopando pero con los cobertores de ojos que no les permiten ver a los lados. Es justamente eso, está comprobado científicamente que cuando a las personas se le condiciona su trabajo o actividad a una suma de dinero, aumento, premio, bonificación o regalo, se bloquea el pensamiento, la creatividad y la manera de gestionar las cosas.

Estos estudios se hicieron durante muchos años y no solo en una misma región, sino en varios países y la respuesta continuó siendo la misma. Es un hecho probado.

Ahora bien, volteemos la torta.

En una compañía australiana se realizó un experimento en el cual los jefes ponían a los empleados a trabajar en una idea durante 24 horas, la que quisieran, siempre y cuando no estuvieran relacionadas con sus actividades diarias. A esta iniciativa la llamaron FEDEX porque tenían que entregar un resultado de la noche a la mañana. ¡¿Qué tal el ingenio?!

¿Qué sucedió?

Que los resultados fueron inminentes. Los ingenieros desarrollaron softwares  y plataformas que nunca antes se habían creado porque lo hicieron bajo la motivación intrínseca, es decir, aquella que va más allá de la obligación y que no piensa en recompensa sino en la relevancia de lo que se está haciendo.

Y esta motivación intrínseca tiene 3 grandes pilares que la sostienen:

  1. La autonomía, donde el compromiso es el resultado de la iniciativa
  2. El desarrollo de las habilidades
  3. Y el propósito

A partir de estos elementos los científicos llegan a la conclusión que las motivaciones extrínsecas solamente funcionan para unos casos muy concretos y esas recompensas terminan siendo un impedimento para la creatividad.

En definitiva, tenemos que aplicar lo que la ciencia ya sabe en nuestras empresas y es que las motivaciones intrínsecas se logran a partir de esos 3 elementos que nos permiten en cierta manera “volar” porque tomamos decisiones basadas en lo verdaderamente importante, en lo que nos mueve. No en premios y más premios superficiales.

Ya para cerrar, recuerdo que en uno de los trabajos que anteriormente tuve, me ascendieron en un área en la que yo nunca había sentido tal nivel de confianza. Mis jefes me dejaban proponer, experimentar, innovar y tomar las riendas del proyecto. Y logré volar tanto que ellos con el tiempo vieron mi potencial y decidieron darme la oportunidad de crecer.

Siempre supe que había algo particular en ese método, pero nunca me había puesto a pensar qué significaba.

No digo que vayamos todos ahora a eliminar los salarios y el bono decembrino. Pero asegúrense de estar en un trabajo que les mueva las fibras y los haga dar la milla extra por las razones correctas. Por lo verdaderamente importante y valioso.

 Tomen las riendas de su propio cargo, quítenle los protectores de ojos al caballo y sálgase de las cajas que le arroje la vida.

 

*Articulo basado en la conferencia de TED de Daniel Pink

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