
- No leas: leer puede influir en tu estilo y te permitirá desarrollar tu sentido crítico: un mal escritor no se compara ni tiene sentido crítico.
- Deja una enseñanza: un mal escritor cree que la literatura debe tener carácter moralizante… inventa una historia bien cursi en la que al final el malo pague por sus crímenes. A los lectores les encantará.
- Mira un video en Youtube sobre el “monomito” o el “viaje del héroe” y sigue el modelo: crea un héroe con algún poder fabuloso pero también con una gran imposibilidad simbólica, inventa un objetivo que debe cumplir, como salvar el mundo o rescatar a una princesa, mete un personaje gregario que lo acompañe y desarrolla la historia. El héroe tendrá que enfrentarse a su imposibilidad y justo cuando esté a punto de morir, la podrá superar. En el camino además aprenderá el valor de la amistad o del amor.
- Habla desde la emoción. Decía algún buen escritor, quizás Cortázar, que escribir consistía en traer emociones pasadas y hacerlas tan reales que al leerlas pudieran vivirse nuevamente. Tú no eres Cortázar así que escribe en caliente como lo hacía Bukowski, sin mayor dificultad podrás escribir mejor que él.
- Decía Vicente Huidobro que el adjetivo, cuando no da vida, mata. Olvídate de esa premisa y complementa todos los sustantivos que uses con dos o tres adjetivos; el mal lector va a pensar que eres fabuloso, increíble, maravilloso, inigualable, original…
- No seas plano, además de los muchos adjetivos, decora cada oración con al menos una metáfora: el mar y el cielo son referentes que jamás se han usado, aprovéchalos.
- ¿Por qué limitar la escritura automática a un juego surrealista? Eres un genio y tu genialidad no requiere correcciones. Escribe tanto como puedas y sin detenerte a reflexionar o tomar distancia de tu obra. Ya llegará un mal lector que te valore.
- El positivismo tóxico nos enseña que puedes lograr todo lo que desees, así que empieza a escribir con todas las pretensiones posibles. Pronto tu novela será un bestseller, la comprará Netflix y serás la versión tercermundista de JK Rowling.
- No investigues. Si vas a poner a tu protagonista a salvarle la vida a alguien, no hace falta apelar a conceptos anatómicos o medicinales, basta con un hechizo que quedará muy bien en el mundo de fantasía que estás inventando. De igual manera, evita describir cualquier proceso técnico que te ponga en aprietos, esquiva cualquier referencia histórica y traslada cualquier acción a un plano en el que tú, como demiurgo, puedas tomar tus propias decisiones, no importa lo absurdas, inverosímiles a clichesudas.
- Prepárate para las malas críticas. La gente envidiosa no puede comprender que tengas tanto éxito así que te atacarán sin razón: cuando te digan que tu obra es patética y predecible tú diles simplemente que aún no están preparados para comprenderte. Jamás hagas un ejercicio de introspección ni te compares con buenos escritores, ignora a la gente que te envía “malas vibraciones”. Eso es lo que hacen Coelho y Jodorowski y mira lo bien que les va.
*Texto escrito en el marco del taller de Escritura creativa de Ideartes.
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