El mar es a la biología lo que la divulgación científica al conocimiento: el sentido de todo. Por eso, hoy, me gustaría contar sobre una de mis experiencias científicas más importantes hasta hoy y sobre el gran amor que despertaron los increíbles e interesantes arrecifes crepusculares en mí.
¿Arrecifes mesofóticos?
La zona mesofótica del océano, que está ubicada entre los 60 y 200 metros de profundidad, es una de las más inexploradas, no sólo porque está por debajo del límite de buceo recreativo (40 m), sino también porque los vehículos de aguas profundas exploran a mayores profundidades.
En ese lugar, donde la ausencia de luz es casi total, la diversidad marina es abundante y fue ahí donde 8 biólogos colombianos (Juan Armando Sánchez, Fanny González, Diana Vergara, Adriana Sarmiento, Julio Andrade, Ana Lucía Pico, del Laboratorio de Biología Molecular Marina BIOMMAR de la Universidad de los Andes, Luisa Dueñas, de la Universidad Nacional de Colombia, y Nacor Bolaños, de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina) realizamos la primera exploración de la zona mesofótica del Caribe, con el propósito de saber qué tipo de corales existen en esa zona crepuscular del mar y cómo estos organismos establecen relaciones simbióticas con otros organismos para poder sobrevivir en esas condiciones.
La expedición se realizó en dos puntos: en el complejo arrecifal de barrera oceánica en el archipiélago de San Andrés y en el Parque Nacional Natural Corales de Profundidad.
Se utilizaron técnicas de buceo CCR (Rebreather de Circuito Cerrado) y Trimix, una mezcla de oxígeno, helio y nitrógeno, que permitió bajar hasta los 115 metros de profundidad y recopilar información de las condiciones ambientales, zonificación, conectividad entre las poblaciones de corales mesofóticos y someros, así como nuevos registros de octorales, corales negros, corales pétreos e hidrocorales.
Se realizaron 7 inmersiones en Trampa Tortugas en San Andrés, una pared arenosa escalonada a 60, 80, 90 y 115 metros, en donde se encontraron 33 especies de corales, donde varias son registros nuevos para Colombia y algunas especies son potencialmente nuevas para la ciencia como Eunicea sp, Hypnogorgia sp, Ellisella sp y Stichopathes sp. Dentro de los corales formadores de arrecifes encontramos: Mycethophylia reesi, Agaricia undata, Agaricia fragilis y Madracis sp, que se encuentran por debajo de los 90 metros de profundidad.
Dentro de los hallazgos importantes, se encontraron especies como Stylaster duchassaingi, formando colonias entre los 80 – 115 metros de profundidad. Usualmente, estos organismos se alojan en aguas profundas.
El primer gran resultado de esta exploración fue encontrar que un alga endolítica que -se supone- hace daño a los corales disolviendo su esqueleto a profundidades mayores a 100 metros se vuelve un simbionte mutualista que aporta tanto a las zooxantelas como al coral.
Definitivamente, esto cambia la forma de interpretar la naturaleza de estos organismos que pueden ser resilientes a la acidificación oceánica, por lo que es necesario seguir investigando nuestros ecosistemas marinos y sobre todo llevando la divulgación científica a todas partes, pues para preservar nuestros ecosistemas es indispensable conocerlos.
El artículo completo en Frontiers: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2019.00536/ful
Fotos cortesía @biommar https://instagram.com/biommar?igshid=mc9no79m3uu1
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