Por: Sebastián Zapata Callejas
Han pasado solo ocho meses del llamado “Gran Acuerdo Nacional” en que el Presidente de la República, Gustavo Petro, y el Presidente del Senado, Roy Barreras, se ufanaban de haber consolidado una mayoría parlamentaria holgada que, para sorpresa de muchos, pudo incluir a colectividades de sectores ideológicamente opuestos al mismo gobierno, caso el Partido Conservador.
Claramente, en medio de la sagacidad del gobierno y sus bancadas legislativas aliadas para construir alianzas y una coalición de gobierno fuerte, se hicieron múltiples tipos de acuerdos, como el de las representaciones políticas para los partidos, en aras de alcanzar una mayoría parlamentaria o como se le conoce en el Congreso de la República: una “aplanadora” y no tener mayores problemas a la hora presentar, debatir y aprobar las grandes reformas que prometió Petro en su campaña presidencial.
Por lo mismo, en este segundo semestre de actividad legislativa se han ido planteando los Proyectos de Ley gruesos con los que el gobierno busca cumplir sus promesas de campaña y obtener sus polémicas transformaciones sociales, las cuales traen consigo un alto cambio en el estado de cosas que tienen hoy los colombianos.
Sin embrago, y pese a que el gobierno cuenta con las presidencias en las comisiones constitucionales y las presidencias de las plenarias tanto de Cámara de Representantes como de Senado de la República, iniciativas como la reforma a la salud, la laboral y la reforma pensional, tienen un sinnúmero de críticas que no solo se generan por parte de expertos, de la sociedad civil y los gremios, sino que hasta los mismos partidos de gobierno están mostrando sus inconformidades y están en un vaivén entre apoyos y distanciamientos.
Por ahora, ha sido dificultoso que alguna de las grandes reformas del gobierno tan siquiera sea hayan empezado a debatir, más grave aún si se parte del precedente que el mismo Gustavo Petro convocó a sesiones extras en el Congreso para ello. Tal es el nivel de incertidumbre, que el ejecutivo se ha visto altamente fracturado en la búsqueda de llevar a feliz término sus reformas, no en vano Alejandro Gaviria pasó de Ministro de Educación a ex ministro, gracias a sus constantes cuestionamientos a la reforma a la salud de Gustavo Petro y la muy activista Ministra de Salud Carolina Corcho.
Esto lleva a preguntarse ¿qué está pasando con la famosa “aplanadora” hija del “Gran Acuerdo Nacional”? ¿será qué la coalición legislativa tan variopinta de hace algunos meses solo fue por arreglos transaccionales? o lo más grave aún ¿será que el ejecutivo poco o nada le interesan las lógicas parlamentarias y prefiere acudir a la manipulación del constituyente primario?
Hay muchas dudas sin responder sobre la gobernabilidad del país para los próximos tres años y cuatro meses; sin embargo, debido al poco optimismo y empuje de varios partidos de gobierno para sacar adelante las grandes reformas de Petro, sumado al fracaso de la reforma política del mismo gobierno y de Roy Barreras, tal parece que éste tiene una coalición pegada con babas.
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