«Ahi te dejamos a Macondo, te lo dejamos bien, procura que lo encontremos mejor» Aureliano Buendia.
Conscientes de la preeminencia que tiene el árbol sobre el bolardo y el cerebro sobre el cemento, los bogotanos elegimos a los que prometieron recuperar la ciudad, aun cuando nunca se nos dijo, recuperarla de quiénes para entregársela a quiénes. Si recuperar significa volver a adquirir lo que se tenía, se colige la intención de recuperar el suelo rural de la reserva para volverlo urbano y generar a unos cuantos, millonarios dividendos. Recuperar los recursos públicos que se destinan para mitigar inequidades, recuperar el negocio privado de las basuras, del transporte público, el modelo empobrecedor de hace 15 años; recuperar Bogotá de la gente para entregársela al mercado es en efecto, el Cambio Radical que introdujeron mediante el pánico transmitido a través de los grandes medios. Como los conservadores en Macondo, nos introdujeron la idea de que votar por ellos era garantizar la estabilidad del orden público y moral. En un pueblo con conciencia liberal se impuso la doctrina conservadora a partir de la administración del miedo. En Macondo y en Bogotá.
Las primeras declaraciones de Enrique Peñalosa son tan polémicas como lo fuese ordenar pintar de azul todas las fachadas de Macondo, la atención especializada a drogodependientes en los aclamados CAMAD no caben en el modelo del nuevo gobierno, tampoco es bien recibida la idea de avanzar, como Medellín, en la multimodalidad del transporte público, es muy factible que los 130 mil millones de pesos que pagamos en estudios de ingeniería para poder,por fin licitar la construcción del metro se pierdan porque al nuevo alcalde le parece mejor hacer unos nuevos estudios que posibiliten hacerlo sobre pilones de concreto. La reserva ambiental Thomas Van der Hammen, en palabras del propio Peñalosa, es un potrero cuyo suelo debe ser urbanizable. La agenda del corregidor Apolinar Moscote y del poder político que lo respalda contradice los intereses de los macondianos, que en las escuelas y en los patios de las casas empiezan a evidenciar los desafueros del régimen conservador y a planear su emancipación. Como lo dijera Aureliano Buendía, usando sus propias armas.
Un nuevo paradigma de progreso llega a Macondo de la mano de una multinacional bananera, cimentado en brutalidad comparable con endurecer la ronda del río Bogotá para favorecer a los especuladores del suelo, segregando a los pobladores originarios del pueblo, avasallando los derechos de la ciudadanía. Un paradigma de progreso en el que las últimas prioridades son el agua y la dignidad humana, un statu quo que condena a ponerse frente al pelotón de fusilamiento a todo aquel que se atreva a enarbolar una lucha por el interés general, cuando la vida es tan vulnerable, cuando la amenaza es tan latente, como cantara el poeta, hay que acudir corriendo pues se cae el porvenir.
Son tiempos en los que el fusil ha mutado a micrófono y la motosierra se activa desde atrás de un escritorio, son los tiempos en los que la madre tierra cuestiona ese paradigma de progreso que privilegia los pilares de concreto sobre los humedales desestimando sus consecuencias, son tiempos en los que hay que poner frenos de emergencia sobre la historia como recomendara Walter Benjamin. Es ahora cuando debe emerger del seno de la ciudadanía la movilización ciudadana en defensa de los derechos y las causas colectivas. Aún no ha empezado el gobierno Peñalosa, es cierto, pero como bien lo anota Juan Carlos Monedero, en 1933 ya los nazis quemaban libros, en 1935 dictaban las leyes de Nuremberg, en 1937 tuvo lugar la muestra de “arte degenerado” y en 1939 estalló la guerra, hubo anuncios que debieron alertar a alguien. Hoy suenan las alarmas, la recuperación de la ciudad por parte de quienes estuvieron huérfanos de poder, avizora el despojo. Es momento de que, personas del común como usted o como yo, nos levantemos del sillón para hacer cosas fuera de lo común, es por Macondo, por nuestros hijos, por nuestros nietos, es evitarnos la condena a vivir cien años de soledad.
Adenda: Este 26 de noviembre en el auditorio de la facultad de derecho de la Universidad Autónoma, a las 4:30pm, se llevará a cabo el conversatorio “Metro de Bogotá, ¿realidad o ficción?” En el que expertos en finanzas y transportes masivos, expondrán técnicamente la actualidad y el devenir del metro de Bogotá. De ahí puede salir algo interesante.
Piden que no los juzguen por lo que no han hecho, como en el caso del «alcalde» saliente, pero hacen lo mismo con el alcalde entrante. La tolerancia es de dos vias. Y no, mi ego no cubre toda la humanidad, no prestaria algo bueno al lumpen al que le estorba.
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El llamado es a quienes escuchan las alarmas
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john842744 No hable por los demás. Su ego no puede cubrir la humanidad.
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Respeto su opinión, pero lo que está en debate va más allá de lo que opinamos del alcalde saliente, se trata de discutir que va a pasar con la reserva ambiental, con el metro o con los CAMAD, ésta es una invitación a pensar la ciudad
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Le cuento que su ídolo ya gobernó y lo hizo muy mal. Ah, y por cierto, el uso continuo de palabras de más de tres sílabas para aparentar inteligencia cansa al lector. Pero bueno, eso es lo que da la tierrita.
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