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En 1976, en los juegos Olímpicos de Montreal el deporte mundial tuvo para muchos su primer hito de la perfección: la atleta rumana Nadia Comaneci alcanzó el puntaje perfecto de acuerdo con los jueces en una de las modalidades de la gimnasia olímpica.
Lo curioso de la historia es que ni los tableros electrónicos estaban preparados para la perfección, pues apenas podían marcar hasta 9.95. Cuando los jueces digitaban 10, el sistema lo leía como si se tratara de 1.0. De tal manera que los jueces debieron aclarar en los altavoces del coliseo que el puntaje de Nadia había alcanzado los 10 puntos, es decir la perfección.
La perfección también la reclama una conocida marca de cervezas en Colombia.
Cuando Ingrid Betancourt fue liberada de su secuestro por ejercito colombiano en el gobierno de Álvaro Uribe, la excandidata afirmó que había sido una “operación perfecta”
La perfección es una utopía tal como lo es la objetividad de un periodista.
Le aseguro que algún purista quisquilloso de la gimnasia olímpica, que haya visto con cuidado el video de Nadia encontrará algún “detalle” para bajarle al menos algunas décimas a ese 10 perfecto. De la misma manera muchos creen que la cerveza perfecta no es la que reclama serlo y que la operación perfecta para rescatar a Ingrid no fue perfecta porque violó protocolos internacionales.
¿Por qué buscamos la perfección?
Entonces si la perfección no existe ¿por qué nos empeñamos en buscarla en nuestro emprendimiento? ¿ por qué no se ensañamos con el perfeccionamiento de pequeños procesos que nadie notará?
¿Por qué nos encaprichamos con algunos toques finales a un producto o servicio específico como si se tratara de un gran valor agregado, que en realidad el cliente o prospecto ni siquiera lo va a considerar?
Lo paradójico de la llamada perfección es que lleva implícita una imperfección porque lo que para mí es perfecto para otra persona es imperfecto.
La perfección es enemiga del emprendimiento. Aquí se lo explicamos en la edición número 50 de ingresarios al aire.
Para este podcast nos hemos basado en el capítulo titulado “Letting Go of Perfectionism” escrito por Elizabeth Grace Saunders y que hace parte del libro “Manage your day to day”
¿Tiene algún caso para compartir donde trato de buscar la perfección y le hizo más lento su proyecto o su emprendimiento? Compártanlo con nosotros.
Una de las licencias que nos han dado las redes sociales es que podemos hacer contenidos para promocionar nuestras marcas, sin que estos tengan que ser perfectos. Le recomiendo mi charla El Contenido es el Nuevo Marketing
Quizás le interese oír alguno de nuestros podcast anteriores aquí
todo es perfecto hasta que se descubre que algo le falta
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Entonces deberían suprimir del vocabulario y el idioma la palabra perfección y perfecto..estas quieren decir que hay que llegar al máximo de lo mejor dependiendo de cada uno, porque si no se busca esta perfección entonces se estará llegando a un producto sin calidad..el resto son palabrerias
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