Pepe Sánchez fue una de esas personas cuyo aprendizaje y evolución significaron la evolución de la televisión misma. Vivió en la época en que esa industria todavía no era industria, en la que se podía experimentar, en la que se podía innovar (aunque no creo que usaran esa palabra), en la que lo importante no era la plata. Para no ir más lejos, cuando la televisión empezó en Colombia, era vista como un medio menor y no se le daba mucha importancia, como suele pasar. Se grababa por allá en un sótano, feo, desarreglado, en obra gris. No había casi presupuesto. Como no se le veía negocio, era un medio «educativo y cultural». Las comillas son porque es textual. Y como no se le veía negocio, no le prestaban mucha atención, por lo que se podía experimentar.
Y gracias a esas libertades que daba el no tener mucho interés económico, el maestro Pepe Sánchez se atrevió a experimentar formatos, pensar en nuevas maneras de contar historias. Su estilo costumbrista reflejaba la realidad colombiana. Contaba Pepe (me perdonan la confiancita) que en «Café, con aroma de mujer» algo que influyó mucho fue permitirles a los actores improvisar, darles esas libertades en los diálogos que, al final, hicieron que se volviera una historia auténtica, sin tanto lenguaje acartonado. Sus personajes hablaban como habla la gente de verdad.
De una vez les dejo la banda sonora de la semana, que no podía ser otra que esta. La pueden escuchar mientras leen. Más de uno de ustedes la va a cantar a grito herido, jajaja.
https://www.youtube.com/watch?v=REIFmCNSLzU
Con Don Chinche, Pepe Sánchez se pudo dar el lujo, por primera vez en nuestro país, de grabar en exteriores y a una cámara. Eso era romper todos los esquemas de la época. Él siempre quiso hacer eso porque lo vio en Italia y quería replicarlo acá. Esa técnica también se utilizaba en el cine, que tenía un poco más de presupuesto e importancia por ese entonces. Pues cuando le propusieron dirigir Don Chinche, Pepe vio la oportunidad de ensayar. Y le funcionó.
Bueno, decir que le funcionó es restarle mérito, porque eso no fue de un día para otro. Al principio muchas personas no disfrutaban la serie; Don Chinche les parecía medio ramplón y no le encontraban la gracia (sobretodo en la clase media, porque a las clases alta y baja sí parecía gustarles). Afortunadamente no existía el demonio del rating, porque de no ser así Don Chinche habría salido en su «primera temporada». Luego los gringos se inventaron eso de los pilotos, que vienen siendo como un capítulo de ensayis, como por ver si a la gente les gusta algo o no. Pero es que hay cosas a las que se les coge el gusto con el tiempo, que vienen siendo gustos adquiridos. Y usualmente esos gustos adquiridos son los mejores.
De entrada a la gente le gusta el reguetón, porque tienen un ritmo alegre y fiestero, aunque sus letras sean una soberana basura. No todas, pero sí bastantes. No sé ustedes, pero hay música que yo disfruto más mientras más la escucho, música a la que le voy encontrando más sentido porque la entiendo mejor cada vez. Y para eso no necesito estar en una rumba ni con tres tequilas encima. No todo el mundo le encuentra sentido a «aún tengo al sol para besar tu sombra». Es que lo que seduce nunca suele estar donde se piensa.
Eso mismo del rating ha sucedido con muchas otras series, que nunca ven la luz porque el piloto no funcionó. Pero que el rating no sea el mejor no necesariamente quiere decir que la serie sea mala, pudo ser porque se enfrentó a un competidor muy fuerte, o porque se transmitió en un canal pequeño, o porque su horario no era el mejor. Netflix ha roto esquemas porque cada quien ve el contenido cuando quiere, cuanto quiere. Ahí lo que prima es la calidad del contenido, no el horario. Y gracias a que miden cada cosa, los de Netflix han podido detectar que una persona se engancha realmente con una serie cuando ve los primeros cuatro capítulos. No uno, no el piloto, como tradicionalmente funciona la industria.
A algunos actores les exigen que tengan muchos seguidores para contratarlos. No importa si eres buen actor o no, importa si tienes muchos seguidores en Twitter.
Gracias a eso existen House of Cards (la primera serie web nominada a varios Emmy y a varios Globos de Oro), Orange is the new black, Sense 8 y Stranger Things, entre muchas otras. Con House of Cards se cambiaron esquemas porque, de entrada, no se dio presupuesto solo para el piloto, que fue lo que ofrecieron cadenas como HBO, Showtime y AMC, sino que de una vez aprobaron dos temporadas. Así se piensa en el «gran cuadro», en el bosque y no en los árboles.
Y ese afán de la plata, de los números y el rating se ve en otras industrias, como el naciente Marketing Digital. Digo naciente porque aún estamos aprendiendo, estamos inventando y aún no se le da mucha importancia. Pero eso crecerá y cada vez habrá más presupuesto, lo entenderemos más y sabremos usarlo mejor. Lo triste del marketing digital es que aunque no lo entendemos del todo, ya le estamos exigiendo números y es así como caemos en errores tontos y en el cortoplacismo. En lugar de pensar en qué tanto nos sirve publicar, pedimos a las agencias que publiquen 10 veces al día, aunque no tengamos nada que decir. Pensamos que alguien es más «influyente» en redes sociales porque tiene 50 mil seguidores, pero no nos fijamos en que de pronto 30 mil son de India, Afganistán o Kazajistán. No nos fijamos en qué tanto conversa una persona con sus seguidores sino en que tiene muchos seguidores, aunque sean comprados.
Es más, para volver al tema de la televisión, sé que a algunos actores les exigen que tengan muchos seguidores para contratarlos. No importa si eres buen actor o no, importa si tienes muchos seguidores en Twitter. ¿En serio? Lo único que se logra con eso es que ya un actor no se preocupe por prepararse, que ya no se gaste la plata en talleres de actuación sino en seguidores en Twitter.
Creo que soy de esos estúpidos románticos que sueñan con que algún día el mundo nos permita premiar más el talento que los números, en que la serie exitosa sea la que tenga mejor contenido y no más audiencia. En que se le pague más al que lo merece, no al que lo compra. Lamentablemente la masa prefiere el contenido fácil al valioso. Por eso preferimos unas empanadas a una ensalada (yo sé, me estoy poniendo ñoño y cansón). Por eso ven más a un youtuber balbuceando «nuevo video» con voz de troglodita, que a uno que nos cuente cosas que aportan. Perdonen, pero soy de ese grupo de personas que no le encuentra ningún valor a alguien que se llena la boca de gaseosa y mentas hasta que le explota y se le sale por la nariz mientras los demás se ríen como tarados.
Sigo soñando con el día en que valoremos más a los Pepe Sánchez del mundo, a esos que aman lo que hacen, a los que se permiten experimentar y encontrar mejores maneras de hacer las cosas. Igual, sé que eso no pasará pronto, si es que sucede. Pasará mucho tiempo antes de que la plata sea el único factor que nos importa.
Por lo pronto espero rodearme de esos locos que se atreven a romper esquemas, a hacer cosas «locas» y que nadie más haría. A aprender de sus ensayos y errores y no a copiar «fórmulas ganadoras» para tener más rating. Espero aprenderle a Pepe Sánchez a trabajar mucho, muy fuerte, con tal de sacar algo de calidad, aunque le toque hacer de todo: dirigir, hacer libretos y terminarlos mientras graba. A pensar más en el largo plazo y abrir la mente. A ese visionario le debemos mucho. Ya Pepe decía que las fórmulas mágicas no existen, lo único que logra una fórmula es copiar. Cuánta razón.
Maestro Pepe Sánchez, gracias por traernos a Don Chinche, a Eutimio y Rosalbita. Gracias por experimentar, por romper esquemas y darle ese toque tan suyo a Café, con aroma de mujer. Por enseñarnos la Colombia de verdad. Gracias por demostrar que el amor a la profesión al final se nota.
Ya salió el segundo capítulo de los Podcast Anónimos. Esta vez hablamos del aborto, y 3 personas anónimas nos cuentan sus historias. Incluso hay un hombre que no quería que su novia abortara pero al final sucedió; también hay testimonio de Florence Thomas. Personalmente creo que las estudiantes se fajaron con este episodio. Por favor escúchenlo y me cuentan qué tal.
http://www.spreaker.com/user/soyanonimo/aborto
Aprovecho para desearles feliz navidad. Espero que los llenen de regalos y de abrazos. Si no, al menos llénense de buñuelos que en diciembre hay excusa. En enero nos ponemos juiciosos con la dieta y el ejercicio, jajaja. En serio, de todo corazón, mucha felicidad para todos. Gracias por leer los marmotazos, por dejarme contarles tantas pendejadas. Y mejor no sigo porque si lloro se corre la tinta y les mancho el blog.
Hace poco una amiga me preguntó si yo soy un tipo divertido. Le dije que no, pero no me creyó. Acá está la prueba.
Nos leemos el otro jueves para cerrar el año, o antes si algo extraordinario ocurre. ¡Chau!
Todas las entradas, están en: http://blogs.eltiempo.com/marmotazos/ O si quieren que les llegue al correo cada vez que se publica un Marmotazo, en el botón «Seguir este blog +” que encuentran al comienzo, bien arriba, tienen la opción y no se pierden ni una.
Pero si quieren les recomiendo algunas entradas anteriores: «Fui a Coldplay pero no lo vi«, “Diez señales de que simplemente no te quiere“, «Duyu Espiquinglish?«.
También estoy en Facebook, Linkedin e Instagram, ahí podemos hablar todo lo que quieran. Y me encuentran en Snapchat como gamboaomar.
Hola Omar! Los comentarios acerca del maestro Pepe son acertados, de esa gente que le mete el alma a lo que hace, ahora poquita más bien! En cuanto a tu super producción, por lo menos haces algo diferente el domingo…jijiji
Un abrazo.
Califica:
Jajajaja. Esos domingos son la locura 😀
Califica:
Usted si es mucha escritor tan bravo, no Gamboa? Ud respira inteligencia por todos los poros. Ya es hora de que lo contraten en un gran medio. Siga escribiendo, espero que llegue muy lejos.
Califica:
yo creo q si eres divertido una conversación contigo den ser un Cuento Feliz Navidad
Califica:
Jajaja. ¿Será? Con un buen café charladito.
Califica:
Hayyy Omitar me parece superr tu forma de escribir todo fresco relajado y descomplicado,bendicinoes.
Califica:
Hooola. Muchas gracias! Un súper abrazo para ti 🙂
Califica:
Primer comentario
La verdad si da nostalgia que se vaya uno de los grandes, y la parte del inmediatismo de la cultura occidental que no permite trabajar en calidad como nos gusta, dedicándole el alma, haciendo cosas que nos provoquen mas orgullo que plata, aunque no se menosprecie la segunda.
Gracias por escribir
Califica:
Gracias a ti por comentar. Creo que en esta entrada seremos los únicos, jajaja.
Califica: