No sé si últimamente ando muy sensible, puede ser la edad o simplemente cuando uno lleva un tiempo caminando por la vida comienza a ver el mundo de forma diferente. Es como si le quitaran a uno la piel y lo dejaran expuesto a la sensibilidad más brutal para comenzar a valorar lo que realmente es importante en la vida. Estar vivo.
Ésto, más que una entrada o un artículo, es una confesión. Hoy me encuentro en una contradicción moral y me gustaría quitarme este peso de encima dando ese primer paso que uno siempre tiene que dar dentro de cualquier proceso de rehabilitación o en mi caso, de sanación mental.
Confieso que intento ser lo menos contradictorio en cada una de mis acciones para no verme envuelto en situaciones que vayan en contra de mi pensamiento y mis valores, para no caer en la doble moral que muchos llevan a diario y que siempre he criticado. Por esta razón, no soy infiel, no compro películas piratas y siempre le doy paso al que pone la direccional. Son pequeños detalles que me hacen sentir mejor persona así le suene estúpido a muchos. Soy puntual, respeto las señales, saludo a las personas, doy las gracias y trato de compartir todo lo que sé y he aprendido. Esto es mucho más personal, pero igual me hace sentir bien en pequeñas dosis.
Pero hoy me topé con una realidad que me hizo abrir los ojos, una historia que me tocó fibras profundas. Me enteré de la historia de Jerónimo Lozano (https://www.gofundme.com/letsgojero) y me llevó a reflexionar sobre mi aporte a la vida y a la sociedad. Me he cuestionado todo el día las razones por las que siempre evado este tipo de realidades y he llegado a una conclusión: le tengo pánico a la muerte.
Ésto no es un delito y muchos habrán dejado de leer en este punto viendo lo básico e irrelevante que es este tema y los entiendo porque yo era así (digo era, porque espero cambiar). Cualquier campaña de recolección de fondos me resbalaba sin importar la causa, simplemente hacía scroll en mis redes y seguía adelante entreteniéndome con el video del gatico que mira rayado, el perro que se persigue la cola y el bebé que tiene risa contagiosa. Entiendo que vivimos en un país y un mundo cargado de malas noticias y preferimos escampar en las pequeñas cosas que nos sacan una corta sonrisa. Estoy totalmente de acuerdo con eso, prefiero ver a las personas felices que amargadas pero hoy pude ver por encima del muro.
Hoy sentí tranquilidad por haber parado a leer la historia de Jerónimo y haber colaborado. Siento una satisfacción que quizás solo sea por un ego moral pero no he dejado de pensar en la felicidad que yo podría sentir al saber que se logró la meta y pudo recibir el tratamiento que quizás le salve la vida. Me impresionaron las palabras de la familia cuando dicen “recaudaremos los fondos necesarios para darle a Jerónimo esta última oportunidad”. Esta frase se me clavó, me desarmó y no sé ustedes, pero a mí me sacudió el alma sabiendo que pasamos los días peleando por política, fútbol y religión cuando hay personas como Jerónimo que están peleando por su vida. Así de simple.
No conozco a Jerónimo ni a su familia pero sé que van a llegar a esa cifra absurda que representa el valor de una vida. Así como ellos hay millones de personas que están luchando contra alguna enfermedad y sé que podemos ayudar, podemos aportar un granito así tengamos que sacrificar una cerveza el próximo fin de semana o aplazar quince días más la compra de esos zapatos que queremos. Yo hoy hago mi aporte de tres formas, apoyando la causa de Jerónimo con una pequeña donación, registrándome como donante de órganos y compartiendo esta reflexión, esta confesión que hoy me hace sentir bien conmigo mismo. Sé que cuando estas familias salgan de este reto que les ha puesto la vida, van a devolverle a otros todo el agradecimiento, el aprendizaje y la fuerza que hoy reciben de nosotros.
Fuerza Jerónimo, fuerza a todos los que hoy la necesitan. #LetsGoJero.
Para colaborar:
https://www.gofundme.com/letsgojero
También se puede hacer una donación directamente en la cuenta de Jero en Bancolombia: cuenta de ahorros 19150904351 a nombre de Jerónimo Lozano Torres.
Andrés Rodriguez E.
@ElPrinciperro
Que bueno que todos pensáramos un poco así, el mundo seria diferente !!!!! realmente es una historia fuerte que debería tocar realmente nuestros corazones. Es muy cierto intentamos distraer nuestra mente y ponerle un poco de alegría a nuestra vida de otra forma, pero es que hay una realidad que no podemos evadir y que toca nuestro corazón!!!
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Hola Andrés me pareció muy bueno su artículo. Creo que cada vez hay más personas que se están dando cuenta del valor de ayudar al mundo, así sea poniendo su granito de arena. Le quería comentar que hay un movimiento llamado «altruismo eficaz» que busca maximizar el impacto de las donaciones de las personas.. Aunque no estoy de acuerdo con todo lo que dicen, me parece que tienen puntos interesantes. Básicamente, buscan evaluar causas en las que el dólar (o peso) del donante pueda tener el mayor impacto, como la malaria en Africa por ejemplo, e intentar dirigir las donaciones de las personas a estas causas, que potencialmente pueden ayudar a muchas personas y salvar vidas con el mismo dinero donado. Para que le eche un vistazo… Igual me parece genial que la gente esté ayudando a casos como el de Jero. Gracias y le deseo mucha suerte.
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Quise escribirte sobre esta publicación porque es un tema que me toca mucho el alma, ayudar no es un mérito, es un privilegio de todos los que tenemos un poquito más!! Siempre que uno da no se queda con menos, al contrario se le multiplica y se enriquece, una regla matemática difícil de explicar. El dar es un acto que carga de energía positiva a las personas, además de traer luz al mundo en que vivimos y lo que vives a cambio son emociones MARAVILLOSAS!
Resumiendo: Cuando haces el bien acumulas ganancias que perduran mientras vives… (y puede que más allá).
Gracias en nombre de muchos niños con cancer que hoy son Jero en alguna parte del Mundo y son como uno de esos muchos súper héroes que salen en las películas, con la única diferencia que su fuerza y su valentía son reales!! Y que nos enseñan como Hoy Jero lo hace, que nunca, NUNCA hay que rendirse!
Cuando se lucha contra una enfermedad como el cáncer, se aprende algo maravilloso… a VIVIR!! Es una lucha diaria que nos enseña el gran valor de la vida… A seguir, porque aunque sea a suspiros se pude continuar avanzando…
Nunca se da tanto como Cuando se da Esperanza! Y hoy Jero está lleno de esperanzas!
«Un simple acto de caridad es un espiral SIN FIN que siempre SIEMPRE vuelve a ti»
Hoy mi oración es por Jero!
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Animo Jero!!
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Jero!!! Con toda
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Fuerza Jero!
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El formulario pide un código Postal. Vivo en Bogotá (?)
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yo puse 00571. Muchas gracias.
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