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El miércoles, el Partido Republicano eligió a Mike Johnson como presidente de la Cámara de Representantes (Speaker of the House), culminando tres semanas de caos para el partido. Esta crisis del partido liderado por Donald Trump, empezó con las elecciones del 2022 cuando, en las elecciones de medio período, el partido no logró tener los resultados esperados. Según el American Presidency Project, en las elecciones de medio periodo entre 1934-2018, el partido de gobierno pierde, en promedio, 28 representantes a la cámara y 4 senadores.

Con este patrón histórico, y un presidente impopular como Joe Biden, quien desde agosto del 2021 no logra superar el 50% de aprobación, los republicanos vaticinaban una ola roja. Algunos analistas de Fox News, llegaron a vaticinar que sería un tsunami republicano y que lograrían controlar el Senado y la Cámara de Representantes y que el espacio de maniobra política del presidente Biden se vería seriamente afectada. Esto no pasó. El partido demócrata solo perdió nueve representantes a la Cámara y, al haber ganado la elección en el Senado de Pennsylvania, logró mantener el control de la cámara alta.

Este resultado derivó, entre otras cosas, a que la elección por la presidencia de la Cámara de Representantes, que ganó Kevin McCarthy, fuese la más larga en la historia de los Estados Unidos, desde la guerra civil. Usualmente esta elección es una formalidad, pues dentro del partido se elige quien es el líder y este se convierte en presidente del Congreso. No obstante, ante la tenue mayoría del partido Republicano, de apenas 8 personas, McCarthy no podía perder muchos votos dentro de su partido y, para obtener la mayoría, acordó con los miembros más radicales de su partido, que cualquier miembro, de manera individual, podría iniciar una moción para removerlo de su cargo. Este acuerdo derivó, naturalmente, en que hace tres semanas Matt Gaetz, representante de la Florida y una de las personas que negoció esa regla para darle el apoyo a McCarthy, decidió inició y ganó la moción para removerlo de su cargo.

El representante McCarthy dejó el cargo y a partir de ese momento, la Cámara de Representantes se paralizó pues, al no tener un presidente, estos no podían legislar. Adicionalmente, adentro del partido Republicano, el caos inició. El primero en lanzarse a reemplazar a McCarthy fue Steve Scalise, representante por el estado de Luisiana. Sin embargo, el ala más radical del partido, cercana a Trump y representada por Jim Jordan, decidió hacerle oposición, pues lo consideraban una figura muy moderada. De esta manera, después de varios días de negociación, Scalise decide retirarse de la carrera, al no poder obtener los 217 votos necesarios.

El segundo en intentar lanzarse fue Jim Jordan, representante por el estado de Ohio y aliado cercano de Trump, que aún no ha reconocido que Biden ganó la elección. Sin embargo, después de tres votaciones en la plenaria del congreso, y de haber obtenido menos votos en cada ronda, Jordan retiró su candidatura, dejando la Cámara de Representantes en un limbo. El tercero en intentarlo fue Tom Emmer, representante por el estado de Minnesota que duró solo horas como el candidato designado como presidente de la Cámara de Representantes pues, al ver que no tenía manera de obtener los 217 votos, decidió retirar su candidatura, inclusive antes de que se pudiera votar en la plenaria de la Cámara.

El cuarto, y finalmente candidato electo, fue Mike Johnson, representante por el estado de Luisiana y uno de los líderes del movimiento que intentó revocar los resultados presidenciales del 2020. Este fue electo, en parte, porque aún es desconocido y, de esta manera, no tiene muchos rivales dentro del partido. No obstante, su labor será fácil. El gobierno federal de Estado Unidos esta ad-portas de una parálisis del gobierno federal, pues los partidos tienen hasta el 17 de noviembre para aprobar un presupuesto que permita que el gobierno continue en funcionamiento. Adicionalmente, existe resistencia dentro de la Cámara para pasar un nuevo paquete de ayuda en recursos económicos y armamento a Ucrania, en especial del partido republicano. Por consiguiente, Johnson deberá ser muy hábil para negociar con el partido demócrata sin perder los apoyos de su partido pues aún sigue vigente la regla que cualquier legislador del partido republicano puede convocar, de nuevo, a una moción para remover al presidente de la Cámara de Representantes.

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 MARIO CARVAJAL CABAL

Internacionalista de PUJ, Magister en Estudios Latinoamericanos de Oxford y en Economía Política Internacional de LSE

Consultor Senior de Asuntos Públicos en IDDEA Comunicaciones

Twitter: @Mariocarvajal9C

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