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Desde el inicio de la campaña electoral en Estados Unidos, Donald Trump ha sembrado dudas sobre la veracidad de la elección. Este ha afirmado en varias ocasiones que, como consecuencia de la pandemia, esta elección estará plagada de fraude electoral e, inclusive, ha propuesto posponer la elección hasta que los ciudadanos puedan votar presencialmente. No obstante, la elección que se aproxima cada vez se ajusta más, y podría presentarse un escenario que podría crear una crisis constitucional sin precedentes en el gigante norteamericano.

Según los miembros del Transition Integrity Project, un grupo bipartito de más de 100 expertos de diferentes universidades, que busca mantener la integridad en la transición de poder presidencial, uno de los escenarios que podría darse es que en el día de la elección, Trump vaya liderando en los estados bisagra (swing states), llevando a que se asuma que el líder estadounidense parece ser reelecto. Sin embargo, cuando empiecen a contar los votos por correo, Joe Biden empiece a recuperar terreno e, incluso, a liderar en estados claves para ganar la elección. Es importante tener en cuenta que este escenario no es descabellado, pues, según una encuesta de NBC News  y el Wall Street Journal hecha el mes pasado, los ciudadanos del partido Demócrata están más inclinados a votar por correo que los republicanos. Según esta, el 47 % de los encuestados que se identificaron como demócratas aseguraron que votaran por correo, comparado con el 11 % de quienes apoyan al partido Republicano.

Dentro de los diferentes escenarios considerados por el portal FiveThirtyEight está el que Trump, en la noche de la elección, empiece liderando en el estado de Pennsylvania. No obstante, es posible que para el 3 de noviembre no estén incluidos la totalidad de los votos por correo, lo cual podría derivar en que, con el pasar de los días, Biden sea declarado el ganador de este estado. Esto plantearía un escenario difícil de afrontar, pues el gobernado del estado, Tom Wolf, es del partido Demócrata, pero la legislatura del estado es controlada por los republicanos. De esta manera, el gobernador Wolf podría firmar el certificado donde reconoce la victoria de Biden en Pennsylvania, entregándole los votos electorales, pero la legislatura estatal liderada por los republicanos podría alegar que hubo fraude electoral y decidir nombrar a un nuevo grupo de electores, el cual decidiría quién gana el estado. Esto entonces podría derivar en una batalla entre las cortes que podría tomar tiempo y afectar la credibilidad de la elección.

Adicionalmente, según el portal FiveThirtyEight, es importante tener en cuenta que el congreso de los Estados Unidos tiene amplio poder en temas electorales. Asumiendo que la Corte Suprema de los Estados Unidos afirme que no puede considerarse los electores propuestos por los republicanos, el Congreso de este país puede, legalmente, considerar ambos electores siempre y cuando estos hayan entregado la documentación necesaria. Esto como consecuencia, según un artículo del portal FiveThirtyEight, del acto del conteo electoral de 1887, donde se determina que el Congreso de este país es quien decide cómo manejar una elección de este tipo. No obstante, según FiveThirtyEight, este acto legislativo es especialmente ambiguo en cómo manejar una situación de desacuerdo entre el Senado (controlado por los Republicanos) y la Cámara de Representantes (controlado por los Demócratas). Asumiendo que el Congreso asume el control del resultado electoral, el vicepresidente Mike Pence, actuando como presidente del Senado, tendrá la potestad de supervisar el conteo electoral y este podría determinar que los votos electorales de Pennsylvania, al considerarse ilegítimos por posible fraude, no serán considerados y que la elección ahora se determinará por la mayoría de 518 votos electorales y no los 538 iniciales.

Ahora, lo que queda claro es que, según la enmienda 20 de la constitución estadounidense, el 20 de enero termina el período presidencial y alguien debe asumir este cargo. Sin embargo, esta ley es también ambigua sobre quién debe asumir el cargo en caso de una disputa electoral como la anteriormente planteada. En este caso, asumiendo que ni el presidente Trump ni el vicepresidente Mike Pence puedan asumir este cargo, la línea de sucesión determina que el cargo lo asumiría la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de manera temporal, hasta que se defina quién es verdaderamente el presidente electo.

De esta manera, la contienda electoral estadounidense se pone cada vez más interesante, pues Trump ha empezado a ganar terreno en estados determinantes como la Florida, donde el presidente del país ha empezado a disminuir la ventaja que Biden tenía en el voto latino. De igual forma, la violencia en las protestas, acompañado de un repunte en indicadores económicos, le ha dado un respiro a la campaña presidencial al candidato Republicano. Sin embargo, según las encuestas, Biden sigue liderando la contienda electoral. Aunque aún falta un mes y medio para la elección, es importante considerar la posibilidad de que el resultado no se determine el día de la elección, y esto podría acarrear unas consecuencias nefastas para la institucionalidad del gigante norteamericano.

PD: El miércoles el presidente Trump, al ser preguntado si se compromete a un pacífica transición de poder si perdía la elección presidencial, afirmó que tendrá que ver qué sucede.

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MARIO CARVAJAL CABAL

Internacionalista y Ayudante de Investigación en una Consultora Geopolítica

Twitter: @Mariocarvajal9C

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