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DK. Metcalf atrapa un balón lanzado por Rusell Wilson en el juego de comodpin entre Seahawks y Eagles. Foto: AFP

DK. Metcalf atrapa un balón lanzado por Rusell Wilson en el juego de comodpin entre Seahawks y Eagles. Foto: AFP

Los juegos divisionales suelen ser uno de los espectáculos más grandes de este deporte (football), pues a esta instancia suelen llegar los mejores de cada temporada de la NFL, así que siempre esperamos grandes e históricos juegos. La liga no decepciona en esta etapa.

Aquí entran los mejores equipos a disputar un cupo a las finales de conferencia, así que finalmente vemos en el máximo nivel a los grandes aspirantes para el juego grande. Por eso, franquicias como Baltimore y San Francisco, las mejores de su zona, sacan todo el poderío que demostraron durante la temporada y se miden contra otros poderosos rivales, que también mostraron enormes competencias para llegar a esta instancia.

La expectativa en este punto es grande. Un buen ejemplo es el duelo que nos espera con Green Bay, recibiendo a Seattle. ¡Qué partido, con sabor a revancha! La última vez que se vieron, los Seahawks remontaron una desventaja de 16 puntos, para llegar al Súper Bowl XLIX. Esa vez fue en el Century Link, pero ahora, la ventaja de local la tiene Aaron Rodgers y su escuadra.

¿Será el duelo más atractivo de los divisionales? Puede ser el más parejo: los dos quarterback llegan siendo los únicos con anillo de campeón en esta instancia, con el rating más alto de los últimos años y con la certeza del enorme talento que cada uno posee. Rusell Wilson sigue en la lucha por ser MVP y Rodgers se mantiene como uno de los mejores y más versátiles de la liga.

Además, hay una rivalidad establecida entre ambos equipos. Así, tenemos todos los componentes para ver un espectáculo de primera categoría en el deporte mundial.

Si nos vamos a la AFC, todo estaría dado para que Chiefs y Ravens avancen a la final de Conferencia. ¿Hay alguien que le apueste a los Titans y a los Texans? Muy pocos lo harán, pero no hay que subestimarlos.

Houston llega luego de sufrir para ganarle a los Bills: pudieron remontarle a una gran defensiva, como la de Buffalo, que es mucho mejor que la de Kansas City. El problema es detener a Mahomes y a sus armas. Deshaun Watson, Hopkins y demás miembros de la ofensiva de los Texans tendrán que ser muy agresivos si quieren aspirar; el problema es que esto no siempre es garantía. Chiefs parten como favoritos, pero no la tienen tan fácil.

La fórmula de Baltimore corre por cuenta de la estrategia para detener el ataque terrestre de Tennessee y con eso tienen asegurado gran parte de su pase. Si esto ocurre, Ryan Tannehill tendría que estar muy inspirado. Pero tampoco les garantiza gran cosa, porque los Ravens, con Lamar Jackson en tremendo nivel, salen siempre a anotar muchos puntos y a resolver. A destrozar al rival, por lo que este se antoja como el duelo más disparejo.

El duelo que falta, el de la NFC, lleva a unos Vikings motivados al Levis Stadium. Minnesota se encontró con los Saints y a estos les pesó su mala racha en playoffs. Salvo la gran diversidad de Taysom Hill y el talento de receptores, Nueva Orleans no contó con lo mejor de su juego (ni tampoco con Drew Brees) y se dejó coger ventaja, la que al final los llevó a tiempos extras y a la eliminación.

Es difícil que vuelva a pasar en San Francisco, pues los 49ers han demostrado con creces por qué son el primer sembrado. Esta vez, los Vikings se pueden encontrar con un equipo mucho más efectivo, que sofoque a Dalvin Cooks, que presione a Cousins y que, a la ofensiva, utilice todas sus armas. Si no lo hemos hecho, es hora de creer que San Francisco tiene todo para llegar a la final.

La liga siempre demuestra lo difícil que es ganar, lo que lleva a la obvia consecuencia de que los pronósticos y apuestas que se hagan alrededor de los juegos, fracasen. Un ejemplo son mis dos candidatos al SB: Patriots y Saints cayeron en la ronda de comodines.

Muchos se ‘pifiaron’ al pronosticar a los vencedores en la ronda de comodines, especialmente con los Vikingos. Otros confiaban en una clasificación de los Bills o un repunte de los Eagles. Eso sí, vi a muchos apostando por los Titans y celebrar la derrota tempranera de Bill Belichick y Tom Brady. El juego es tan atractivo que se presta para sorprendernos de mil maneras y apasionarnos aún más por el juego.

Sí, estamos en el final de la temporada, pero eso significa que es el momento en el que más debemos disfrutar de lo que viene: un espectáculo imperdible para todos los que aman la NFL.

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