La Ecología Humana y la Empresa Parte I
espacio que por ahora choca con el familiar, convirtiéndolo en el nuevo
contaminante de la ecología humana: la empresa.»
Hace un par de semanas me referí en este mismo espacio al ideal que existe de encontrar un trabajo que permita tener familia (leer aquí). En ese texto basicamente hacía un llamado de atención a esa cultura nuestra de considerar como muy comprometido al empleado que llega muy temprano y sale muy tarde y por otro lado, una reflexión para los empresarios, de grandes, medianas y pequeñas empresas, para que comprendieran que el balance trabajo / familia beneficia a todos: a la empresa, a la persona y a sus familias.
Hoy quiero continuar con este tema fundamental para el desarrollo de la sociedad del siglo XXI y para mejorar la ecología humana (Ecos significa casa y Logos conocimiento o estudio, por lo tanto ecología humana significa conocimiento de uno mismo, cuidado de uno mismo), interesante disciplina dedicada al estudio de las conexiones de la población con el ecosistema, con el ambiente social, político, cultural, económico, etc.
Como bien lo describe Cristian Conen, profesor del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, en su libro «Ecología humana. Hacia una cultura personalista basada en la perspectiva de la familia«, hace muchos años la humanidad tomó conciencia de la importancia de conocer y cuidar el medio ambiente. Buena parte de las acciones las tomaron las empresas quienes se dedicaron a desarrollar el manejo de residuos, ruidos, acciones contaminantes, etc. Con el paso del tiempo nuestra sociedad ha desarrollado otra serie de contaminantes como la delincuencia, violencia, adicciones, transtornos de personalidad, atención, alimentación, soledad, suicidios juveniles, entre otros, según afirma Conen.
Ante ese panorama se hace necesario ampliar el «concepto de ecología y sus acciones». Para Conen «el ser humano necesita además de un hábitat físico adecuado para vivir, un ámbito personal ecológico que desarrolle la capacidad para el encuentro, la unidad y la vida comunitaria«. Y ese hábitat ecológico ideal es la familia en donde se nace, se crece, se envejece y muere y el amor no está condicionado por nada.
Sin embargo, hoy día no es suficiente con identificar a la familia como único hábitat ecológico para la persona humana. El panorama social en el cual nos desenvolvemos ha llevado a que se desarrolle un
espacio que por ahora choca con el familiar, convirtiéndolo en el nuevo
contaminante de la ecología humana: la empresa.
La realidad, de acuerdo con la profesora Nuria Chinchilla, Directora del Centro Internacional Trabajo Familia, es que las actividades de las empresas y las jornadas laborales están organizadas como si las personas que trabajan en la empresa no tuvieran otras actividades que hacer en su vida. Esto es producto de que muchas empresas ignoran la vida privada de sus empleados por lo que los padres de familia tienen que hacer muchos esfuerzos y sacrificios para atender las labores de la empresa y sus labores como parte de una familia.
Así, bajo esa óptica, las empresas ven como un problema la licencia de maternidad, un permiso para que los padres puedan ir a una entrega de calificaciones de sus hijos o les molesta que un empleado esté incapacitado por una enfermedad producto del estrés. Si supieran lo útiles que son las competencias de una mamá para las actividades empresariales…
Hoy día muchas empresas no son conscientes que son contaminantes de la ecología humana lo que afecta a su organización, a la sociedad y a la persona, valor fundamental porque finalmente cualquier compañía es una red de personas
Si bien las empresas no son las únicas responsables de la vida familiar de las personas (hay otros actores como el Estado y las Administraciones públicas), si pueden hacer mucho. Teniendo en cuenta que la familia, la sociedad y la empresa son fundamentales y giran alrededor de las personas, las empresas pueden diseñar políticas y acciones que generen una ecología humana limpia y sostenible en el tiempo.
El detalle de lo arriba mencionado lo trataré la semana que viene. Mientras tanto tenga en cuenta lo siguiente: ¿su empresa presenta frecuentemente fuga de talentos? ¿Hay mucha rotación? ¿El clima organizacional no es bueno? ¿Existe mucho ausentismo laboral? ¿Usted vive en carne propia el exceso de reuniones, las salidas tarde y pasa poco tiempo con su familia?
De repente usted puede descubrir que sus «hijos» son sus empleados o compañeros de labores y su «esposa» es la empresa. ¿Algo no está bien verdad?
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