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Mientras nuestros canales locales le siguen apostando a los concursos de caídas y barrabasadas, que por muy cómicos que sean son absolutamente inaportantes para el crecimiento del televidente, existen en los canales internacionales una gran cantidad de programas que apuestan más a la comprensión de los diferentes aspectos que atañen al ser humano. Obviamente muchas veces no dejan de ser simples formatos que finalmente resultan convirtiéndose en un referente de lo que pasa en el mundo de hoy. Pero haciendo zapping me he encontrado con dos que me interesa referenciar. Uno de ellos me llamó la atención por tratarse precisamente de un programa que más que una simple casa estudio se convierte en una terapia de choque para las participantes. El show se llama a Adiós, princesas (TLC, lunes 9:00 p.m.) y muestra precisamente como varias “hijas de papi” terminan viendo cómo sus tarjetas de créditos son bloqueadas y son internadas por sus benefactores en una casa donde deben aprender acerca del mundo real. Cosas que jamás en la vida habían hecho se convierten en el pan de cada día para ellas: tender la cama, cocinar, barrer, cortar el césped y ganarse la vida. Es increíble como de la mano de una Asesora de vida (sic) cada una de ellas va aprendiendo a enfocarse en lo que deben hacer con su existencia y sus finanzas, dejando enormes lecciones y acrecentando su valor como seres humanos. No hay premio, nadie gana nada, sólo regresan a casa graduándose de manera simbólica en su nuevo estilo de vida. Un programa que va más allá de la simple convivencia y que sirve sin duda de ejemplo para las nuevas generaciones que en ciertos casos conciben el mundo de una manera facilista y material, chocándose luego con una realidad que se les ha negado desde su propia casa.

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Otro programa bastante impactante tiene que ver con nuestra propia percepción de las cosas, enfocado desde el punto de vista de las relaciones afectivas. Se trata de Quiéreme como soy (Discovery Home and Health, lunes 10 p.m.) donde se exponen doce casos de personas que están en búsqueda del amor pero que tienen un secreto sobre su aspecto que les ocasiona la mayoría de las veces el rechazo de sus posibles parejas, una condición física que se sale de lo común y los enfrenta a situaciones algunas veces muy difíciles para su autoestima. La ausencia absoluta de vello corporal, cabello, cejas o pestañas; una prótesis de una pierna; cantidades de piel sobrante producto de una reducción dramática de peso o cosas tan lamentablemente normales hoy día como una mastectomía o la sudoración excesiva de las manos. ¿Hasta dónde el materialismo o la necesidad de estar sólo con una persona bella o completa, puede ser una obsesión para alguno? ¿Cuándo realmente se le dará importancia adecuada a lo que puede ser verdaderamente trascendente como una personalidad maravillosa o un corazón de oro? Estamos en el mundo, seguimos teniendo complejos y nos adecuamos a unas reglas en las que sigue siendo muy importante el físico, muchas veces por encima de los sentimientos. Y aunque suene a excusa de feo, la belleza interior es la que realmente cuenta, a los quince minutos la belleza exterior puede tornarse molesta si estamos frente a un simple empaque. Estos programas humanizan más el concepto de las relaciones afectivas, vale la pena verlos y darnos cuenta de qué lado estamos, cómo se inclina nuestra balanza a la hora de definir y valorar a los seres que nos rodean. Recibo opiniones al respecto!

@leonardopineda

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Leonardo Pineda, Estudio Administración de Empresas y trabaja como Terapeuta Físico especializado en Quiropraxis y Técnicas alternativas de masaje. Amante del cine desde siempre, teleadicto compulsivo, columnista de cine del diario local y con buenos lectores virtuales (muchos y de variado talante).

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Comienzo por lo que me trajo aquí:



Me encantan, estos avances. Me encantan.

The interpreter (para nosotros, La intérprete, y como cosa rara, el título en español significa lo mismo que en el idioma original) es un filme dirigido por el estadounidense Sydney Pollack, estrenado en cines en dos mil cinco. El guión condujo a Pollack a grabar en las propias instalaciones de la ONU (localizadas en territorio internacional dentro de Nueva York), una historia con tintes políticos que recuerdan la situación más o menos reciente del actual presidente de Zimbabwe.

Estaba viendo hace unas horas cierta película francesa realizada exclusivamente para televisión hace unos años, no muy conocida por cierto, y me asaltó una duda que tenía desde hace un tiempo y que se avivó luego de ver La intérprete. La duda es la siguiente:

Lo más seguro es que todos conozcamos el aviso que aparece, usualmente escondido al final de los créditos de algunas películas, que dice lo siguiente, palabras más, palabras menos: "Los hechos relatados en esta película son puramente ficticios y no deben relacionarse con eventos pasados, actuales o futuros. (...) Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia."
Yo me pregunto: luego de ver una película que parece un documental acerca de una situación actual, ya sea ésta una realidad o no, ¿qué sentido tiene recurrir a este mensaje, si de cualquier manera los espectadores van a hacer la relación?

Es claro, hay que decir, que no todo el mundo tiene por qué captar estos parecidos. Pero los que sí los captan, lo comunican a los demás, y al final la película pasa a verse como lo que realmente es: una crítica por parte del realizador hacia una situación en particular. Punto. No importa qué tan imparcial se pretenda ser, haciendo uso del mencionado avisito.

En fin, no entiendo esta actitud, si de verdad algunos pretenden protegerse bajo dicho mensaje. Quisiera creer que lo colocan no porque no pretendan dar la cara luego de dar la opinión, sino porque es una especie de requisito, un asunto legal de obligatoria aparición al final de todos los créditos de todas las películas de todos los géneros. Aunque al final, sólo quien tuvo la idea de escribir la historia como quedó escrita es quien sabe qué opinión tiene.

Él y sólo él.

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Sobre la película, hay un dato lingüístico interesante; se creó un lenguaje nuevo (lo llamaron "Ku"), con sus propias palabras, conjugaciones, reglas... es decir, un lenguaje aparte, sostenible por sí solo, basado en lenguajes existentes en el sur de África, pero que "aunque sería reconocido por habitantes de la zona (...), los confundiría", debido a su estructura gramatical, leo por aquí. En todas partes encuentro que el creador de este lenguaje es Said el-Gheithy, director del Centre for African Language Learning en Londres. En general, no encuentro muchas críticas positivas para la película, pero a mí me gustó.

Me encanta leer la columna Contravía, escrita por Eduardo Escobar. Y la de hoy termina con una reflexión que encuentro parecida a cierto diálogo de La intérprete. Aquí va el diálogo, para terminar y dejar de ocupar su tiempo, estimado lector. Lo traduzco burdamente, pero espero que se mantenga la idea.

Silvia Broome: (...) Siempre que alguien pierde a un ser querido, quiere vengarse de alguien más, o de Dios, a falta de alguien. Pero en África, en Matobo, los Ku creen que la única manera de poner fin al dolor es salvando una vida. Si alguien es asesinado, luego de un año de duelo se realiza un ritual llamado "la fiesta del ahogado". Se hace una fiesta durante toda la noche, junto al río. Al amanecer, el asesino es montado en un bote. Se lleva al agua y se le tira allí, amarrado, para que no pueda nadar. Entonces la familia doliente debe tomar una decisión; pueden dejar que se ahogue, o pueden lanzarse a salvarlo. Los Ku creen que si la familia deja que el asesino se ahogue, se hará justicia, pero pasarán el resto de sus vidas de duelo. Pero si lo salvan, entonces admitirán que la vida no siempre es es justa, y a cambio ese acto los liberará del dolor.


dancastell89@gmail.com

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4 Comentarios
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  1. a diferencia de otras épocas, los canales nacionales pierden cada vez mas su protagonismo, todo, por ser victimas de su propio invento, además el acceso a la web, facilita cada día mas conocer nuevos contenidos adaptados a cada gusto, ahora, esta en cada uno de nosotros, consumir la televisión y su calidad, no creo que esta viendo comerciales cada 5 minutos sea de mucho agrado para la gente, los canales nacionales están perdiendo la pelea, lucha que espero mas temprano que tarde pierdan para asi de una vez acabar con estos antros de pudrición y embrutecimiento.

  2. sonia957043

    los canales colombianos no estan para culturisar al televidente por que lo unico inportante para estos es vender pautas publicitarias y de esta forma embruteser mas a la jente con sus programas retrogrados estupidos y cursis

  3. Los he visto y son muy aportantes, en cambio aquí los dos canales (bipolio) nos torturan con Me caigo de la risa, Hipnosis, La Red, El Tesoro, El besucón, Franklin Ramos, La Negra Candela que son un asco

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