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Carlos OssaPor: Carlos Ossa

Parece que entre los colombianos está haciendo carrera una idea en la cual Colombia se debe manejar como si fuera una empresa. Este año desvincularon a un potencial pasante que iba a hacer sus prácticas con las Cancillería en Nueva York debido a que sus ideas iban en contra vía de las que profesaba el gobierno, las cuales expresaba por redes sociales personales, olvidando la Cancillería (Ministerio de Relaciones Exteriores) que los colombianos tienen derecho a la libre expresión de sus ideas, que esta persona no ostentaba ningún cargo público y de haber sido pasante estos tampoco son empleados públicos, pueden expresar lo que deseen en sus redes sociales y con sus amigos. Lo desvincularon tres días antes de viajar después de haber pasado todos los filtros y ser declarado apto para el “cargo”,  y teniendo todo listo para su práctica (tiquetes de avión, arriendo suspensión del semestre académico etc.). Le dijeron que ya no iría a la capital del mundo, sin mucha explicación. Un día después le comentaron que era por su posición sobre este gobierno.

Cuando la noticia se dio, publicó en redes sociales y muchas personas se mostraron a favor con comentarios como: “quién lo manda a patear la lonchera” o “Si usted habla mal de su empresa pues lo echan”. Es preciso recordar que la República de Colombia no es una empresa, si lo fuera, el primero en irse no debe ser un pasante sino el mismo presidente, debido a que más del 80% de sus “accionistas” están en desacuerdo con su gestión. Por otro lado, no es lo mismo dirigir empleados que dirigir ciudadanos.

También existen diferencias entre lo que es un gerente y un político, mientras un gerente tiene como misión el buen rumbo de su EMPRESA -cuya misión a su vez es ganar mucho dinero para sus establecimientos de comercio- esto es diferente a la labor del político la cual consiste en asegurar y garantizar la libertad, seguridad, justicia entre muchos otros derechos.

Es cierto que existen similitudes bondadosas entre el mundo privado y el público como lo son principios de eficacia, transparencia, entre otros, lo cual se materializaría en el buen uso de los recursos públicos o el nombrar a las personas más capacitadas para los cargos que se desempeñarían. Pero una empresa no está permanentemente nombrando funcionarios para cumplir cuotas burocráticas, pues eso aumentaría costos, y reduciría su fin principal que es hacer a la entidad próspera. Por el contrario, ministerios como el de educación nombran muchos funcionarios o contratan personas por prestación de servicios para cumplir cuotas y recortan la mitad del presupuesto para el plan de alimentación escolar PAE como sucedió el año pasado.

Una empresa busca personal eficiente “cazando” los mejores talentos, adquiriendo funcionarios que hagan una buena labor para la empresa, no a cualquier persona para que cumpla una labor importante dentro de la misma, no he escuchado al gerente financiero de, por ejemplo, Cencosud diciendo “quiébreme la nalga” como sí lo hizo un concejal de Medellín mientras se discutía el presupuesto de cultura en el honorable concejo de esta ciudad. Al concejal Santiago Jaramillo lo colocaron en un buen puesto en la lista cerrada del partido Centro Democrático el cual tiene muchos funcionarios buenos pero otros como este hacen pensar que no solo se necesitan votos sino capacidades para el cargo.

Este problema lo tienen todos los partidos pero pocos o ninguno se preocupan por sancionar o reestructurar su modelo para captar a los mejores, para estos cargos, entre otros motivos la ética de personas como el ”ñoño” Elías” o Musa Besaile, los cuales han tomado millones de pesos del erario público y poco ha hecho pensar al partido de La U, (partido del presidente Santos) en poner filtro a sus candidatos, ¿qué empresa quiere que sus empleados roben el patrimonio de esta?

Situaciones como estas hacen ver que aunque Colombia en efecto no es una empresa se deben tomar acciones para aplicar buenas prácticas de administración y no malas costumbres de gobierno ya que en esta “sociedad anónima” nadie o pocos pueden escapar de respectivo “aporte” que sería más del 50% de su patrimonio en los múltiples tributos a los cuales todos estamos obligados a pagar. Si no se renueva la política, con efectos más eficientes Colombia se convierte en un país “LTDO”.

Twitter: @Carlosossa_B

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