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Todos tenemos un amigo al que todo le sale al revés siempre, desde pequeño era el que le salía el juguete dañado en las sorpresa de la piñata, el que llegaba justo cuando acababan de repartir el último helado, en el colegio era el último que reaccionaba para escapar de alguna pilatuna y siempre terminaba castigado.

Un día, salió corriendo al sonar el timbre que anunciaba el recreo para llegar de primeras a la cafetería antes de que se acabaran los perros calientes que solo vendían los viernes, con tan mala suerte que llegando a su meta con tiempo de sobra, se estrella en la puerta con el rector tumbando la comida con educador y todo quedando lavado en gaseosa de uva y salsa rosada; además sin recreo por comportamiento indebido en la cafetería, no hubo perro ese día y creo que nunca lo pudo probar.

En el colegio era el último que reaccionaba para escapar de alguna pilatuna y siempre terminaba castigado.

Ya más grande en la universidad, fue el único que se tiró la ropa con líquido de revelado de fotografía teniendo bata puesta, le cayó un pelotazo en el ojo entrando a la cafetería que quedaba a 200 metros de la cancha de tennis, un día se lo llevó la policía por estar haciendo desorden público en una manifestación cuando se acababa de bajar de la buseta para ir a la universidad.

Se enamoró de una mujer mayor con un hijo y se lo cuidaba los viernes en la noche mientras ella trabajaba en vivir la vida loca y él creía que estaba en una fábrica.

Es que no sólo era de malas, también era en exceso buena gente, por eso le prestó plata al novio de una ex y hasta el sol de hoy no se sabe nada de esa plata, compró un carro que resultó ser robado y lo metió en grandes líos, le hizo caso a sus padres y perdió sus ahorros en DMG y para acabar de completar se intoxicó y estuvo hospitalizado con un sánduche que se comió con unos amigos y fue al único al que le pasó.

Y es que el karma existe y si actúas bien, la vida te paga bien.

Sin embargo la vida tiene giros y compensaciones, y si lo vemos por otro lado, fue el mejor estudiante de la clase, el único que consiguió trabajo antes de graduarse, el que se cuadró con la más bonita de la universidad y se la llevó al altar, aun pisando mierda de perro y haciendo que hasta el cura suspendiera la ceremonia pidiendo perdón al cielo por el olor que invadía la capilla.

Ese mismo amigo que da la mano cuando lo necesitan, que ha vivido momentos tristes y horribles como tener que identificar en la morgue a un gran amigo cuando sus padres no se sintieron capaces, ese que la vida lo ha premiado conociendo el mundo al lado de su esposa, siendo exitoso y amando lo que hace. Y es que el karma existe y si actúas bien, la vida te paga bien.

Porque aunque la vida nos sacuda las bases de nuestra existencia, sabemos que es parte de ella y que sin problemas la vida sería muy aburrida; se trata de sonreír ante los momentos difíciles y saber que todos los problemas tienen solución y si no los tienen dejan de ser problemas.

La vida es corta para vivirla con malas vibras y tristezas, que todo es pasajero y cae en su lugar, haciendo un balance para que nuestro camino sea un aprender constante, y que aunque las cosas a veces no salgan como queremos, entendamos que todo tiene un propósito, y que si hay que cambiar de rumbo nunca será tarde, incluso para comenzar de ceros.

Gracias por leer

Diego Mauricio Pineda

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