Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

El resultado de las elecciones en Argentina indican el fin de un experimento político que trajo cosas positivas al nacer, en un país marcado por la crisis económica y la desigualdad social pero que, como todos los movimientos populistas, bolivarianos radicales de la región, se denigró a convertirse en un caudillismo autoritario que ignoró la realidad nacional e internacional y se apegó a su modelo de poder, cuyo verdadero objetivo era mantener eso mismo, el poder

Es claro, con este resultado, que Argentina es la más democrática de esas naciones de la izquierda Bolivariana. A pesar de todos los esfuerzos de Cristina para asegurarse la continuidad con su candidato, los argentinos pudieron decidir libremente por el cambio, y ese cambio ha llegado. Mauricio Macri tiene una tarea monumental. El país está prácticamente quebrado, sus indicadores económicos no son creíbles y algunos hasta se han suspendido, y la comunidad internacional espera que Argentina corrija el rumbo para abrirle las puertas al mercado internacional. La política local y provincial está cambiando; pero dejar las costumbres corruptas de un régimen de 12 años no será fácil. La gran diferencia será aquel elemento que hizo la diferencia hoy y que de manera contundente dijo que quería un cambio: el pueblo argentino.

Es esperanzador ver como Argentina cambia su rumbo y una vez más se une a las naciones del continente con políticas económicas sensatas y responsables. Argentina siempre ha estado llamado a liderar el crecimiento de la región y su tumultuosa historia ha hecho que esto no siempre sea así, pero la sensatez y la esperanza han llegado una vez más a este país latinoamericano. Ojala esto sea una premonición de lo que puede ocurrirles en los próximos meses a todos aquellos fallidos experimentos de revolución bolivariana, que poco a poco se desmoronan frente a la realidad de sus políticas fallidas y sus esquemas autoritarios.

 

Adolfo Ramírez

Compartir post