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Así como se pidió ser mesurados en la victoria, el llamado ahora es a ser mesurados en la derrota. Nada se ha perdido. A pesar de que los detractores del azul (incluidos muchos «hinchas») llevan algo más de cuatro meses haciendo fuerza para que el equipo se caiga, hoy lunes 26 de noviembre de 2012 las posibilidades de pelear los dos torneos siguen latentes.

Fueron varios los factores que confabularon para que Millos perdiera el partido de ayer. Primero, la falta de definición de nuestros jugadores. Un mal que se manifestó en el partido en Buenos Aires y se repitió la tarde de ayer en Pasto. Millos pudo haber definido tranquilamente el partido desde la primera parte (jugando con equipo mixto).

Segundo, la tarde inspirada de Cuadrado quien NUNCA, estando en Millonarios, tuvo un nivel como el que viene demostrando en estos cuadrangulares.

Tercero, el grosero error arbitral del señor Roldán al no pitar una clara falta en el área sobre Otálvaro que hubiese significado una pena máxima y una oportunidad inmejorable para abrir el marcador.

Por último, seguramente errores individuales que cometen los jugadores en la marca, o en un pase mal entregado, que creo que son circunstancias de un juego en el que el desespero por no poder anotar se reflejó  en el nerviosismo de nuestros jugadores que no supieron apelar al factor de la fortaleza mental tan necesaria en estas instancias definitivas de los torneos.

Con la derrota sentenciada, no tardaron en aparecer en las diferentes redes sociales los comentarios malintencionados y «mala leche» de algunos que en las victorias se inflan el pecho con orgullo haciéndose llamar hinchas y a la primera dificultad apuntan toda su artillería envenenada en contra del equipo.

A esos «hinchas» de resultado, que creo que afortunadamente son minoría, les quiero decir que las puertas del bus de la victoria están abiertas, tanto para subirse como para bajarse. Hoy están remarcando los errores: Que Cosme es el peor delantero del mundo después de que hace 15 días fue el héroe del partido contra Gremio. Que Hernán Torres es un burro porque alinear a jugadores que ayer no tuvieron la suerte de convertir un gol, como si al DT le correspondiera entrar a la cancha a empujar el balón. Que la dirigencia es mediocre, que los hinchas de verdad somos resignados…en fin, simplemente estaban esperando una coyuntura como esta para poder ahí sí levantar su mirada y gritar a los cuatro vientos el tan conocido: «SE LOS DIJE»

Es cierto que el camino en la Liga se puso cuesta arriba, pero si algo ha tenido este equipo de Millonarios del segundo semestre es precisamente la capacidad de engrandecerse ante la adversidad, la jerarquía para sacar fuerzas de flaqueza y, sobre todo, la actitud y el compromiso de un puñado de futbolistas y cuerpo técnico que no se han cansado de demostrar que quieren ganar, que quieren dejar sus nombres marcados en la rica historia albiazul y que a muerte van a dejar hasta la última gota de sudor por entregarle a los hinchas (a los fieles y a los de resultado) un título y una alegría para festejar con vigor las venideras festividades navideñas.

Puede que no alcance con eso, puede que apuntarle a los dos torneos termine por dejarnos con las vitrinas de trofeos vacías pero, quién garantiza que apuntarle a uno solo de los dos torneos pudiera significar ganarlo sin problemas. Los otros equipos también trabajan, se entrenan, se preparan para ganarle y tumbar al mejor. Yo, la verdad, quedo más tranquilo sabiendo que se intentó ganar todo: «Prefiero confiar y correr un riesgo, a perder por no intentarlo»

Por lo pronto, esta semana tenemos al frente tres compromisos a cual más importante. Tres partidos, nueve puntos que harán la diferencia entre el éxito o el tener que esperar un poco más para obtenerlo. Algunos piensan que Millos se juega el semestre en una semana. Tres partidos en nuestra cancha, en nuestro templo, donde Millos se ha hecho casi imbatible, donde el apoyo de los hinchas (los buenos y los de resultados) ha sido definitivo en la consecución de resultados positivos.

No es el momento de abandonar, de dejar ese «aguante» del cual tanto alardeamos. Ahora más que nunca debemos manifestarnos en el Nemesio para decirle a los muchachos que ahí estamos, que sin importar si se pierde o  si se gana, siempre el principal patrimonio de este Club será su hinchada. Ahora es cuando debemos decir presente, y demostrar nuestra gratitud por tantas alegrías que disfrutamos este semestre: los dos clásicos ganados, el liderato de punta a punta de la Liga, los triunfos memorables y casi épicos de la Copa Suramericana, el respeto que Hernán Torres y sus jugadores han restaurado para nuestro orgullo de hinchas.

En fin. Será esta una semana decisiva para los logros que soñamos y luchamos este semestre, pero, por si de pronto, por aquellas cosas del fútbol nuestras ilusiones deben aplazarse un año más, de antemano quiero darle a este grupo de jugadores y cuerpo técnico un inmenso y efusivo GRACIAS por haberme devuelto la fe, la alegría y el orgullo de llevar puesta domingo a domingo esta hermosa camiseta azul que, gracias a la vida, desde muy pequeño llevo tatuada en el alma.

Cordial y albiazul saludo

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