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Hace un mes mujer que se transportaba en un taxi con rumbo hacia el hospital perdió a su bebé, y no fue por culpa suya, sino del taxista que decidió dejarla a mitad de camino porque se adentró en un «trancón»; esa es la clase de taxistas (la gran mayoría) que «trabajan» en Bogotá.
A pesar de las regulaciones impuestas por la Policía de tránsito para los taxistas que se cohíban de cumplir con su única y principal función: transportar pasajeros (supongo que la de su sustento) ¡no lo hacen!
Uno de los casos más comunes y la pesadilla de muchos habitantes de la zona es en el Centro Comercial Portal 80, a pesar de ser carreras mínimas por tratarse de un sector muy residencial, la mayoría de conductores se niegan a prestar su servicio, pero además de decir no, se atreven a poner en marcha sus vehículos con las manos del ignorado cliente en las manijas de la puerta.
La justicia para muchos taxistas es un chiste que se «baja» con tinto, empanadas y cigarrillos en una improvisada cafetería en cualquier semáforo de la ciudad del eterno metro imaginario.
Chistes que también se comparten por radio, hablando por teléfono sin manos libres o «Wasapeando» mientras llevan a un pasajero, incluso, después de infringir un par de señales de tránsito como acostumbran a hacerlo después de las 11 de la noche (o durante el día), el común denominador de ellos es: pensar que son dueños de las calles o avenidas y que los semáforos son para los demás, no para los amarillos.
Sus dedos índices son los que más trabajan, ya sea en el Chat o señalando un NO a cuanto usuario se les acerca con la esperanza de abordar ese vehículo «sucio, averiado o una completa chatarra»; ese dedo es el reemplazo de sus respetables palabras: «yo por allá no voy», «uuuuy no, eso es muy lejos ñero», «uy mamasita, yo hasta allá no le llego, pero la puedo llevar a un mejor lugar», «uy mi perro, voy para el baño», «uy amigo, ya se me acabó el turno» quizá estas son las frases que vienen en el manual de ¿Cómo ser taxista en Bogotá?
Amigos taxistas, su vehículo es su propia empresa, si quieren clientes y/o usuarios frecuentes, mejoren la experiencia en el servicio. La gente esta cansada de los abusos, taxímetros adulterados, faltas de tránsito, imprudencias, groserías, amenazas, de la típica respuesta del NO o los vehículos averiados y sucios. Y como recomendación de conductor a conductor, la cordialidad en la vía es indispensable para que todo fluya (literalmente).