El aumento de la legalización de la marihuana con fines medicinales y de uso adulto en varios países es uno de los factores que impulsa el crecimiento de la industria del cannabis. En 2019 el mercado global de la marihuana movió 17.000 millones de dólares. Se espera que la industria siga creciendo en los próximos años. Según un informe del instituto de investigación Grand View de California, se estima que el mercado crezca aproximadamente a una tasa anual de 18 % durante los próximos 10 años.
La legalización de la marihuana representa una serie de retos y oportunidades para los países, no obstante, su regulación y legalización genera controversia y división entre los colombianos. La aprobación en primer debate en la Cámara de Representantes del proyecto de ley que busca regular el uso de la marihuana con fines recreativos abre un nuevo escenario de discusión.
En 1994, se despenalizó la posesión y el uso personal de marihuana en Colombia, en el 2012 la ley estableció que cualquier persona a la que se le encontrara con 20 gramos o menos de marihuana, para uso personal, no sería procesada. En otras palabras, la posesión y el consumo son prácticamente “legales”, entonces: ¿por qué seguir dejando el mercado en manos de las organizaciones de tráfico de drogas y microtráfico?
Uno de los argumentos más fuertes de los críticos de la regulación de la marihuana es que la con la legalización no desaparece el mercado ilícito, sin embargo, una encuesta del gobierno de Uruguay estableció que después de cuatro años de la entrada en vigor de la legalización, el porcentaje de ciudadanos que adquirían la marihuana en el mercado negro pasó del 58 % al 18 %. Igualmente, un estudio del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos encontró una disminución similar en la demanda de los consumidores en el mercado ilícito.
Estos dos casos demuestran la progresividad de la regulación, dado que cada vez más las personas están recurriendo a la compra legal de cannabis para uso médico o para uso adulto.
El posicionamiento de esta industria ha contribuido al desarrollo económico, según Drug Policy Alliance la industria del cannabis ha creado en los últimos años cerca de 230.000 empleos en EE.UU. y la tasa impositiva de la marihuana ha generado millones de dólares en ingresos cada año en todos los estados donde es legal el uso medicinal y de uso adulto. Solo en Colorado, en 2014, durante el primer año de regulación, el estado recaudó alrededor de $67 millones de dólares y en 2019 esta cifra ascendió a $302 millones.
Según la firma Econcept, en Colombia el recaudo por impuesto a este sector podría aportar entre $1.2 y $3.5 billones de pesos y crear cerca de 100.000 empleos. Pensar en la industria del cannabis es dimensionar la contribución de nuevos ingresos para invertir en programas dirigidos a mejorar la educación, el campo y la salud. Pero también es entender que el sector podría contribuir a mitigar los desafíos que ha planteado la pandemia del covid-19, especialmente sobre el mercado laboral.
Las condiciones climáticas y los bajos costos de producción hacen que Colombia sea un lugar ideal para el desarrollo de este mercado. Sin embargo, el potencial de esta industria está siendo relegada por tabús y prejuicios que impiden su formalización.
Queda un largo camino para modificar el artículo 48 de la Constitución Política, que le daría paso a derogar la prohibición del cannabis y sus derivados para el uso adulto. Con el propósito de generar desarrollo, el país no puede volverse a quedar atrás de una industria en pleno crecimiento. Es hora de que el debate gire alrededor de la evidencia de los datos y del estudio de casos.
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