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Muchos colombianos, entre los que me incluyo como es obvio en mis artículos y comentarios, estamos de acuerdo con la gestión de Álvaro Uribe. Es imposible no reconocer los beneficios que le ha traído a la nación la política de seguridad democrática, el aumento en la inversión, el crecimiento económico y todo lo que los colombianos sabemos y reconocemos como los logros de quien ha sido sin lugar a dudas, el líder más carismático, comprometido, y decidido que ha tenido el país en su historia reciente, sino es que en toda su historia. La presidencia, o mejor, las presidencias de Álvaro Uribe serán recordadas como las que le devolvieron la esperanza a una nación que hasta eso había perdido. Sin embargo, es preocupante a mi juicio observar como en algunos sectores del país, específicamente del Uribismo, se ha transformado al presidente Uribe en algo indispensable y casi que inevitable para mantener esa estabilidad y crecimiento que hemos logrado en Colombia.
La verdad, esa propuesta revela, a mi juicio, 3 elementos que preocupan sobre la manera como ciertos sectores del Uribismo ven la gestión del presidente y su propio futuro: Primero, con dicha propuesta parecen creer que los logros del gobierno de Uribe no son logros de estado, no son transformaciones que realmente hayan resultado en cambios culturales, políticos, sociales y económicos duraderos, que trasciendan el estado y quien en un momento determinado lo lidere; lo que esta propuesta de perpetuar a Uribe en el poder quiere decir es que si Uribe no está, el país vuelve a sumirse en el caos, lo que quiere decir a secas que los logros de Uribe realmente no son logros, son medidas temporales, aferradas al liderazgo y talante del presidente, pero que una vez deje el poder, entonces el estado, la burocracia y los Colombianos vamos a volver a dejar que el país se vaya a pique. No solo demuestra muy poca confianza en las transformaciones logradas durante estos 6 años por el presidente y su equipo, sino muy poca confianza en los Colombianos que hemos trabajado de una u otra forma para hacer que sean realidad.
Y esto me lleva al segundo punto, la confianza en los colombianos. Es lamentable que los líderes del Uribismo que proponen una tercera reelección determinen con eso que en Colombia no hay mas lideres capaces de llevar las riendas del país. Si bien es cierto que muchos Colombianos nos preguntamos hoy, sino es Uribe, entonces quien?, la realidad es que sí hay quien. Y mucho. Líderes de la talla de Sergio fajardo, Aníbal Gaviria, Noemí Sanín, Germán Vargas, Gina Parodi y para ser multipartidista, Lucho Garzón, Enrique Peñalosa, Antanas Mockus y el mismo ex presidente Gaviria, por mencionar algunos, son una muestra clara de que en Colombia sí hay líderes capaces de desarrollar gestiones exitosas, líderes de todos los matices políticos que en sus cargos y con sus ideas transformaron la vida de los ciudadanos que lideraron. Si bien a muchos de estos líderes les falta alcanzar un carácter nacional, el país tiene que reconocer sus capacidades y su habilidad de reemplazar al presidente y con ello mantener la pluralidad democrática viva. Nadie dice que reelegir a Uribe por tercera vez dañe la democracia, al final es el pueblo quien libremente toma la decisión, pero si preocupa que la democracia se quede sin líderes y que uno de ellos, por bueno que sea, se vuelva inevitable.
El tercer punto tiene que ver con el interés burocrático, que a mi juicio de ser cierto es quizás el más delicado. Si el Uribismo está lanzando esta propuesta con el objetivo de mantener su cuota burocrática en el poder, esto dice claramente que la confianza en el triunfo electoral de sus colectividades si el presidente no es candidato es baja, y eso habla bastante mal de aquellos que soportan y promulgan un proyecto político que hoy en día tiene más de un 80% de popularidad y aceptación en el electorado. Así las cosas, el Uribismo piensa que el pueblo no apoya el proyecto político de Uribe, sino a Uribe directamente, lo que hace aun más efímeros los logros que el presidente y el país han obtenido.
La realidad es que los Colombianos creemos en el presidente y en su proyecto político y también creemos que dicho proyecto debe perdurar con líderes nuevos que lo mantengan, corrijan y mejoren. La indispensabilidad del presidente está, lamentablemente, en las mentes de aquellos que no confían en el futuro de la Colombia que Uribe y los colombianos estamos forjando. Lo paradójico de ello es que quienes aducen la necesidad de Uribe para mantener la estabilidad del país son aquellos que aseguran la transformación del país gracias a sus políticas, sin embargo con su propuesta están diciéndoles a los colombianos que no son sus políticas, es Uribe.
El presidente, a diferencia de los que han lanzado dicha propuesta, es consciente de la necesidad de líderes que continúen su proyecto político. Ese es un hecho más que el país y la historia le agradecerán. La creación de una nueva generación política, de nuevos líderes con una visión de Colombia diferente a la de los políticos tradicionales, es quizás la transformación más grande que Uribe le va a entregar a Colombia. Los líderes del Uribismo deberían entender esto y convertirse en lo que deberían ser, los lideres y promotores de esta nueva generación política que está transformando una nación.

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