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Según la mitología griega el Ave Fénix era un pájaro que periódicamente ardía y se consumía en llamas, para luego resurgir de entre sus cenizas.

Recuerdo hoy  aquel 20 de abril de 2011, cuando en desarrollo de la Asamblea de Fundación de la Azul y Blanco,  el señor Eduardo Silva planteó tres objetivos claros  de la nueva sociedad: el que Millonarios volviera al concierto internacional, tener jugadores en la selección Colombia y conseguir un título en un plazo de dos años.
En aquel momento, dados los recientes antecedentes, aquellas promesas parecían poco menos que utópicas. 
Millonarios, de la mano de la apenas naciente sociedad, intentaba por esos días superar  uno de los momentos más difíciles de su historia. A la apremiante situación deportiva que tenía al equipo al borde de pelear puestos de descenso, se le sumaban las multimillonarias acreencias que lo hacían una institución inviable.
Quizá por la baja autoestima originada en los pobres resultados deportivos obtenidos durante algo más de dos décadas de nefastas administraciones,  las palabras de Silva, para mí, no resultaban viables en un plazo tan corto. 
Claro que creía en el proceso de salvamento, claro que  confiaba plenamente en que el proyecto impulsado por José Roberto Arango se constituía en la única opción válida para sacar al equipo del hoyo negro en que lo sumieron aquellos que se dedicaron a manejar al equipo como su caja menor  y sin el menor interés por lo que siempre se dijo que era su principal activo: la hinchada. Pero honestamente, no creía que los objetivos propuestos por el señor Silva -hasta entonces un perfecto desconocido para mí- se pudieran realizar en un plazo tan corto.
El tiempo transcurrido desde que inició el proyecto denominado Millonarios F.C. -algo más de dos años- le dio la razón a Silva. En estos dos años Millos, deportivamente retomó su rumbo. Volvió a ser protagonista del fútbol colombiano; partido a partido recuperó el respeto de aquellos rivales que hasta ese momento tenían los enfrentamientos con Millos como el comodín para cuadrar puntos perdidos; retornó a instancias finales de los torneos que disputó, ganó una Copa Postobón que, aunque menospreciada por muchos, significó el cupo para la Copa Suramericana en la cual tuvo una destacadísima participación y, como colofón, después de 24 largos años de sufrimientos y humillaciones, logró colgar en su escudo la anhelada Estrella 14.
Todos estos logros deportivos, obviamente, vinieron de la mano de un revolcón administrativo, que quizá muchos criticamos por desconocimiento y por ese afán de volver  a nuestro equipo en la grandeza perdida.
Así las cosas, debo aceptar, reconocer y aplaudir el hecho de que el señor Eduardo Silva, en representación de la nueva administración honró su palabra a cabalidad.  Aunque lo de los jugadores de Millos en Selección Colombia no depende directamente de la gestión de la dirigencia hay que mencionar la participación de Pedro Franco y Nelson Ramos en combinados nacionales.
Pero el proceso para recuperar las glorias perdidas no llega hasta ahí, y la dirigencia del equipo lo tiene claro. Por eso a la intención de darle continuidad a la plantilla, como el principal refuerzo para esta temporada, se le suma la contratación de cuatro refuerzos de categoría que, seguramente fortalecerán al equipo en aquellas zonas donde mostró debilidades.
Hoy Felipe Gaitán manifestó que no se harán más contrataciones, y que el equipo afrontará sus compromisos de 2013 con lo que hasta la fecha se tiene. Para mi gusto hizo falta un delantero, pero si Hernán Torres manifestó que con lo que hay le alcanza, pues habrá que creerle. 
Recordemos que cuando el actual técnico azul llegó al equipo, no hizo el revolcón que todos esperábamos luego del fracaso del primer semestre de 2012, sino que creyó en la plantilla que encontró y los resultados de su decisión se vieron reflejadas con la consecución del título, así que su decisión merece toda nuestra credibilidad y confianza.
Queda pendiente por confirmar aún la continuidad de Johnny Ramírez, al que no se le ha podido renovar su contrato debido a un conflicto legal que está enfrentando con Eduardo Pimentel por cuenta de sus derechos deportivos. Millos está a la espera de la resolución de este conflicto para oficializar la permanencia del paisa en la nómina.
Hay que reconocer el esfuerzo de los dirigentes en materia de contrataciones. Los jugadores contratados, por su categoría, son costosos pero necesarios para enfrentar con suficiencia los compromisos de esta temporada. 
Por eso los hinchas debemos poner también de nuestra parte. Invito a que, los que podamos, compremos nuestros abonos que, al igual que el semestre pasado, redundarán en menores costos y en beneficios y privilegios para la obtención de entradas para las instancias posteriores de los torneos. 
Hasta el viernes de la semana pasada el equipo reportó la venta de 6 mil abonos que, a mi entender, resultan muy pocos dadas las alegrías y satisfacciones que el equipo nos permitió disfrutar el anterior torneo. Además, hace casi dos semanas nuestro rival de patio reportaba algo más de 7 mil abonos vendidos lo que resulta contradictorio si se tiene en cuenta que en Bogotá, la hinchada albiazul siempre ha sido mayoritaria y más fiel. Tenemos aún hasta el 20 de enero para abonarnos y garantizar un estadio primordialmente azul en cada partido que disputemos.
Todos juntos, hinchada, jugadores, cuerpo técnico y dirigencia queremos seguir ganando, seguir Recuperando la Gloria. Para eso todos debemos aportar de nuestra parte y en lo que nos corresponde. 
Cordial y albiazul saludo
Los invito a seguirme en twitter @azulhstalatumba

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