Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

‘No’ fue la respuesta de los colombianos a la pregunta ¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera? Aunque la ciudadanía optó por un camino, la jornada no sólo culminó con perdedores:

Ganadores

Álvaro Uribe acompañado del Centro Democrático

El escrutinio del pasado domingo demostró que Álvaro Uribe mantiene intacto su capital electoral y que es, quizá, el actor político más relevante que existe actualmente de cara a cualquier proceso de elección democrática. Así, y a pesar de que desde el gobierno no lo tomaron en serio, Álvaro Uribe supo llegarle directamente a su disciplinado electorado y se salió con la suya.

Luego del resultado del plebiscito, el ex presidente no sólo queda renovado tras unos meses en que su imagen parecía algo desgastada por la campaña del ‘no’, sino que ahora tiene el respaldo de varios millones de votantes para exigir que sus posturas y propuestas sean oídas desde el ejecutivo. Esta es su gran victoria.

Y en lo que se refiere a su partido, vale decir que aunque no fueron pocas las caricaturescas salidas en falso de algunos de sus miembros y que la campaña que desarrollaron para impulsar el ‘no’ mantiene el halo de haber sido basada en propaganda negra o mentirosa, el Centro Democrático ganó a pesar de sí mismo.

Germán Vargas Lleras

Desde que se convocó el plebiscito por la paz el pasado 29 de agosto, el Vicepresidente de la República optó por no involucrarse de frente con la posición oficial del gobierno a pesar de que el presidente Santos le envió directrices públicas para que tuviera un papel activo en la fase de pedagogía del Acuerdo Final de cara a la refrendación popular.

En efecto, Vargas Lleras tan solo dijo un par de ‘sí’ sin mucha fuerza, anunció que apoyaría esa opción a pesar de tener reservas frente a lo pactado, nunca fue visto como un verdadero abanderado del proceso de paz y logró enviar el mensaje tácito desde el interior del gobierno que no estaba convencido de la negociación.

Todas estas acciones no solo facultaron a Vargas Lleras para proteger su capital político de alguna opción que lo dividiera, sino que hoy le permiten reivindicar el resultado del plebiscito frente a más de 6 millones de ciudadanos que votaron ‘no’. Y bien sabemos que con un caudal electoral de esas magnitudes el vicepresidente vuelve a ser el actor más relevante en la campaña para la presidencia en el 2018 después de unas semanas en que ha brillado por su ausencia.

Alejandro Ordóñez

Otro de los abanderados del ‘no’ que resultó ganador de la jornada del domingo pasado fue el ex procurador Alejandro Ordóñez, quien desde la procuraduría expresó sin anestesia su inconformidad respecto del Acuerdo Final entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc.

Ordóñez dijo que este proceso constituía la mayor operación de lavado de activos del mundo, que era una feria de impunidades, que se privilegiaba a los victimarios por sobre las víctimas, que desconocía el derecho internacional, y hasta que el acuerdo era un golpe mortal a la familia por imponer la ideología de género.

Más allá de la validez o no de sus planteamientos no se puede desconocer que su discurso caló en no pocos electores y que, si bien ya no cuenta con la maquinaria estatal para llevar a cabo su campaña para presidente, tiene con qué convertirse en un actor político protagonista.

La Registraduría

Hay tres hechos de técnica electoral que ubican a La Registraduría Nacional del Estado Civil como una de las ganadoras del plebiscito: (i) organizó en cinco semanas un proceso electoral atípico para que se pronunciaran más de 34 millones de colombianos, (ii) en poco más de una hora dio a conocer los resultados oficiales del 98.45% de las mesas de votación en las que se impuso la opción del ‘no’, y (iii) en dos horas y media había digitalizado el 80% de los resultados electorales.

El Congreso de la República

Es previsible que el escenario principal de debate alrededor del acuerdo de paz sea el Congreso de la República, toda vez que aún existe la posibilidad de tramitar buena parte del Acuerdo Final como leyes o como actos legislativos. Así las cosas, es de esperarse que el congreso se crezca en esta nueva realidad política en la que deberán coexistir un gran número de congresistas que impulsaron el ‘sí’ con otro puñado que, aunque reducido en número, salió ganador en el plebiscito.

La Corte Constitucional

Cuando la Corte Constitucional emitió su sentencia en la que daba vía libre al plebiscito como mecanismo democrático para la refrendación del Acuerdo Final tuvo a bien lanzar un salvavidas en caso de que la votación favoreciera al ‘no’.

Aun cuando la corte afirmó que la decisión negativa del electorado inhibe la implementación del acuerdo por mandato popular, también dijo que esto no riñe ni con las facultades que tiene el presidente para mantener el orden público (como combatir, negociar o suscribir acuerdos de paz con grupos armados), ni la posibilidad de someter a consideración del pueblo otro acuerdo fruto de una renegociación. En un momento de tanta incertidumbre y oscuridad, la Corte Constitucional prendió su faro. Como siempre.

Las Farc

El resultado en las urnas les fue adverso a sus intereses, pero las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) dieron la máxima muestra de compromiso con la paz que hayan dado desde que optaron por decretar un cese unilateral al fuego a mediados de 2015.

Así es como, tanto en la reacción inicial del líder de la guerrilla Rodrigo Londoño Echeverri como en el comunicado de prensa de la agrupación publicado a las nueve de la noche del domingo, se hizo evidente el gesto de voluntad de paz de las Farc que se basa en la construcción de la confianza a través de las acciones y la utilización de la palabra como única arma de lucha.

Las iglesias cristianas

Aunque paradójicamente las enseñanzas de Jesucristo predican el amor y la reconciliación, las plataformas políticas de sus cultos protestantes entraron a hacer parte de un álgido debate para definir si apoyarían el ‘sí’ o el ‘no’.

No obstante existieron algunas de las fraternidades cristianas que se decantaron por el ‘sí’, las que lo hicieron por la opción contraria hicieron más ruido y resultaron ganadoras. Figuras como la del futbolista Daniel Torres (el volante que dijo que el presidente Santos llevó a cabo prácticas en el proceso “que no son de Dios»), la de la diputada de Santander Ángela Hernández (que armó la polémica por las cartillas de educación sexual y la ideología de género) y la del concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez llegaron a un núcleo fanático que hoy se percibe como un fuerte caudal electoral.

El Papa Francisco

Por todas las veces en las que Jorge Bergoglio ha demostrado pocas ganas y profunda hartera de venir a Colombia, ahora tiene la excusa más sólida para zafarse de viajar: el jerarca anunció hace unos días que sólo vendría al país cuando el acuerdo estuviese “blindado”.

 

Perdedores

Las firmas encuestadoras

Ya van varios años en serie en que las encuestadoras resultan como las evidentes perdedoras en una jornada electoral. Y sin embargo en esta ocasión el golpe a su credibilidad fue más contundente que nunca.

De todos los sondeos realizados de cara al plebiscito no hubo ninguno que diera como ganador al ‘no’, lo que confundió a los electores, desorientó al gobierno, y motivó un voto solapado en el que muchos colombianos pensaron que dado que ya estaba cantada la victoria del ‘sí’ por amplio margen no habría consecuencias de votar ‘no’.

Tal vez esta coyuntura sea un buen momento para reevaluar tanto los procesos de trabajo que realizan dichas empresas como el desmedido valor informativo que se le da a las encuestas por parte de los medios de comunicación y la sociedad en general.

El país

Colombia es el gran perdedor de la jornada plebiscitaria en varios frentes que no tienen que ver con el resultado. Perdemos por abstencionistas, por hipócritas, por polarizados y hasta por idiotas:

  • Perdemos por abstencionistas haber registrado la mayor abstención en 22 años (62.6%). Esto habla mal de nosotros como colombianos pues es un indicio de que a casi dos tercios de los ciudadanos no les importa participar en la definición de un futuro para su país y que, además, esa masa es absolutamente indiferente frente a mantener o eliminar las condiciones de guerra.
  • Perdemos por hipócritas porque la percepción general y las encuestas que dieron al ‘sí’ como imbatible ganador motivaron un voto solapado por el ‘no’. No creo equivocarme cuando pienso que muchos de los que salieron a festejar un voto positivo marcaron realmente ‘no’ en la papeleta, ni tampoco cuando creo que algunos de los que votaron negativamente sintieron angustia y tristeza al ver el resultado. Tal vez si todos hubiésemos sino más frenteros la sensación de desazón sería menor.
  • Perdemos por polarizados porque nunca antes la grieta entre nosotros había contaminado tantos frentes: si (49.78%) y no (50.21%), Santos y Uribe, el presidente y el vicepresidente, el campo y la ciudad, los ricos y los pobres, Bogotá y el resto del país, los religiosos y los que no lo son. [Esa expresión ‘grieta’ fue acuñada en Argentina para explicar la profunda división social entre los opositores y los afines al gobierno de Nestor y Cristina Kirchner que llevó a que existan familias enteras divididas y viejos amigos que no se hablan simplemente por tener una visión política o una visión de vida opuesta. Esperemos que, de cara al llamado a la unidad que ha reiterado el presidente, la grieta no se profundice en Colombia].
  • Y perdemos por idiotas porque, en un procedimiento electoral muy simple en el que la instrucción era marcar una de dos casillas marcadas con ‘sí’ y ‘no’ como posibles respuestas a una pregunta escrita, hubo 171.000 votos nulos.

Humberto de la Calle

El domingo 2 de octubre por la mañana Humberto de la Calle Lombana era uno de los aspirantes con más posibilidades de llegar a la presidencia en el año 2018 a pesar de que su candidatura nunca se hizo oficial. No obstante, ese mismo domingo 2 de octubre, pasadas las cinco de la tarde, de la Calle tuvo que entender desde el partidor que la carrera no estaba ganada desde antes de empezar.

Sin embargo, aunque el jefe negociador del gobierno se encuentre en una situación compleja, aún conserva esa percepción general de hombre serio, dedicado, decente, juicioso y firme que resultará determinante a la hora de elegir al nuevo presidente.

Las víctimas

Si bien existe ahora una esperanza (no sabemos si real o ficticia) de lograr un acuerdo mejor con las Farc que permita gestionar mejor el posconflicto, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera contenía mecanismos para reparar integralmente a las víctimas.

En el acuerdo no sólo quedó explícito que las víctimas recibirían una reparación económica aportada por las Farc y en su defecto por el Estado, sino que se les iba a permitir conocer la verdad y tener garantías de no repetición, lo que sumado a las penas de la justicia transicional implicaba una reparación integral.

Es válido el debate de si las penas alternativas son suficientes para darle sustento a esa reparación integral, pero no nos encontramos en una aula de clase debatiendo teorías. Nuestra realidad es que existen más de seis millones de víctimas que, de nuevo, quedan sin una oportunidad tangible.

Es triste que ver que los departamentos que más han sufrido el conflicto hayan sido los primeros en unirse entorno al ‘sí’: Chocó, Cauca, Nariño, Putumayo, Vaupés. Y no mencionemos al municipio de Bojayá, víctima atroz de la violencia, en el que los resultados fueron 1 936 por el ‘sí’ y 87 por el ‘no’.

La politiquería de promoción y apoyo al ‘sí’: Cristo, Serpa Gaviria y De la Calle 

La campaña por el ‘sí’ tuvo varios padrinos políticos que auguraron copiosos caudales electorales por regiones que nunca llegaron. Mientras que el ministro del interior, Juan Fernando Cristo, hizo campaña por el ‘sí’ en Norte de Santander (en donde se impuso el ‘no’ con 64%), el senador Horacio Serpa la hizo en su trinchera política, Santander, en donde el ‘no’ ganó con el 56%. Por su parte en Risaralda, el departamento del ex presidente y cabeza más visible del ‘sí’, César Gaviria, ganó el ‘no’ con el 56%, y en Caldas, el terruño de Humberto de la Calle, el ‘no’ derrotó con 57%.

¿No será esta una pequeña señal de que la ciudadanía está cansada de que la vean únicamente como material electoral endosable a cualquier causa?

El que le manejó el Twitter a Vargas Lleras durante la tarde y noche del domingo

No sabemos quiénes son los que le manejan la cuenta de Twitter al Vicepresidente de la República, Germán Vargas, cuando él no la utiliza. Lo que sí sabemos es que el personaje encargado está tan desconectado de la realidad nacional que justo cuando el país digería un resultado complejo tras el cierre de la jornada electoral empezó a enviar trinos prefabricados con la etiqueta #CasasGratis.

No hay derecho a que cuando gran parte del país exigía un pronunciamiento de uno de sus líderes, un community manager publique propaganda política a favor de la aspiración presidencial de Vargas Lleras desde su cuenta.

 

En el limbo

El presidente Santos

En este momento es imposible clasificar a Juan Manuel Santos en la casilla de los ganadores o perdedores pues si bien es cierto que su causa era la del ‘sí’, y que esta opción política fue derrotada, su victoria o fracaso definitivos dependerá del manejo político y social que le dé a la crisis.

Lo que sí se debe mencionar es que su discurso fue correcto, conciso y preciso. En él, además de reconocer y aceptar el resultado de la democracia, envió tres mensajes fundamentales para disipar la creciente ansiedad que se apoderaba paulatinamente de los colombianos: (i) el presidente enfatizó que mantendrá el cese al fuego bilateral, lo que nos permite esperar que las cifras de violencia sigan en los mínimos registrados. (ii) Hizo un llamado a todas las fuerzas políticas (en especial a las del ‘no’) para iniciar un diálogo nacional con el fin de encontrar puntos de encuentro y unidad y (iii) informó que los puentes de comunicación entre el gobierno y las Farc se mantienen.

Estas son claras señales que da Santos para decirnos a los colombianos que nada está perdido hasta que todo esté perdido. Ojalá que los rumores que dicen que nuestro presidente se engrandece en las adversidades sean ciertos.

El premio Nobel de Paz

Muchos pseudo conocedores del intríngulis internacional condicionaban la entrega del Premio Nobel de Paz al presidente Santos al resultado del plebiscito, que muchos daban por asegurado. Ahora la situación dio un giro y, tal vez, al Comité Noruego del Nobel le resulte prudente esperar un año más antes de entregar un galardón que bien podría ser tan cuestionado como el que recibió Barack Obama hace unos años.

@JaimeLuisPosada

Compartir post