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Por: Libardo Aldana

La democracia colombiana da oportunidades a todos los ciudadanos, de diferente estrato social, de distintas creencias religiosas y diversidad de culturas, para participar en la política.

Sin embargo, para poder aspirar a un cargo de elección popular es necesario estar respaldado por un partido político, o bien, recibir el apoyo de la ciudadanía por medio de firmas. 

Durante muchos años, los políticos tradicionales se han encargado de mantener estructuras de poder a su servicio, en donde manejan burocracia de entidades públicas como hospitales, alcaldías, corporaciones, entre otras.

Para nadie es un secreto que los mañosos en política se aprovechan de estas instituciones para contratar personal muchas veces no cualificados a cambio de votos, ya sea para ellos mismos, o para los candidatos que apoyen.

Un ejemplo de ello son algunos alcaldes en Colombia, los cuales participan y direccionan personas por debajo de la mesa. Es importante resaltar que la normatividad es clara cuando prohíbe a estas figuras públicas participar en política. Sin embargo, muchas veces esto no pasa, ya que ellos lo hacen por medio de su fuerza politiquera.

También es crucial mencionar que las redes sociales y el acceso a la información han hecho crear conciencia en muchos ciudadanos, que dan un voto libre a personas que trabajan día a día por sus comunidades. Aunque estas personas independientes se encuentren en desventaja, las ganas de trabajar y de buscar el bienestar para su gente es el combustible para salir adelante en búsqueda de los ideales que en verdad generen un cambio.  

Es por esta razón que muchos jóvenes en Colombia se han preocupado por la educación, las vías terciarias, el agro, el campo y los campesinos, y se han dedicado a visitar y poner un granito de arena para las personas que se encuentran en abandono por sus dirigentes; y así  buscar alternativas de cambio, las cuales puedan beneficiar a la comunidad. 

Es importante resaltar, que las estrategias de la politiquería son similares en casi todo el país, es decir, unos años de abandono y cuando se acercan las campañas políticas los politiqueros anuncian grandes proyectos, saludan a la comunidad y hasta amplían los puestos burocráticos, afectando las finanzas públicas de sus instituciones. 

Para dar conclusión a este artículo, en los últimos años, la ciudadanía se cansó de elegir a los mismos y las mimas en política. Para los independientes no será fácil, puesto que tendrán que trabajar no solamente en elecciones si no por el contrario hacer un trabajo a conciencia en la búsqueda del bien común, lo cual es el bienestar de sus comunidades. 

Ahora bien, es responsabilidad de los votantes analizar los perfiles y propuestas con el fin que cuando se elija un representante en cargos de elección popular, sea el que más le convenga a su propia gente.  

Twitter: @AldanaLibardo

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