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¡No, no estoy triste, no soy satánica, ni soy emo! Tan sólo amo el color negro. Y dale con el niño azul, la niña rosada…

 


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Pase usted. Foto: Instagram: @_pepamaria

«El negro es modesto y arrogante a la vez. El negro es flojo y fácil pero misterioso, pero encima de todo el color negro dice no me meto contigo no te metas conmigo»— Yohji Yamamoto.

 

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Isabel Riascos. Economista especialista en mercadeo de moda. Fashion & Makeup Nerd. Instagram: @_pepamaria

 

Celebrando el nuevo emoji de corazón negro ya que es un avance luego de la escala de razas en cada emoji.  Ahora falta la rosa negra, el labial negro, el esmalte negro, etc. Todos tenemos un lado dark.

Y es que negro y malo no es lo mismo. Negro y feo ¡tampoco!

Eso decía mi abuela Pepa quien como toda matrona del pacífico colombiano tenía el refrán o dicho preciso para cada circunstancia. «No es lo mismo 8 que 80» o «baraste y la monería tuya» (algo así como, dejá el show)— hasta hoy sigo preguntándole a mi mamá que estudió literatura e idiomas el significado de «baraste» porque ella es un diccionario humano, mi primera noción de Google. Y su respuesta fue tan diversa y profunda como las aguas del Océano Pacífico que da para otro post.

En este post, retomo la frase de mi abuela que disocia el negro de la desgracia y que ella expresaba frente al racismo de la Colombia de 1930’s al casarse con mi abuelo un paisa aguardientero, músico y dueño de una tienda, lo cual les obligó al exilio del Chocó hacia Buenaventura, un matrimonio interracial era lo más encrespacorbatas y tumbapelucas de la época, para ambas partes.

Ella una niña de casa y mi abuelo un músico que tocaba la bandola y tendero. La historia se repitió cuando mi mamá se casó con un futbolista del América de Cali de los 1960s y Selección Colombia de los 1970s, ella educadora, un As con su cabeza, y él un As con sus piernas, le decían el hacha, delantero.

No se puede unir la cabeza con los pies pero el matrimonio duró 42 años, hasta que la muerte los separó y solo físicamente, porque mi mamá sigue casada con él. Así comprendí que yo vengo de una cuna de antiestereotipos, rompemoldes.

Me tomó años digerir a fondo esa frase tan sencilla y tan diciente de mi abuela que no solo aplica para la vida, sino también para el vestuario.

Qué lío a veces cuando una se viste de negro en clima tropical-exótico y rompe el molde.

Hace dos días me preguntaron casi llorando ¿está de luto mamita? Por la pinta de negro.
Mi respuesta: **Inserte sonido de grillos** y un no, de hecho, estoy contenta.»

Vestir de negro en clima tropical, es como reactivar un mandamiento en el imaginario de la gente que asume que vamos de luto, deprimidos corta-venas o eres más satánica que chucky.

En un país como Colombia donde somos tan folclóricos y uepajé asociamos el negro con el dolor, el desprecio, la pobreza, la desgracia o la maldición. Y no sólo con la ropa, también a las personas. La frase de mi abuela desmiente eso. Así como todo colombiano o colombiana no es el reflejo de las narconovelas.

En moda y en maquillaje nada está escrito en piedra sagrada y el negro al igual que el blanco es un color que siempre termino repitiendo en mi perchero. En realidad no uso guardarropas y al clóset tampoco le digo guardarropas. A mí me gusta ver la ropa que uso colgada en ese perchero y la mayoría son trapos negros, blancos o de cuero falso, y ese es otro cliché que me sabe a cacho ya.

 

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La anti-blogger. Posando en parafernalia de la definición que tienen Blogger. foto Instagram: @_pepamaria

 

El usar cuero real o falso en clima cálido y eso sí, te dicen con el ojo bien pelado los que se las dan de árbitros de estilo con sus crocs bien puestos o se creen los Macaronis de la melindrosa Inglaterra de 1700 diciéndote: «ay me desespero ¿no te asás con eso vé?»

No, yo controlo mi temperatura automáticamente, ¿quien dijo que yo vivo en la orilla del mar? o ¿vivir en clima caliente es norma, ir en chancla, camisa esqueleto de flores y pantacha a toda hora?
Señoras y señores los colores ya no tienen clima. Así como las flores en primavera están trilladas ya.

Las personas que se visten, es decir, casi todos los humanos, deben digerir que estamos en la era de la antítesis de la moda, de la desmitificación y es el momento preciso para salir del pensamiento cuadriculado. Su vestuario es su universo, punto.

Las reglas que nos imponía el vestuario como método de aparentar qué posición teníamos en la sociedad según raza, sexo, edad, casta, fortuna, etc. están mandadas a recoger.

Cuando estuve de luto por la muerte de mi padre que ha sido uno de los dolores más grandes e insuperables en mi vida, el color que menos usé fue negro. Así que si bien los colores reflejan estados de ánimo o conectan con emociones para unos, para otros ¡no!

Cuando me siento fuerte uso negro. Vivo en clima caliente uso negro, si estoy en clima frío, también.

El negro es el color que me da poder y misterio y si lo vemos técnicamente es un color donde están escondidos todos los colores y el blanco el color donde están todos a la luz.

Por eso de día distinguimos los colores y en la oscuridad no. Así que solo hay dos colores reyes y los demás, son los demás. Usar negro es usar todos los colores en su estado más pausado y tranquilo, cuando duermen. De todos los colores que amo el negro es el rey. Y si le pasa lo mismo, tranquila no pare bolas a estereotipos que después de todo, «las mujeres que visten de negro llevan vidas coloridas»—Neiman Marcus.

Isabel Riascos

Fashion & Makeup Nerd
En Instagram: @_pepamaria

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