En Medellín, el 3 de mayo, día internacional de la Marihuana, cerca de 90 mil personas asistieron a la Marcha Pro-cannábica.
A las once de la mañana la muchedumbre se congregó en la plazoleta del Teatro Pablo Tobón Uribe antes de dar inicio a la caminata. El cielo estaba limpio y las sombras de los laureles caían sobre el gentío que fumaba marihuana. Entre todos iban rotando los porros y las bocanadas de humo.
No quedan dudas: el Quijote que estaba detenido, mirando la romería, le sirvió de modelo a Gustave Doré. El hidalgo caballero tenía más de cincuenta años, era delgado y alto, tenía la barbilla exageradamente pronunciada, los bigotes en puntas y la nariz aguileña. La cuestión es que este sábado, Don Quijote no vestía de caballero andante y en vez de ello se disfrazó de hippie: pelo largo y blanco, pantalones de payaso a rayas rojas y verdes, camiseta blanca, y chanclas de Hare krishna. El legendario señor Quesada, o Quijada, tenía una mochila cruzada por el pecho y entre los dedos sostenía un enorme porro giboso y arrugado.
Por encima de las numerosas cabezas se concentra una nube de humo. El olor es penetrante. A la cabeza de la manifestación hay una pancarta: “100% natural, 100% legal.” Otra pancarta: “Legaliza tu mismo, comienza en casa: mi mamá ya sabe… y aún me ama.”
En la pasada manifestación del primero de mayo, Dia Internacional del Trabajo el centro de Medellín era una batalla campal. Manifestantes y pelotones del ESMAD de La Policía protagonizaron peleas y distrurbios.
Pero en la Marcha Procannabica, no hay un solo policía. En años anteriores había uno cada 20 mtrs. Los marihuaneros se cuidan solos. En el informe anual de 2012 de La Personería de Medellín, organismo que se encarga de la defensa de los derechos de los ciudadanos, hay una breve pero contundente referencia: “de todas las manifestaciones, protestas y marchas que se realizaron en Medellín a lo largo del año, la marcha en pro de la legalización de la marihuana fue la más pacífica y organizada.”
En la crónica Caminando entre nubes del periodista Pascual Gaviria, publicada en el periódico UniversoCentro, opina: «Y digo caminada y no marcha porque quienes salimos ese día a fumar moño a la vista de todos, a rascar sin esconderse, a lucir los baretos más estrambóticos y las pipas más rebuscadas, no tenemos ni organización ni consignas comunes ni enemigos ni patrocinadores. Se trataba tan solo de dejar una constancia que se desvanece en el aire».
La marcha se realiza desde 1999 el primer sábado de mayo de cada año, en simultáneo en más de 420 ciudades de todo el mundo. En Venezuela, EEUU, Perú, Uruguay, México, España, Chile, Brasil, Argentina y en otros 62 países se celebró la marcha.
La guerra contra las drogas tiene solución: legalidad. ¿Por qué no se legaliza? Una de las respuestas es la que más encona a los procannabicos: “una porción de senadores estaudinenses que quieren mantener su imagen ante su público electoral”. Colombia, y particularmente Medellín, han sido víctimas de esa mojigatería gringa. Y desde hace unos años Méjico sufre también las consecuencias.
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