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La reunión del G20 en Londres la semana pasada representó no solo el logro de acuerdos importantes para sacar a la economía mundial, o por lo menos intentarlo, de la crisis en la que está sumida actualmente. Lo más importante fue lo que esta reunión representó para el orden mundial. La comunidad internacional esta presenciando una nueva era en donde las potencias económicas tradicionales están compartiendo su liderazgo con el mundo emergente. Ese grupo de naciones en desarrollo que poco a poco empiezan a tener una posición de liderazgo en la economía mundial, y que comienzan a usar esta condición para establecer su liderazgo político.

Hay varios elementos que hacen de esta cumbre un hecho altamente significativo para el orden mundial:

– Los Estados Unidos que aun se consideran el líder de la economía mundial, debieron aceptar no solo su responsabilidad en la crisis, pero también las condiciones de Europa, China, India y las naciones emergentes de América Latina. Este hecho representa la clara realidad mundial donde unas economías tan altamente interdependientes e interconectadas tienen cada vez un peso mayor en el sistema económico internacional, y aunque es innegable que naciones como Estados Unidos o la Unión europea tienen un peso importante en este sistema, las naciones emergentes tienen cada vez mayor valor y sus políticas y decisiones tienen efectos mundiales. Antes, las economías y políticas de Brasil, China o la India no podían traer el sistema económico mundial al colapso, pero ahora la situación es diferente. El hecho de que Los Estados Unidos hayan sido capaces de reconocer esta realidad es un hecho transformador

– La imposición del modelo Europeo basado en regulaciones y control por parte del estado, como parámetro de orientación de las políticas económicas a nivel mundial es otro hecho dramático. Estados Unidos ha estado siempre opuesto claramente a este tipo de regulaciones, pero frente a los hechos catastróficos que ocurrieron en el sistema financiero Americano debido a esa falta de regulaciones, no tuvo más remedio que reconocer la necesidad de ellas

– Las decisiones sobre el manejo de la economía mundial y las implicaciones políticas de la creación de un nuevo grupo que por primera vez incluye el «tercer mundo» con capacidad y poder de decisión, es quizás el elemento más importante. El G20 ha claramente opacado otras organizaciones como el G7, el foro económico mundial e incluso la ONU, y se ha convertido en un escenario internacional más representativo e influyente, elementos que se han criticado por su ausencia en las demás organizaciones internacionales. Las naciones en desarrollo están claramente representadas y su capacidad de influencia fue clara en el evento de Londres. El hecho de que el presidente Obama tuviera encuentros bilaterales con China, India y Brasil para definir el futuro de la economía mundial, demuestra la importancia que estas naciones tienen en el nuevo concierto internacional. Es muy posible que estos hechos y la aserción de esta nueva capacidad de influencia jalone otros muy esperados cambios que den mayor representatividad a la comunidad internacional en organismos como el obsoleto consejo de seguridad, el foro económico mundial, la OMC y el Fondo Monetario Internacional, entre otros.

El G20 puede que haya logrado exitosamente acuerdos encaminados a lograr la estabilización de la economía mundial, pero más que ello ha logrado darle al mundo una nueva visión del orden mundial, una visión más pluralista, participativa e incluyente. El mundo saldrá definitivamente más fortalecido de este proceso

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