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El servicio que presta la policía es bueno, malo, regular ¿usted qué opina?

Si a mí me hicieran esta pregunta, no sabría qué responder, y todo porque he tenido que vivir algunas experiencias muy negativas donde nunca hubo una respuesta oportuna o al menos con respeto por parte de los efectivos, y aquí mis razones:

Primera historia:

Soy un aficionado al graffiti, pero no los hacía en la calle, me pagaban por hacerlos en locales comerciales, cascos de motos, marcos de bicicletas, vehículos y hasta en billeteras. Un día, en un local de comidas rápidas de Teusaquillo, me contrataron para pintar el logo de este negocio, la pared hacia parte de su fachada, yo no le vi problema y empecé a trabajar, luego llegaron dos policías, les comentamos lo que yo estaba haciendo y aún así me quitaron una maleta con algunos aerosoles y boquillas que tenían un valor comercial y sentimental muy alto, se las llevaron diciendo: «Esto es ilegal, además usted debe ser de esos que consume vicio». Conclusión: perdí mis cosas por trabajar honradamente, incluyendo la maleta, después de eso, no volví a pintar nada en exteriores por temor a perder mi aerografo.

Segunda historia:

Un día salía de mi casa y afuera se encontraba una camioneta que le pertenecía a la empresa de energía de Bogotá, pero sucedía algo muy extraño, alguien se encontraba en la parte delantera del vehículo tratando de cerrar el capó cuidadosamente (El Capó: la cubierta que cubre el motor del carro), y en una de sus manos portaba un arma de fuego, mi reacción automáticamente fue devolverme, cuando este individuo se percató de mi presencia, me apuntó con el arma, luego se fue corriendo sin quitarme la mirada de encima hasta que su cómplice lo recogió en una moto, aceleraron y escaparon. Nadie más vio algo, solo yo. Le conté inmediatamente al vecino y bajó para revisar el carro, trató de encenderlo pero no lo lograba, luego llamó a la policía y reportó lo sucedido, llegaron a los 45 minutos después del robo y lo que dijo el Subintendente me sorprendió: «Les hago una recomendación, no confíen en sus vecinos, es más, ni en nosotros», y con el tema del vehículo le dijo a la víctima: «Alégrese porque el carro es de la empresa y tiene seguro, menos mal no fue el suyo», con estas palabras se colocaron sus cascos y se fueron.

Tercera historia:

Iba conduciendo cerca de Calle 100, giré por una de las calles y me encontré con un policía de tránsito que estaba haciendo un retén, me pidió todos los documentos y mientras que los alistaba, me di cuenta que había alguien más adelante con un carro muy viejo, el propietario se veía preocupado, el policía se acercó nuevamente hasta él y escuché estas palabras: «entonces qué, me lo llevo o colabora», luego regresó a buscarme, inspeccionó mis papeles, no encontró nada raro, minuciosamente revisó todo el carro, incluso me pidió que le enseñara el motor, el aceite, y hasta el líquido de los frenos, después revisó las llantas y encontró que una de ellas estaba desgastada, no era un tema grave pero él si lo llevó hasta esos términos,  entonces dijo que eso era peligroso y por tal razón podía inmovilizar mi carro, me bajé del mismo y me miró de abajo hacía arriba para decirme: «pero no se preocupe, vea como se viste, usted tiene plata y lo saca mañana de patios», eso me enojó, luego fue a buscar al otro señor del vehículo viejo y le devolvió sus papeles, el señor se fue y el policía guardo algo en su libreta, entonces me buscó nuevamente y me dijo: «¿Sabe por cuánto le sale lo de los patios?, piénselo, si me colabora yo lo dejo ir como si nada»; no supe qué hacer en ese momento, si grabarlo o guardar el número de su placa para denunciarlo, así que encendí un cigarrillo negándome a la idea de darle algo de mi dinero, terminé mi cigarrillo y le dije, llévese el carro, no pienso darle dinero, me hizo mala cara y volvió a decir: «ah listo, todo bien», tomó su radio y empezó a pedir una grúa, y en ese mismo momento pasaba una volqueta muy vieja y la detuvo, hizo bajar al conductor y le dijo que tenía un papel vencido, me buscó y me dijo: «sabe qué, váyase tacaño, estuvo de buenas porque no habían grúas disponibles», me devolvió los papeles y me fui.

Cuarta historia:

En el mes de febrero del año pasado, iba caminando para llegar hasta mi casa, lo único que me separaba de ella era el puente de la Calle 80 con Avenida Boyacá; ya que vivía para ese entonces en el barrio Minuto de Dios. Cuando iba por la mitad del puente, aparecieron 3 sujetos de la nada, me tomaron por sorpresa y me retuvieron con dos cuchillos, uno de ellos estaba en mi cuello y el otro en frente de mí a la altura del abdomen, tuvieron el tiempo de quitarme todo lo que llevaba, incluso, me pidieron hasta la clave para desbloquear el celular, nadie me ayudó, nadie se detuvo; nunca me habían atracado, no sabía qué hacer, temía por mi vida; ya que en muchos de esos robos por culpa de un teléfono inteligente han asesinado a varias personas. Entonces, me quitaron hasta la bufanda que llevaba y un solo zapato, alguien en un vehículo trató de detenerse, el ladrón que estaba en frente de mí con su cuchillo, empezó a gritarle: «qué sapo, lárguese o le doy», eso afanó a los ladrones y se fueron corriendo, bajaron del puente para ir hacia el caño que queda muy cerca, traté de perseguirlos con la esperanza de encontrar ayuda, así que uno de ellos se dio cuenta y me esperó, cosa que me asustó y escapé, en ese preciso momento aparecieron dos uniformados en moto, pedí ayuda y se detuvieron, les indiqué que me acaban de robar y que los sujetos habían escapado por el caño, entonces los policías me respondieron: «mijo, sabe qué, ya perdió, más bien váyase para su casa» y siguieron su rumbo, esas palabras me dejaron estupefacto, estaba más sorprendido por la actitud de servicio de ellos que el mismo robo, sinceramente me sentí impotente. (Les recomiendo que tengan cuidado con el paso por ese puente a partir de las 6:00 p.m., ya que muchos afirman que los atracos en ese lugar son constantes y la presencia de la policía es nula)

Quinta historia:

Esta historia sucedió recientemente pero no es mía. Una persona se quejó de la policía desde su cuenta de Twitter, porque según ella, dice estar cansada de la falta de respeto y profesionalismo de los uniformados, y por esa razón escribió lo que escribió, aunque fue sorprendida con la respuesta que le dio el Community Manager de la institución:

@SoyCarlosDiaz_

Si no recuerdan este capítulo de los Simpson, aquí pueden ver esa graciosa situación entre Homero y el Jefe de la Policía Gorgory:

https://youtu.be/NQ6-MHqMPKg

En mis historias las respuestas dadas por la policía fueron tan increíbles como la que acaban de leer en ese tuit de la institución. Admito que la grosería por parte de la usuaria no era necesaria pero logró su cometido, llamar la atención de las personas encargadas de esta red social. Lo más curioso es que hay otro tipo de quejas y denuncias que no tienen respuesta alguna por parte de ellos, por ejemplo:

Revisando esto me surgen algunas preguntas, si tienen tiempo para trollear a una persona que los insultó, ¿por qué no hacen lo mismo cuando los usuarios denuncian atracos, sospechosos y situaciones de peligro? ¿Por qué le respondieron de esa forma a la mujer en cuestión, era necesario, buscaban alcance, visibilidad, protagonismo?

Y esta pregunta es para ustedes ¿qué opinan de la gestión de la policía a través de sus redes sociales con ese tipo de respuestas?

 

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