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La pandemia mundial ha afectado, de manera inmediata, la manera de trabajar de las personas, y a futuro su impacto será determinante. Las empresas, ante las medidas de aislamiento social, se vieron obligadas a adaptar su accionar al ecosistema digital para poder seguir funcionando, en la medida de lo posible. Esto hizo que las empresas se dieran cuenta que gran parte de su día a día puede ser hecho de manera virtual, lo cual podría implicar grandes cambios en el futuro del trabajo.

Uno de estos cambios sería la mayor inversión de inteligencia artificial en las cadenas de producción mundiales. Esto en aras de evitar que, en una futura pandemia, las fábricas tengan que volver a ser cerradas y la producción mundial disminuya de una manera similar o peor. Esto a su vez, traería consigo unas consecuencias importantes dado que el Estado, junto con las instituciones técnicas y universitarias, tendrían que buscar la manera de reentrenar a estas personas para que sean partícipes de nuevas modalidades de trabajo que les permitan tener un sustento similar al que hayan perdido.

Otro de estos cambios podría ser la reducción de gastos en las empresas como viáticos, arriendos en espacios de oficinas, entre otros. Con el pasar de la cuarentena en el país, las empresas se han dado cuenta que las juntas directivas o reuniones de trabajo pueden hacerse de manera virtual. Por consiguiente, las empresas tendrán ahora un incentivo económico para ahorrar los gastos de viajes de sus trabajadores o miembros de junta, haciendo las reuniones vía Zoom, Microsoft Teams o demás plataformas que lo permitan. De esta manera, las empresas se ahorrarían gastos que podrán ser utilizados de una manera diferente.

El sector empresarial también se ha dado cuenta que sus espacios de oficina pueden verse reducidos de manera significativa. Algunos bancos, ante la necesidad de disminuir la cantidad de gente en sus sucursales físicas, han decidido desarrollar de manera importante su banca digital. Esta inversión sólo incrementará con el tiempo, haciendo entonces que la banca cada vez sea más digital y menos física.

De igual forma, algunos call-centers han tenido que desarrollar un software que le permita a sus trabajadores ejercer sus funciones desde su hogar. Esto entonces podría llevar a que esta industria cada vez requiera menos espacio físico, pues le saldría más barato a estas empresas invertir en un mayor ancho de banda en los hogares de sus trabajadores, y dándoles acceso a un software, para que puedan hacer su trabajo.

Por consiguiente, la empresa podría disminuir sus costos y argumentar que la flexibilidad del teletrabajo ayuda a una mayor calidad de vida para sus trabajadores y que están aportando al medio ambiente. Esto porque los trabajadores no tendrían que desplazarse y, por consiguiente, habrá menos emisiones de gases dañinos al planeta, lo cual mejoraría la calidad de aire de las ciudades. De esta manera, las empresas también podrían disminuir sus costos, dado que podrán eliminar el subsidio de transporte de sus trabajadores.

Ahora, esta claro que en todo avance tecnológico hay ganadores y perdedores. Es por eso que el gobierno, junto con instituciones educativas y la empresa privada, deberán buscar la manera de reentrenar a la mano de obra afectada por estos cambios en el mercado laboral. De igual forma, deben buscar cómo ayudar a aquellos ciudadanos que, por su edad, se encuentren en un punto donde no sería para ellos beneficioso reentrenarse para volver a competir en el mercado laboral.

El covid-19 trajo consigo unas consecuencias inmediatas como cuarentenas y distanciamiento social. No obstante, las afectaciones al futuro del mercado laboral serán igual de determinantes para el futuro de los países, y es responsabilidad del sector público, privado y los ciudadanos buscar soluciones para ayudar a quienes serán afectados, y adaptar los futuros trabajadores a las nuevas condiciones y demandas del mercado laboral.

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 MARIO CARVAJAL CABAL

Internacionalista y Ayudante de Investigación en una Consultora Geopolítica

Twitter: @Mariocarvajal9C

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