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La lesión del volante uruguayo fue el lunar de la gran fiesta que se vivió esta noche de sábado en el gramado del Nemesio. Aguante Tancredi

Hace poco lo mencioné como una de esas apuestas que el Profesor Páez le había ganado a todos sus detractores. Malquerido por la tribuna, el uruguayo se había convertido en esa piedra en el zapato que distanciaba a un buen sector de hinchas de las decisiones del técnico venezolano. Sin embargo el técnico porfió, lo mantuvo como alternante recurrente, y en el último tramo del torneo, un accidente doméstico del leticiano Mosquera, lo catapultó a la línea titular del equipo.

No es un jugador vistoso para la tribuna; quizá esté lejos de convertirse en un futbolista que deje huella en el recuerdo de la hinchada, pero lo que hay que reconocerle a José Luis Tancredi es que, fiel a esa garra característica de sus paisanos futbolistas, en cada aparición sobre el terreno de juego hace gala de un derroche de ganas y energia que lo hace digno merecedor del aplauso.

En los partidos en los que tuvo la oportunidad de saltar en la línea titular, se había convertido en el complemento ideal para Robayo, Cándelo, y Ortiz en el medio campo; con la suficiente técnica para hacer parte del circuito futbolístico en ataque, y con el suficiente sacrificio para complementar la función táctica defensiva.

Desafortunadamente para él y para sus ilusiones de consolidarse en el corazón de los seguidores albiazules, un bárbaro disfrazado de futbolista, de manera cobarde y alevosa decidió lanzarse desde atrás en pos de la pierna derecha de Tancredi, sin pensar en el colega que vive de la misma actividad, que se enfunda una camiseta de distinto color para hacer parte de un espectáculo deportivo, pero que como él vive y depende de su capacidad física para ganarse la vida. El resultado: fractura de tibia y peroné que lo saca de las canchas de fútbol por una buena cantidad de meses.

Me tomo el atrevimiento de hacerme vocero de la hinchada de Millonarios F.C. para desearle al uruguayo nuestros mejores deseos de una pronta y satisfactoria recuperación….AGUANTE TANCREDI!!. Y para el desadaptado vestido de rojo que lo mandó al hospital lo que se merece, una ejemplar sanción acorde con el acto desproporcionado y abusivo que cometió.

Hablando de Fútbol

El partido, como era de esperarse, no pintaba fácil. Al fin y al cabo sobre el gramado del Nemesio se encontraban los dos equipos más ganadores del FPC, y el rival se jugaba una de sus últimas chances de escaparle a la temida promoción. La capacidad de héroe de nuestro arquero, y algo de la suerte que nos ha estado acompañando (¿la «suerte del campeón»?) confabularon para mantener el arco en ceros. Una anotación antológica de Erick Moreno bastó para terminar el primer tiempo en ventaja y para desesperar al rival que antes de terminar el primer tiempo quedó con un jugador menos.

Para el segundo tiempo, Millos mostró lo mejor del repertorio que hoy nos tiene practicamente clasificados a los playoffs. Manejando los ritmos del partido, controlando el balón, entregándolo al pie sin arriesgar. América lucía impotente y errático. Como consecuencia de ello, sobrevino la agresión ya comentada sobre Tancredi. El rival quedó con dos jugadores menos, mientras que los jugadores azules trataban de encontrar la calma luego de la imagen dantesca que vivieron con la lesión sufrida por uno de sus guerreros.  Como consecuencia de ese manejo que se le daba al balón llegó la segunda anotación, que dio la tranquilidad definitiva a jugadores y aficionados. Pudo ser más amplio el marcador, pero sigue quedando pendiente esa asignatura llamada definición.

Hasta el momento los hinchas azules vivimos un segundo semestre de ensueño:
1) Título en la Copa
2) Un pie y tres cuartos en los playoffs de la Liga
3) Con grandes posibilidades de pelear la parte alta de la reclasificación. 
4) Goleador del torneo.
5) Victoria como visitantes sobre Nacional que dejó a los verdes remando contra la corriente para lograr su clasificación.
6) Victoria como locales sobre el América que dejó a los rojos de Cali sentenciados a jugar la promoción.
7) Seremos jueces de nuestro Querido Vecino que afrontará el clásico con la obligación de derrotar al más aguerrido y «jerarquizado» Millonarios que se ha visto en muchos años.

Se viene el partido con Santafe. Podríamos hacer «moñona» obstaculizando las aspiraciones de clasificación de nuestro clásico rival, pero primordialmente tenemos la posibilidad de afrontar con tranquilidad estos dos partidos que nos quedan, en procura de seguir sumando puntos que nos mantengan en los puestos de vanguardia de la reclasificación.

Con el corazón henchido de orgullo, y con la fe cada día más fortalecida.

Cordial y albiazul saludo

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