CAPÍTULO TERCERO.De la ENCÍCLICA del PAPA (e) BENEDICTO XVI.“CARITAS in VERITATE”.Parte 19.
De la ENCÍCLICA del PAPA (e) BENEDICTO XVI… HOY este APARTADO…
En este homenaje; a partir de ahora PÓSTUMO; dice el PAPA (e) BENEDICTO XVI..:
¨El desarrollo económico político y social, si quiere ser auténticamente humano, necesita dar espacio al principio de gratuidad como expresión de fraternidad. (C.V 34)”
TERCERO
FRATERNIDAD, DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIEDAD CIVIL
I.LA GRATUIDAD Y EL DESARROLLO
36.La actividad económica y el bien común
a La lógica mercantil y el bien común
La actividad económica no puede resolver todos los problemas sociales ampliando sin más la lógica mercantil. Debe estar ordenada a la consecución del bien común, que es responsabilidad sobre todo de la comunidad política. Por tanto, se debe tener presente que separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir riqueza, de la acción política, que tendría el papel de conseguir la justicia, mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios.
b. La actividad económica no es antisocial
La Iglesia sostiene siempre que la actividad económica no debe considerarse antisocial por eso, el mercado no es ni debe convertirse en el ámbito donde el más fuerte avasalle al más débil.
La sociedad no debe protegerse del mercado, pensando que su desarrollo comporta «ipso fado» la muerte de las relaciones auténticamente humanas.
Es verdad que el mercado puede orientarse en sentido negativo pero no por su propia naturaleza, sino por una cierta ideología que lo guía en este sentido.
No se debe olvidar que el mercado no existe en su estado puro, se adapta a las configuraciones culturales que lo concretan y condicionan. En efecto, la economía y al ser instrumentos, pueden ser mal utilizados cuando quien los gestiona tiene solo referencias egoístas.
De esta forma, se puede llegar a trasformar medios de por sí buenos en perniciosos. Lo que produce estas consecuencia es la razón obscurecida del hombre no el medio en cuanto tal. Por eso no se deben hacer reproches al medio o instrumento sino al hombre, a su conciencia moral y a su responsabilidad y social ,
c. La economía y las relaciones humanas
La Doctrina Social de la Iglesia sostiene que se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o después de ella. El sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente.
d. La gratuidad y el don en la actividad económica
El gran desafío que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalización y agravado por la crisis económico- financiera actual es mostrar, tanto en el orden de las ¡deas como de los comportamientos, que no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual pero también de a razón económica misma. Una exigencia de la caridad y de Ja verdad al mismo tiempo.
Cualquier parecido con la REALIDAD es mera COINCIDENCIA…
Aún se recuerda el CONCEPTO inspirador de la ENCÍCLICA que tanto APORTA …
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Mons.ENRIQUE SARMIENTO ANGULO
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
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