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Nunca en tan poco tiempo los colombianos en el exterior habíamos visto una colección tan atrevida de la personalización de nuestra curul en la Cámara de Representantes. Es una auténtica novela con todos sus elementos, una historia preocupante con personajes belicosos que plantean una lucha entre protagonistas y antagonistas hasta situarnos en un desenlace muy arriesgado.

Personajes: El protagonista es toda la devoción que rodea a Álvaro Uribe Vélez. Como actor secundario está Juan David Vélez, representante a la Cámara por los colombianos en el exterior. Los antagonistas son todos los enemigos que menciona Álvaro Uribe Vélez. Y el actor revelación es logo de la mano dura y el corazón grande que sirvió para elegir a ojo cerrado (lista cerrada) a Juan David Vélez.

 

Argumento: Es la historia de una representación sensacionalista que genera una polarización suprema capaz de soplar heridas que despiertan el dolor humano. La línea argumental se centra en no cambiar lo que funciona. Si en el episodio electoral sirvió la frontera colombo venezolana para convertir el dolor del migrante retornado en votos, ahora la fuerza del libreto se inspira en la atención total de Juan David Vélez cautivado por la oposición venezolana y su lucha descarnada contra Nicolás Maduro.

El argumento está reforzado con garantías para la polarización. Un tono fuerte para la ciudadanía en el exterior desmoralizando las consultas ciudadanas e induciendo a no votar el mandato anticorrupción. No puede faltar la defensa vehemente de la honorabilidad de los ministros y ex ministros cuestionados por los Bonos del Agua y Agro Ingreso Seguro. Todo lo que genere polémica sirve para indignar a una parte del público y darle vida al conflicto.

 

Conflicto: El actor secundario tiene un conflicto interno que lo convierte en protagonista. Su devoción infinita por la mano dura y el corazón grande le impiden cumplir con su misión en el Congreso. Olvidó por completo que en la actualidad es un servidor público y por tanto debe estar al servicio del Estado y la ciudadanía que representa, y no al servicio del partido político de su militancia, ni al servicio de su jefe, líder y santo de su devoción.

 

Fanatismo políticoLos dilemas también aparecen con las iniciativas de Vélez que se benefician del dolor humano. Es un drama cabal ver cómo mediante proyectos de ley se pretende convertir la muerte en el exterior en un negocio o se busque manipular la nostalgia del migrante en un dividendo para demostrar gestión.

Nada de lo que ha propuesto estuvo en su programa electoral, sin embargo un destello de ilusión renace entre sus titubeos cuando formuló recuperar la segunda curul para los colombianos en el exterior. La luz de esperanza es para toda la comunidad colombiana en el exterior que rechaza una moneda de una sola cara y en esa suerte suplica evitar una única representación como la actual.

La devoción infinita de Juan David Vélez por la mano dura y el corazón grande le impiden cumplir con su misión en el Congreso.

Desenlace: Los peligros que asechan pueden llevar a una trampa que convierta la curul de los colombianos en el exterior en el parlante y altavoz de un jefe eterno. Nuestro actor secundario puede terminar dividiendo a los colombianos en el exterior de una manera prácticamente suicida a punta de odio y cizaña.

Nunca lo vimos llegar y cuando se asomó no ocultó su intención de imponer una representación más pendenciera que parlamentaria. La historia apenas comienza, todo nos conduce hacia crisis de representación y el final aún no está escrito.

 

Twitter @JavierUrreaC   |   Facebook Javier Urrea

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