Esta semana un niño de once años, Damon Weaver, logró lo que muchos periodistas desearíamos: entrevistar de manera exclusiva al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
El chance no le cayó del cielo, ni fue el resultado de una rifa. El había hecho una solicitud ocho meses atrás. «Lindo traje, hombre», dijo el presidente al aprendiz de periodista, instalado, de corbata y micrófono en mano, en un sillón de un salón de la Casa Blanca.
Las preguntas no tuvieron la profundidad de las realizadas por Larry King o David Leterman, o el «venenito» de las de María Isabel Rueda o el sarcasmo de Jaime Baily, pero el hecho dejó un mensaje al mundo más profundo que lo que estos grandes del periodismo pueden obtener en las respuestas de sus entrevistados: no hay imposibles.
Fueron ocho meses de espera para 10 minutos de gloria con chiva incluida, pues Obama le anunció que hará un «gran discurso» sobre la escuela el 8 de septiembre. Y lo mejor para el final. Weaver al terminar la entrevista hizo sonreír al presidente al preguntarle: «Ahora que ya lo entrevisté, ¿quiere ser mi amigo?».
«Si crees que no puedes, tienes razón. Si crees que puedes, también tienes razón», decía Henry Ford. Y he aquí el ejemplo de lo que en la vida real significa esa frase. Vuelve y juega el temita aquel de que la limitación empieza en tí.
Te invito a hacer un pequeño ejercicio: parate con los pies un poco separados a mas de un metro de una pared, pero de lado, no de cara a la pared. Levanta ambos brazos sin doblarlos frente a si y hasta que estén paralelos al suelo.
Haz ahora un giro de cintura a la izquierda lo máximo que puedas. Fíjate muy bien el punto de la pared donde apunta uno de tus dedos el dedo a manera de marca de donde fue lo máximo que pudiste girar. Vuelve a la posición inicial, cierra los ojos y ahora imagina, solo imagina, que vuelves a hacer ese giro pero mentalmente y piensa que llegas mas lejos de lo que llegaste inicialmente, recuerda muy bien el nuevo punto. Abre tus ojos y vuelve a hacer el giro físicamente tal como te lo habías imaginado. ¿Qué ocurre ahora? ¿Hasta donde llegaste?
Ese es el poder que tienes dentro de tí, de llegar donde quieras. Ocho meses para 10 minutos.. La felicidad está en el camino, no en el destino..
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