“Ese pequeño que intentaba ver el mundo de manera diferente
no ha dejado de recordarme todas las mañanas
que aún tenemos muchos capítulos por escribir.”
Alfonso Cruz
Mientras en España, donde según un informe de Unicef para el año 2013 este país tendría un millón menos de niños, (descenso poblacional que obedece por lo general a flujos migratorios y al alto coste de tener un hijo en las épocas de crisis económicas), en Colombia al menos en estos tiempos, no hay problemas de natalidad en su población, al contrario, cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística-DANE-, aseguran que cada minuto nace un niño en el país, sin embargo parece que estos datos son ignorados.
Omitimos que de los nacimientos diarios, 408 corresponden a padres adolescentes de edades entre 10 y 19 años, es decir, niños criando niños. Y que muy a pesar de las campañas institucionales que se han promocionado para evitar el embarazo temprano, nuestro país sigue con la tendencia a crecer poblacionalmente, con menores que en muchas de las situaciones nacen en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Callamos por los más de 16 mil niños que han desaparecido en los últimos cinco años, de los cuales, según Medicina Legal, 8.069 menores continúan desaparecidos, de los restantes, 7.988 fueron hallados vivos y 186 muertos. Cifras que son alarmantes, aunque no se les dé la importancia que merecen.
Y aunque aparentemos que nos importan los niños cuando se conocen casos aberrantes de abuso, maltrato y muertes y, que por suerte resultan ser mediáticos y sobre los cuales se clama justicia, también desatendemos casos similares que no llegan a ser portada de la prensa, ni titular de un noticiero. No sabemos el destino de los más de 4 mil niños que a diario viven en la calle, que son abandonados y que son reclutados por grupos al margen de la ley o por bandas criminales. Por desgracia tenemos un país que no ha aprendido a defender a los más vulnerables ni a defender sus derechos.
Reincidimos en el error más grande que un país puede cometer, cultivamos la infelicidad en nuestros niños, alimentamos el miedo a vivir en una sociedad que no es capaz de protegerlos y que constantemente ignora su relevancia para hacer de Colombia un lugar donde se puede vivir con calidad de vida.
En definitiva, pareciera que viviéramos en un país sin niños, donde no nos importa lo que les pueda pasar, donde se conocen casos de abandono total, donde quien quiera puede abusar de ellos a su antojo, porque al fin de cuentas la indiferencia es tal que en ocasiones no se sabe quién o quiénes son los padres de los pequeños, porque no importa, porque solo es un niño más. Mi sentir es que nos hemos olvidado de ellos. Como país somos responsables de cada una de las muertes por maltrato, por hambre, por explotación sexual y laboral y, por las consecuencias de la guerra.
Reforzar los derechos de los niños es hacer valer el futuro que todos queremos para Colombia, quererlos y cuidarlos cultiva la premisa inequívoca de que son ellos quienes pueden cambiar el mundo.
@Lore_Castaneda
Comentarios