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Recientemente mi madre fue hospitalizada de emergencia. En cierto momento, dadas las reacciones de su cuerpo y debido a su avanzada edad (96 años), sus hijos temimos que su tránsito por este mundo había llegado a su final. Sin embargo, gracias a Dios y al vehemente deseo de ella de aferrarse a la vida, su salud se restableció por completo. Hoy está otra vez en  casa desempeñando su jefatura espiritual como cabeza de una extensa familia.

Debo reconocer que, ante la posibilidad de su partida y de no poder compartir más con ella en el plano físico, viví momentos muy angustiosos y experimenté sentimientos encontrados. Recordé, mientras cuidaba de ella en la clínica, muchos de los momentos que pasé a su lado desde mi niñez hasta el presente y pensé que pude aprovecharlos de mejor manera. Vino a mi mente, por ejemplo, el instante en que salí del hogar paterno para formar mi propia familia y pensé en la cantidad de personas que han hecho lo mismo. Medité en el poco tiempo que dedican a sus madres por atender sus compromisos inmediatos con sus parejas, hijos, amistades, trabajo etc.  Ellas solo reciben una visita (en el mejor de los casos) o una invitación el día de las madres, en su cumpleaños o en las fiestas decembrinas. A veces una simple llamada es aplazada una y otra vez.  Muchos hijos se fastidian porque sus madres se han vuelto monotemáticas o solo saben presentar quejas. No tienen paciencia ni comprensión para entender que el paso de los años afecta su percepción de los hechos y, a veces, nada más quieren reclamar un poco de atención.

Mi propósito en esta entrada es exhortar a quienes tienen el privilegio de compartir este plano con sus madres a que aprovechen los momentos disponibles para que se acerquen a ellas. Una madre está dispuesta a escuchar a sus hijos, a celebrar sus éxitos o brindar consuelo en las dificultades y las derrotas. Sus brazos siempre estarán abiertos para recibirlos con una sonrisa aunque haya pasado mucho tiempo desde la última visita. Procurará ofrecerles lo mejor de sí misma, incluso su propia vida si llegara a ser necesario. Nunca formulará reproches pero a veces deberá reprender al que se haya desviado del recto camino.

El amor materno es tan grande que trasciende las barreras de la racionalidad. Una madre ama a sus hijos “porque sí”; no necesita razones ni argumentos para amarlos. El sentido de su vida generalmente está centrado en ellos. Incluso, después de su tránsito al plano espiritual continuará protegiéndolos y guiándolos a través de los sueños hasta convencerse de que podrán seguir viviendo sin su ayuda.

A continuación publicaré algunos sueños llegados a mi correo relacionados con madres y sus respectivos mensajes:

1.- EL SUEÑO DE CAROLINA:

“Mi mamá falleció hace 4 años y últimamente me he soñado con ella y casi siempre la veo igual, tiene una actitud de alejamiento, como disgustada conmigo y por más que le pregunto qué pasa no me contesta y solo me señala una cama, ¿puedes ayudarme en entender que me quiere decir?”

RESPUESTA: Carolina, después de fallecer tu mamá te convertiste en cabeza de familia y asumiste la responsabilidad de cuidar a tus hermanos. Ese hecho te ha determinado a tomar decisiones equivocadas; crees que satisfacer todos sus gustos en cosas materiales hace que tu labor como hermana mayor se cumpla. Tu mamá más que disgustada se siente triste, no es posible que hayas abandonado tus estudios cuando estabas a punto de convertirte en una profesional y elegiste ganar dinero de manera rápida y aparentemente fácil como prepago (la imagen de la cama); busca apoyo en tus tíos y demás familiares para sacar adelante a tus hermanos y verás como ella sonreirá en tus sueños.

2.- EL SUEÑO DE LUISA:

“Hola Candy, mi sueño es el siguiente: me veo caminando al lado de mi mamá por una calle llena de escombros y huecos, luego están llenos de basura, después de solo arena y cuando llegamos a calles modernas y limpias, ella me dice que tiene que seguir sola porque debe continuar lo que hizo mi papá. Por más que yo la abrazo y lloro desconsoladamente, no la convenzo de que no se vaya. La veo alejarse y me desperté con el rostro bañado en lágrimas. Por favor, ayúdame.”

RESPUESTA: Luisa, ha llegado la hora de que compartas más tiempo con tu mamá y de que le demuestres todo el amor que sientes por ella. Procura llenar de momentos felices cada espacio que compartas con ella. El mensaje de tu sueño anuncia la partida de tu madre hacia el plano espiritual. Ella siente que debe reunirse con su esposo (tu padre) y debes agradecer a Dios por todo el tiempo que la has tenido a tu lado y por todo lo que te enseñó. Ella ha protegido a sus hijos, nietos y biznietos. Dios te bendiga.

CANDY.

El Portal de los Sueños

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