Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Medellín, Colombia y América Latina deben reconocer la importancia de la elección de Medellín como la ciudad más innovadora del mundo en el 2012. Un reconocimiento de esta naturaleza para una ciudad latinoamericana, en una competencia que comenzó con más de 200 ciudades y que dejó 3 finalistas, entre ellos la capital del mundo, Nueva York, y la capital de Israel, un país que ha sido reconocido históricamente por Innovador, Tel Aviv… y la tercera. Medellín, Colombia.
La transformación de la ciudad es evidente a todas luces y el reconocimiento se debe básicamente a los avances en transporte público, desarrollo urbanístico y social, medio ambiente y conservación, de una ciudad que hace apenas 12 años parecía no tener esperanza de salir del caos de violencia y muerte en el que estaba sumido y que hoy es modelo de innovación mundial. Medellín se merece el título porque logró, con muy pocos recursos y realmente pocas posibilidades, una transformación en 10 años que normalmente tomaría décadas.
Este reconocimiento que ahora se debe utilizar para promover a Medellín ante el mundo, no servirá de nada si la ciudad, su administración y el país no encaminan los esfuerzos a resolver los graves problemas que aquejan a la ciudad, siendo el resurgimiento de la violencia el más prioritario. El hecho de ser la ciudad más innovadora es algo muy atractivo para los inversionistas extranjeros, pero no van a venir a la ciudad si los problemas de seguridad continúan empeorando. Los gobernantes tienen que abrir los ojos, dejar triunfalismos irreales y no pensar que este reconocimiento es la meta, es de hecho el comienzo. La ciudad también necesita solucionar la movilidad, el respeto al espacio público, una recuperación total del centro, ahora perdido en la informalidad, la inseguridad y el deterioro, y un mejoramiento profundo de la integración social de zonas que hoy tienen fronteras invisibles y están enfrascadas en guerras de pandillas, llenas de jóvenes sin esperanza ni oportunidades y con una crisis de valores que amenaza con retornar a las épocas oscuras de la historia de la ciudad.
Medellín y la región se regocijan en este reconocimiento , que de hecho le da una importante ventaja a la ciudad para empezar a perfilarse como una de las áreas metropolitanas líderes en la región latinoamericana. La capital de Antioquia ha trabajado mucho para conseguirlo. Sería una lástima que la otra realidad de la ciudad, la que no ha sido suficientemente enfrentada por sus líderes y gobernantes, acabe con una oportunidad tan grande como la que se acaba de abrir para que Medellín se empiece a convertir en una ciudad de clase mundial. Esta puerta se ha abierto y es hora de trabajar para que los otros problemas, algunos muy complejos, se enfrenten y se solucionen. De otra manera esa puerta se puede cerrar y esto que hoy es una ventaja competitiva única para la ciudad frente a otras ciudades del país y de la región, se convertirá en una oportunidad perdida. Medellín, el país y América Latina no pueden darse ese lujo

Compartir post