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¡La revolución contra la revolución parece apagarse! La apatía mundial frente a la situación venezolana y peor aún, la apatía de nuestro continente, ha hecho que el régimen dictatorial de Venezuela no solo haya soportado el periodo más fuerte de las protestas sociales y políticas en el país, sino que parece salirse con la suya. La idea de la asamblea constituyente de Maduro, un instrumento diseñado para consolidar su poder, no parece tener reversa. ¿Frente a todo esto, que sigue para Venezuela?

Los venezolanos no se rinden. Las protestas contra el régimen, contra la asamblea constituyente inconstitucional y contra la miseria generalizada que ha impuesto Maduro y su gobierno. Pero lo primero que hay que hacer es mantener la atención de los medios y la región en los problemas del país.  Es ahora responsabilidad de los Latinoamericanos asegurarnos que una dictadura no se implante en nuestro vecindario. La región ha luchado por muchas décadas para consolidar la democracia y el estado de derecho en el continente. ¿Qué podemos hacer? Los gobiernos de América deben expresar su rechazo a las acciones autoritarias de Maduro y hacer uso de instrumentos diplomáticos para involucrar a la comunidad internacional y con ello la presión se tornará en Apoyo a la Venezuela que quiere salir de la crisis, saliendo de Maduro y su grupo de colaboradores.

Para que todo esto funcione la oposición en Venezuela tiene que estar lista para liderar no solo la caída de Maduro, pero también la transición a un estado de derecho y democrático. El apoyo internacional solo vendrá si existe una alternativa creíble, unificada y organizada. La oposición venezolana parece unida por ahora, pero no se ven alternativas claras de unidad para liderar el país. Hay muchos líderes y sectores, por ahora luchando por el mismo objetivo, pero ya se han empezado a vislumbrar algunas diferencias y conflictos internos.

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