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Por PanzaVidela

La imagen:

Minuto 93: Omar Rodríguez
saca un disparo violento a todo el ángulo buscando el empate desesperadamente. El
arquero cardenal -en espectacular volada- lo desvía al tiro de esquina. Los
hinchas azules en las tribunas tienen el gol atragantado en sus gargantas. Es
la última jugada, son los últimos segundos del tiempo de reposición. Luis
Delgado y sus compañeros se meten al área en busca de lo imposible. Jugadores y
cuerpo técnico del Santa Fe no quieren saber más del partido. Cuentan los
segundos que faltan para el pitazo final. Al cobro va Dom
ínguez, el balón cae en
un rebote dentro del área y nuestro arquero, representando la desesperación de
todos los hinchas azules, saca un disparo con el alma que sin embargo no va en dirección
de gol. Pero encuentra la pierna -providencial- de Robayo, quien la toca y le
cambia la dirección. ¡GOLAZO! ¡El gol de la clasificación en pleno minuto 93
cuando Peñuela esperaba que el balón saliera de zona de riesgo para dar el
pitazo final! ¡Robayo la empujó y su grito de felicidad fue el de todos
nosotros! 28 puntos en la tabla y después de 7 eliminaciones consecutivas
volvemos a las finales.

El Balance

Fue un partido
muy parejo, disputado con gallardía y lleno de emociones como si ambos cuadros
estuvieran peleando cosas importantes. Es lo lindo de los clásicos. Santa Fe
eliminado lo entregó todo y jugó un gran partido.
Jugó mejor que su rival y eso hay que reconocerlo.

En lo que
respecta a nosotros hay varias cosas por anotar. Ya habíamos hablado durante la
semana dos puntos que eran evidentes y seguramente también eran motivo de inquietud
para el técnico Ríchard Páez. Lo referente a Candelo y a Preciado-Carpintero. La
prueba: en el partido de hoy Candelo comenzó de nuevo de titular, esta vez junto
con Tancredi. Y Carpintero lo hizo en reemplazo de Preciado.

Páez anda
buscando la fórmula que le genere seguridad y confianza respecto a estos
jugadores.  Y respecto al funcionamiento
del equipo. Frente al América Candelo no jugó bien y fue sustituido. Para el
juego de hoy Páez lo puso de nuevo de titular, pero esta vez lo intentó con
Carpintero en el ataque, esperando que como dupla funcionaran. Candelo fue de nuevo
sustituido y salvo un «pase-gol» brillante a Toloza y un remate espectacular
que «inauguró» al arquero Camilo Vargas, su balance fue negativo. Ni siquiera la
presencia de otro hombre de creación como Tancredi le dio la posibilidad de
desplegar su fútbol. Y debe ser un tema que inquieta a nuestro técnico, porque
es intermitente el accionar de Candelo y cuando está en el terreno de juego la
responsabilidad ofensiva que recae sobre él es grande. Si Candelo no funciona,
el equipo arriba no produce. Con Candelo la esperanza ofensiva recae en su talento y su «chispa». Sin
Candelo el equipo tiene variantes con otros jugadores que le imprimen
verticalidad y dinámica. Es otro equipo y otra estrategia.

Hoy sucedió eso.
Para el segundo tiempo Páez sacó a Candelo y cambió la estrategia. Ingresó Luis
Mosquera y la idea era dejar a Tancredi como creativo y buscar velocidad y
sorpresa con Mosquera y Domínguez saliendo de atrás y con un Robayo que
imprimiera su sello y pudiera ser más protagonista. Pero, debemos decirlo,
salvo el gol (¡que vale oro y vale la clasificación!) el partido de Robayo fue
discreto. Al menos no tuvo el protagonismo ofensivo que se espera de él.

De esta forma
Millonarios se vio desequilibrado en el segundo tiempo, sin un hombre que
asumiera el papel de líder, y con una defensa que -al ser lenta por naturaleza-
daba muchas ventajas dejando espacios valiosos para los atacantes rojos. Por
fortuna Galván no es el mismo de hace 10 años y por fortuna contamos con la
brillante actuación de Delgado, quien salvó nuestro arco en al menos 2 «mano a
mano» con Galván.  Por esta razón Millonarios
no fue el mismo de otros partidos, con argumentos sólidos en el ataque. Fue más
el corazón y las ganas las que llevaron al equipo a buscar el empate.

Si de
reconocimientos individuales se trata el primero en la lista debe ser Juan
Esteban Ortíz. Es el bastión del equipo, la piedra angular sobre la cual todo
el andamiaje colectivo se arma. Lo de Ortíz debe ser un reconocimiento a su
brillante balance por todo el semestre. Junto con Toloza y nuestros arqueros,
son los de mejor rendimiento fecha tras fecha. Y por eso Páez – en la tarde de
hoy- decidió que el tercer cambio fuera estratégico. Sacó a Henríquez -defensa central-
por Omar Rodríguez. Y bajó a «ganizita» Ortíz a defensa central. La razón: con
Ortíz como defensa central ganaba un hombre que le daba seguridad y rapidez en
el fondo (como lo demostró frente al Pereira) y ganaba el empuje de este hombre
contagiando a sus compañeros para ir al frente en busca del gol. Y con Omar
Rodríguez ganaba manejo de balón y media distancia. Y así nació la
última jugada que terminó en el disparo de Rodríguez, que terminó en el gol.

Como balance y
mirando de frente las finales debemos decir que este equipo tiene virtudes y
defectos con los cuales peleará con todo por el título. Sus defectos los hemos
repetido hasta el cansancio y no creo que cambien después de 17 fechas: las
enormes ventajas que otorga la defensa y la lentitud de los centrales. Hoy, una
vez más, el gol del rival llega por el centro, donde no tenemos centrales que
den las garantías que sí nos da nuestro arquero (sea Ramos o sea Delgado. Y a Páez
de decidir a cual le da la titular). Nuestras virtudes son el poder ofensivo,
la velocidad y explosión de los atacantes, el disparo de media distancia y el
dominio de balón. Y por encima de todo: un espíritu combativo digno de un
equipo que aspire a ganar cualquier cosa. Ya lo sabemos, con nuestras virtudes
y defectos podremos ganar o perder, pero en todos los casos sabemos que tenemos
un grupo comprometido por la causa que se entrega con el alma por lograr la
victoria.

Falta un partido
contra el J
únior que nos servirá para ganar puntos importantes en la tabla de
la reclasificación, donde desde ya empezamos a «recortarle» puntos a los
equipos eliminados. En busca de jugar en un futuro una Copa Internacional. Con
la actual administración y lo que reflejan los jugadores en la cancha no me
cabe duda de que será cuestión de meses el volver a Millonarios al lugar que la
historia le merece. Para el semestre que viene habr
á que reforzar la nómina, de eso no hay duda, pero el momento de los balances finales no ha llegado. Por ahora hay que jugar con todo con lo que hay.

¡Saludo Albiazul!

// La invitación
para todos a unirse a la cuenta de Twitter y compartir novedades y percepciones
sobre el azul embajador: @PanzaVidela

 

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