Soy directora de la Fundación Jornal, la cual busca acercar a los niños a un verdadero sentimiento de paz a través de los libros. Aprovecharé este espacio para contarles cómo de la manera más sencilla, hacemos que los rincones de este país se llenen de colores e ilusiones a partir de las letras que contienen los miles de libros que les llevamos a los niños de las escuelas campesinas.
Nuestra idea por hacer bibliotecas nació de la época universitaria de mi prima, quien haciendo sus prácticas rurales, notó lo obvio de nuestro sistema educativo: no hay cómo enseñarle a nuestros niños del campo. No hay libros, no hay balones, la cancha de deportes funciona a medias, la escuela lleva años sin pintarse, a veces no tienen luz. En ocasiones los niños no van a la escuela porque deben ayudar a sus padres en las tareas del campo, porque al profesor lo amenazaron o porque el alcalde en su negligencia no renovó el contrato de transporte escolar, entre otras fallas.
Así que nos pusimos en la tarea de conseguir el material más importante a la hora de aprender, ¡los libros! Con la ayuda de mi papá y una amiga de la universidad, empezamos a buscar donaciones de bogotanos que ya no usan sus libros, bien sea porque el internet los desplazó o porque simplemente ya hacían montón en su casa.
En nuestro primer intento, recogimos más de 1500 libros, entre cuentos, enciclopedias, libros por asignatura y material didáctico, luego nos encargamos de ponerlos más bonitos y después los llevamos a una escuela rural del municipio de Icononzo, en el Departamento del Tolima, donde hoy reposa la primera biblioteca de nuestro proyecto.
De esta manera, hemos venido construyendo bibliotecas por esta zona del Tolima y queremos seguir llevando más libros a las escuelas rurales de todo el país. Sabemos que no es fácil, pero con la ayuda de nuestros colaboradores, lo estamos logrando. Hasta ahora no han faltado las llamadas de personas de varias partes de Bogotá y del país con la intención de donar algo para la educación de los niños del campo. Recibimos solicitudes de escuelas de zonas apartadas del país, donde sueñan tener su propia biblioteca, por eso, no importa hasta dónde debamos recoger donaciones, sabemos que nuestro compromiso es grande y serio con la educación de los niños campesinos.
Muchos se preguntarán ¿qué ganamos con lo que hacemos? Pues nuestro lucro va para el alma. Tenemos el mejor sentimiento que un ser humano pueda tener, satisfacción y felicidad cuando vemos que los niños se emocionan con la entrega de la biblioteca de su escuela, cuando sabemos que estamos cambiando fusiles por libros, cuando vemos su ilusión de aprender y sobretodo cuando sabemos que este aporte es para el futuro de una Colombia educada y en paz.
Nuestra lucha por la educación de los niños de las zonas difíciles del país la hacemos con toda la ilusión de cambiar vidas a través de los libros, de ver crecer una infancia sin guerra y de garantizar el futuro de la niñez en un país que muchas veces deja a su suerte, el futuro prominente.
Sí quiere ayudarnos, puede escribirnos a info@fundacionjornal.com o llamarnos al 319-5466966. También animarse viendo lo que hacemos, a través de nuestras redes sociales: en Twitter @FundacionJornal, en Instragram @fundacionjornal y en nuestra página web www.fundacionjornal.com ¡Ayúdenos a ayudar!
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