Por fin Colombia inició su tránsito hacia la civilización y hacia la libertad en la política de las drogas. En un debate curioso, en el que incluso los senadores tomaron una infusión de hoja de coca, la Comisión Primera Constitucional del Senado de la República aprobó en primer debate el proyecto que pretende aprobar la utilización terapéutica de la marihuana.
A pesar de que la discusión tuvo momentos jocosos, como cuando Roy Barreras invitó a sus colegas a ingerir té de coca porque tiene propiedades “estimulantes, relajantes, y analgésicas” y porque vale la pena probar “las virtudes que la naturaleza le ofrece al ser humano”, el debate tuvo altura y lucidez; los congresistas esta vez, paradójicamente, no parecían drogados.
Varias bancadas se pronunciaron a favor de la iniciativa y, aunque la votación no fue unánime porque Paloma Valencia y José Obdulio Gaviria del Centro Democrático votaron en contra basados en que el problema “no es la utilización médica” de esta planta sino “las dificultades de su implementación en Colombia” y que el apoyo a la iniciativa debería estar avalado por su partido, parece haber cierto consenso alrededor de la utilización medicinal del cannabis. Inclusive Jaime Amín, copartidario de Valencia y Gaviria, votó a favor del proyecto basado en su reciente experiencia en el estado de Colorado en Estados Unidos.
A pesar del buen ambiente que rodea la iniciativa, hasta ahora se están dando los primeros pasos para lograr una sociedad incluyente y respetuosa de la consciencia y del entendimiento interno de los colombianos. Así como necesitamos que la Iglesia Católica deje de juzgarnos por cuanto hacemos, también requerimos que el Estado amplíe su catálogo de libertades y no sólo para tratamientos médicos.
Horacio Serpa, al votar positivamente al proyecto, señaló que él y los suyos son una generación frustrada “porque no le jalamos sino al aguardiente y al Pielroja, y en materia de porro, solamente los de Pacho Galán y Lucho Bermúdez”. Y tiene razón: la prohibición gesta sociedades gazmoñas y santurronas, como ocurrió con el licor en Estados Unidos.
Aunque los porros de la sabana de Córdoba son los mejores de todos, no podemos desconocer que existen otro tipo de porros que, siendo prohibidos, no pueden ser objeto de pedagogía más aún cuando incluso hablar del asunto es considerado un tabú.
No es cierto que la despenalización de las drogas aumente su consumo, como bien lo señaló el senador Barreras, y también es evidente que «muchas personas mueren por cigarrillo y alcohol” y que si “alguien quiere prohibir, son estas sustancias las que se deben estudiar», como lo expuso Armando Benedetti.
Más allá de los argumentos concretos que se esgrimieron en la Comisión, este proyecto reviste la mayor importancia para el país porque abre un debate público sin descalificaciones, sin estigmatizaciones y, convenientemente, dentro del marco de la institucionalidad de la democracia representativa. Si bien es cierto que durante muchos años el Congreso de la República ha tenido una crisis de credibilidad y legitimidad, parece ser que este puñado de senadores están en el camino correcto: el de promover la libertad
Y perdón por ser tan reiterativo con el tema, pero me parece inconcebible que ya en la mitad de la segunda década del siglo XXI aún estemos incursos en discusiones que sólo deberían ser resueltas en el interior de cada individuo.
La coca y la marihuana son plantas maravillosas, con muchos usos médicos aún por estudiar; cosa que no se ha hecho precisamente porque se uso se ha convertido en un tabú por culpa de algunos inadaptados, que no la usan sino para trabarse. Sin embargo, legalizar la droga es una estupidez, ya que siempre, debajo de un comercio legal, aparece el ilegal: el contrabando. Así, siempre va a haber un problema por el manejo del monopolio, por el control de la droga «ilegal» (que siempre será más barata), etc.
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Entonces la droga es civilizacion? Mi padre era un asno, me dijo que la droga era el signo de los parias, de los descerebrados, mi padre me dijo que la marihuana era lo que permitia a los raponeros robar y a las mujeres de la calle venderse. Mi padre era muy bruto, por pensar que a quien fuma marihuana solo le queda cerebro para una carrera donde no necesite usarla, como la de este reportero, que con seguridad se entretuvo en sus estudios y se entretiene ahora con las drogas. No. No es el pais que quiero y no lo voy a permitir, aunque sigan gobernando los drogadictos y los degenerados se disfracen de periodistas.
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@Miguel Deja ya de echarle la culpa a tu padre por las profundas limitaciones de tu propio criterio porque aquí nadie está hablando de civilización ni de traumas infantiles. Contrario a tu pobre análisis basado en el Autoritas paterno, existe el Veritas que la Organización Mundial de la Salud, London School of Economics, The Transnational Institute et Al. han desarrollado in extenso sobre las consecuencias sociales de la economía política del comercio ilícito y todos ellos concuerdan en afirmar que el caso del cannabis debe ser tratado de un modo completamente diferente al tradicional empleado para las demás drogas.
@ Raul Muy fumadorcito pasivo, no? 😀 En realidad, yo no le recomendaría a ninguna persona consumir depresores del sistema nervioso central antes de cometer un delito. Las estadísticas de Medicina legal confirman que para crímenes violentos concurren los estimulantes (e.g. pasta base, crack, cocaína, et al.) que sí están directamente relacionados con una grave dependencia física y no con la dependencia psicológica que está asociada al uso continuado del cannabis.
En mi opinión, el artículo está muy bien escrito, describe las diferentes posiciones con altura y, sobre todo, que su tratamiento contiene una fina «dosis» de humor. Adelante escribidor!
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Uno de los factores de inseguridad es esa despenalizacion, ya que muchos se echan su porro y a robar muy lucidos para cuando se les pase el efecto poder comprar.
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El problema es que al legalizar esto para uso medicinal, ahora todos van a estar enfermos y con necesidad de un porro atoda hora. Si con la despenalizacion de la dosis personal, ahora tenemos que aguantarnos en la calle en muchas ocasiones a ser fumadores pasivos del famoso porro. Entoces que ira a pasar?
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