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El semestre anterior, para esta misma etapa del torneo, la situación de los dos equipos tradicionales  de Bogotá era la siguiente: Millos necesitaba de solo un punto para asegurar su entrada a los cuartos de final y Santa fe totalmente eliminado solo quería aguarnos la fiesta derrotándonos.  Hasta el último minuto de ese clásico iban consiguiendo su objetivo. Con gol de Rodas el equipo rojo había logrado la ventaja mínima desde la primera etapa.  Con esa derrota, Millos quedaba obligado a ir a Barranquilla en pos de un resultado favorable. Cuando el partido se extinguía, el cronómetro marcaba el minuto 92, llegó un córner a favor del azul, el arquero Delgado subió al área contraria  a tratar de buscar el milagro, y amen que lo encontró, pues una habilitación suya dejó a Robayo de frente con el arco rojo, el volante azul no falló y se vistió de héroe aquella tarde, causando el delirio de la gran mayoría de asistentes al estadio.  Con ese punto, Millos aseguró su clasificación y el partido con Junior en el metro sería meramente un trámite.

Anoche la situación era un poco diferente, pero igual de apremiante: Millos prácticamente clasificado a los playoffs, y Santa fe urgido de la victoria. La hinchada azul, como hace unos meses la roja, con el ánimo morboso de sentenciar la eliminación del rival de patio. Este objetivo se conseguía hasta el último minuto en el que, nuevamente de un tiro de esquina, se origina la jugada salvadora en la que, esta vez, fue el portero del rojo el que se vistió de héroe anotando el tanto que, aunque no le asegura la clasificación, sí le otorga al equipo rojo buenas posibilidades de lograrla sin necesidad de pensar en resultados diferentes a su propio duelo contra el Real Cartagena de Mario Vanemerak.

Curiosamente, en ambos encuentros, los porteros fueron parte fundamental de la jugada épica da cada partido.

Ahora, el partido de anoche pintaba abrumadoramente para empate a ceros. Millos fue «maniatado» por el rival que hizo presión sobre nuestros jugadores en todo el campo, no lo dejó pensar ni  hilvanar más de tres pases seguidos, y así nuestro equipo lució inofensivo frente al arco de Vargas.

Por su parte Santa fe, aunque encontraba buenos réditos a esa presión  recuperando rápidamente el esférico, lo que le permitía buscar con rapidez a sus delanteros en procura de encontrar mal parada la zona defensiva azul, no materializaba esa mayor  tenencia del balón en jugadas de riesgo. En el primer tiempo recuerdo dos llegadas de Copete, que no tuvieron destino de arco, mientras que para la segunda etapa se presentó  aquel mano a mano bien controlado por Ramos y….pare de contar. 

Partido vibrante por la emotividad de lo que estaba en juego, pero sin mayores apremios en los arcos. La jugada más clara del partido para Millos fue aquel remate de Ibarrola (me parece que merece un partido completo) que se fue ligeramente desviado, luego de un impresionante gesto técnico para «matar» un balón enviado por Mosquera.

Cuando los minutos se extinguían, llegó la jugada ya mencionada, y obviamente el delirio de los hinchas rojos por la bala de oxígeno que recibió su equipo, el cual no obstante, no la tendrá nada fácil el domingo frente al equipo de Vanemerak.

La buena noticia que nos deja esta jornada es la, ahora sí, segura clasificación a los playoffs, pues el equipo que se encuentra en el noveno lugar  -el Deportivo Cali- quedó a cinco puntos de Millonarios, con solo un partido de la fase regular por disputar.

Del partido de anoche, deben quedar algunas cosas para la reflexión, como buscar la forma de contrarrestar  esa presión a la que nos sometió Santa fe y que no pudimos descifrar en ningún momento del encuentro. Claro que no creo que otro equipo, que no juegue en altura, se atreva a llegar al Campin con un planteamiento de esos.

El domingo se viene el Junior, ya asegurado entre los cuatro primeros puestos de la tabla de posiciones, por lo que sería previsible que, como lo hizo para el cotejo en Tunja, le de descanso a sus mejores hombres. Históricamente los barranquilleros no sacan buenos resultados en el Nemesio y Millos necesita sumar para no salir del grupo de los cuatro de arriba, lo que en teoría, le aseguraría un rival más accesible para los cuartos de final.

Con la fe puesta en la lección aprendida.

Cordial y albiazul saludo

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